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El runrún del mercado: ¿Y si la Fed empieza a subir los tipos para compensar un error histórico?

  • Tras rebajar los tipos en 100 puntos básicos, la Fed podría revertir su política
  • La inflación parece estar enquistándose cerca del 3% interanual
  • El mercado laboral es una máquina de crear empleo en casi cualquier circunstancia

Sí, no y, todo lo contrario. Así se podrían describir las expectativas sobre los tipos de interés en EEUU. Aunque en muchas ocasiones la información parece contradictoria, lo cierto es que todo responde al sentimiento del mercado y a los cambios en tiempo real que se van produciendo con la publicación de nuevos datos clave. Hasta hace no mucho, la Reserva Federal mostraba su disposición a bajar este año con generosidad los tipos de interés. El mejor indicativo eran los 100 puntos básicos de recorte desde septiembre hasta final de año. La inflación parecía marcharse y no tenía sentido mantener los tipos en niveles tan restrictivos. Ahora, la expectativa central es que la Fed mantenga los tipos prácticamente sin cambios ante una economía que está más caliente de lo que se creía (todos los recursos están trabajando al máximo potencial) y una inflación que no parece querer marchar como había 'prometido'. En medio de este claro cambio de relato, aliviado solo parcialmente este miércoles con el informe de IPC de diciembre, ha surgido un nuevo runrún: la Fed tendrá que dar directamente un giro de 180 grados y subir los tipos si el objetivo real es llevar la inflación al 2%. Un cambio de rasante que el BCE mira de reojo y con miedo al otro lado del Atlántico.

"Los inversores están empezando a considerar una cuestión importante: ¿son mayores los obstáculos para subir los tipos de interés o para bajarlos? Esta es una de las principales interrogantes que plantea el análisis del enfoque de la Fed en 2025", introduce en un artículo de The Wall Street Journal el columnista financiero James Mackintosh.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, podría enfrentarse a una situación embarazosa si el banco central decide revertir las agresivas reducciones de tipos realizadas el año pasado, incluida una en diciembre, y se ve obligado a subirlos nuevamente en 2025. Aunque los futuros sobre los fondos federales no reflejan ninguna probabilidad de subidas este año, el tema está ganando relevancia en los círculos financieros, asegura este experto en su columna. Son muchos los que creen, como ya verbalizaron en diciembre los analistas de Bank of America (BofA), que la Fed "sobrerreaccionó" en septiembre, cuando inauguró el ciclo de bajadas con un recorte 'jumbo' de 50 puntos básicos, el doble de lo habitual.

Lo cierto es que la Fed tiende a anticipar sus grandes cambios de política con bastante antelación y, por lo general, requiere datos contundentes para justificar subidas de tipos. Este forward guidance es una bendición en la mayoría de las ocasiones (genera certidumbre en los agentes para planificar sus inversiones y decisiones de consumo), pero también puede convertirse en su propio ataúd. Desde que comenzó a emitir comunicados tras sus reuniones en 1994, solo una vez ha pasado de recortar tipos a subirlos en menos de un año. Esa excepción ocurrió en 1998, cuando el colapso del fondo Long-Term Capital Management amenazó con desestabilizar Wall Street, y la Fed respondió rápidamente una vez que se disiparon los riesgos, explica James Mackintosh.

A ese ejemplo se remite Torsten Slok en uno de sus últimos comentarios. El economista jefe de Apollo ha sido uno de los estrategas más insistentes con la posibilidad de que, lejos de bajarlos de nuevo, la Fed se ponga a subir tipos de nuevo. "El crecimiento del PIB en el tercer trimestre fue del 2,8% anualizado, y la Fed de Atlanta estima que el crecimiento del PIB en el cuarto trimestre será del 3,3%, muy por encima de la estimación del 2% de crecimiento a largo plazo en EEUU de la Oficina Presupuestaria del Congreso".

"En otras palabras, el impulso de la economía es fuerte, y la administración entrante puede añadir vientos de cola adicionales a las perspectivas. En combinación con la reciente tendencia alcista de la inflación, aumenta la probabilidad de que la Reserva Federal tenga que subir los tipos de interés en 2025. Dicho de otro modo, una repetición de lo que vimos a mediados de los noventa, cuando la Fed, tras unos cuantos recortes, volvió a subir los tipos de interés", añade Slok.

A nadie se le escapa que los vientos adicionales que menciona Slok son las políticas que Donald Trump trae bajo el brazo. Su agresiva propuesta de aranceles a diestro y siniestro aumentará, sobre el papel, el precio de las importaciones, pudiendo llegar el efecto al bolsillo de los americanos. Asimismo, los estímulos que proyecta, en forma especialmente de rebajas fiscales a ciudadanos y empresas, pueden aumentar las presiones inflacionarias. Por último, sus sonoras promesas de restringir la inmigración pueden afectar al mercado laboral disminuyendo la mano de obra, hipótesis también inflacionaria.

Por debajo de la -todavía- verborrea de Trump y los suyos, los datos entrantes confirman que la Fed no solo tiene poco espacio para seguir recortando los tipos, sino que a lo mejor tiene que volver a pisar el otro pedal del coche. El informe oficial de empleo de EEUU de diciembre, publicado el pasado viernes, fue especialmente revelador. La sorpresivamente potente creación de empleo dio un vuelco a las expectativas y la hoja de ruta marcada por los analistas.

Si en su reunión de diciembre, los funcionarios de la Fed rebajaron sus perspectivas de cuatro a dos recortes para 2025, tras el informe de empleo los inversores empezaron a descontar una y gracias. Una bajada que, además, situaban ya en el segundo semestre del año. Entre las casas de análisis, algunas iban más lejos. "Tras un informe de empleo de diciembre muy sólido, creemos que el ciclo de recortes ha terminado. Probablemente, habrá subidas si la inflación interanual del PCE subyacente supera el 3%", escribía esta semana Aditya Bhave, de Bank of America (BofA). Su banco preveía antes de Navidades dos recortes y apuntaba como el mayor de los riesgos unos tipos sin cambios este año.

Los próximos datos de empleo e inflación se antojan cruciales. De momento, este miércoles, el IPC de diciembre mostraba un alivio de una décima en el índice subyacente (ni energía, ni alimentos), hasta un todavía elevado 3,2% interanual. Aunque la métrica fue celebrada por Wall Street por ser el primer retroceso en meses, ese nivel y el 2,9% del IPC general constatan que la presión inflacionaria sigue siendo elevada. De momento, el deflactor del consumo personal (el citado PCE) subyacente, el indicador fetiche de la Fed, sigue instalado en el 2,8% interanual. Pese a que la inflación mayorista (IPP) de diciembre, sorprendía este martes a la baja, y muchos de sus componentes conforman la cesta del PCE, hay partidas como los vehículos usados que aún crean dudas.

No todo el mercado piensa igual

Contemplar la posibilidad de subidas no significa defenderlas. Es lo que ocurre con Stephen Auth, CIO de renta variable de Federated Hermes. "La Fed podría cometer (otro) error de política. Hasta ahora, la Fed de Powell no ha infundido mucha confianza en algunos de nosotros. Llegaron tarde, sin duda, al iniciar el ciclo de subidas en 2022, juzgando mal lo poco transitoria que era realmente la bestia de la inflación limitada por la oferta, lo que dio lugar a una serie de subidas de 75 puntos básicos que casi hundieron la economía. El verano pasado iniciaron tarde el ciclo de recortes, esta vez embarcándose (tarde) en recortes de 100 puntos básicos en la segunda mitad de 2024; su tardanza provocó un breve desvanecimiento del mercado laboral. Su énfasis en modelos económicos retrospectivos construidos para mundos perfectos y académicos en lugar de inputs en tiempo real tiende a dejar a la Fed de Powell en un modo reactivo, aumentando el riesgo de otro error en el futuro", lamenta el experto en un comentario para clientes.

"Nuestra preocupación actual es que mantengan los tipos demasiado altos durante demasiado tiempo, dada la tasa de inflación actual, que parece alojada en algún lugar entre el 2,5% y el 3%; el tipo de los fondos federales se encuentra actualmente entre 150 y 200 puntos básicos por encima de esa cifra. Peor aún, podrían entrar en pánico ante una mala lectura de la inflación y subir los tipos, provocando una venta bursátil masiva", concluye.

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