
Los Exchange Traded Funds (ETF, por sus siglas en inglés) se han convertido en uno de los productos de inversión más populares en todo el mundo. Su bajo coste y mayor transparencia respecto a los fondos de inversión tradicionales les han convertido en el vehículo perfecto para invertir, sobre todo en mercados donde es muy complicado superar el rendimiento de los índices, como es el caso de la bolsa norteamericana. De ahí que su volumen de activos bajo gestión no deje de crecer, hasta el punto de que en Estados Unidos ya han superado por patrimonio a los fondos activos.
En Europa, aunque su penetración es todavía más reducida, su crecimiento es igualmente imparable, y ya manejan más de dos billones de euros de patrimonio, de los que un 75% se canalizan a través de ETF de renta variable, según datos de LSEG Lipper. La aparición de plataformas y neobancos digitales ha favorecido esta expansión, al comercializar directamente fondos cotizados o cuentas de ahorro e inversión, una herramienta que en países como Alemania se han popularizado mucho, hasta el punto de acaparar el 88% de los 10,8 millones de cuentas de este tipo que existen en Europa, según el último informe elaborado por exETF y BlackRock.
Al analizar hacia dónde se ha canalizado el dinero captado por los ETF se comprueba que son precisamente los de renta variable de Estados Unidos y de bolsa global las subcategorías que acaparan los mayores volúmenes patrimoniales, con 558.400 millones de euros en el caso de la primera y 376.600 millones en el caso de la segunda. Les siguen los ETF de mercados emergentes, con 88.700 millones, los de bolsa europea, con 85.700 millones, y los de bolsa de la zona del euro, con 64.200 millones de euros en activos bajo gestión.

Estos datos se correlacionan con las cifras que aporta Efama, la asociación europea de gestoras de fondos de inversión, que muestran como los fondos activos de renta variable son los únicos que habían sufrido reembolsos netos el año pasado, por valor de 53.000 millones de euros, con datos hasta octubre, mientras que los ETF de bolsa habían captado 133.000 millones. Y contrasta con las cifras en renta fija, donde los inversores en Europa siguen apostando por los fondos activos, con captaciones de 188.000 millones, frente a los fondos cotizados, que solo atrajeron 48.000 millones, sobre todo en un momento en que desde la subida de tipos de interés han podido obtener rendimientos atractivos sin asumir riesgo en los fondos de deuda.
El perfil conservador del inversor europeo, donde el porcentaje de inversión en activos financieros es todavía escaso respecto al PIB, explica en parte este comportamiento, ya que el 34,3% del ahorro de los hogares europeos (teniendo en cuenta las mayores 12 economías de la UE) está colocado en depósitos y efectivo, mientras que los fondos acaparan únicamente el 15,5% del patrimonio destinado a inversión. Y la diferencia por volumen entre fondos de renta variable y de deuda es de apenas tres billones (6,64 billones frente a 3,55 billones) de un volumen total de 14,7 billones, de los que solo un 13% son ETF.
En un momento en que desde la Unión Europea se aboga por aportar más transparencia al coste de los productos financieros, los ETF consolidan su posición como los vehículos con más gancho entre los inversores, sobre todo a la hora de invertir en mercados como el norteamericano, donde fondos cotizados como iShares Core S&P 500 Ucits ETF USD, iShares Core MSCI World Ucits ETF USD, Vanguard S&P 500 Ucits ETF (Dis) e Invesco S&P 500 Ucits ETF se sitúan entre los de mayor patrimonio en Europa.
De hecho, los diez mayores fondos cotizados en Europa acaparan casi el 20% del patrimonio total de los ETF o, lo que es lo mismo, 378.500 millones de euros. Y los siguientes de la lista de los más grandes son de bolsa global, emergente o norteamericana también. Ninguno de bolsa europea.
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