Bolsa, mercados y cotizaciones

EEUU, Suecia, Italia... los espejos donde mirarse para copiar las cuentas de inversión

  • La CNMV, BME e Inverco apoyan la creación de vehículos a largo con ventajas fiscales para favorecer el crecimiento económico
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El último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), presentado recientemente, ha sido claro: España necesita realizar cambios en su sistema de pensiones y tributario si quiere impulsar su mercado de capitales para que redunde en un mayor crecimiento económico y la ampliación de la base de compañías cotizadas. Entre las principales recomendaciones que aconseja aplicar se encuentra la creación de una cuenta de ahorro de inversión individual específica que permita flexibilidad a los ahorradores a la hora de decidir la asignación de activos y beneficiarse de una tributación simplificada de las rentas de capital, y aumentar el tamaño del ahorro en fondos de pensiones de empleo, además de promover el uso de los mercados en la financiación de las pymes para diversificar las fuentes de financiación.

BME ya había planteado medidas similares en su Libro Blanco para impulsar la competitividad de los mercados de capitales españoles, como "desarrollar fórmulas para incentivar la participación de inversores minoristas en mercados de valores españoles; o flexibilizar y fomentar la inversión en pymes españolas cotizadas a través de vehículos de inversión colectiva".

En los planes de empleo, la reforma del exministro y actual presidente del Banco de España, José Luis Escrivá, está todavía lejos de considerarse una alternativa válida, pese a la penalización a los planes privados por la reducción del límite de aportaciones. Y un solo dato muestra la necesidad de una reforma más integral: apenas el 1% de las empresas españolas promueven planes de pensiones para sus trabajadores, según recogía el último informe anual de Inverco con datos oficiales del INE.

Respecto a las cuentas de inversión/ahorro, países como Estados Unidos, Reino Unido, Suecia o Italia se han puesto como posibles alternativas que podrían servir a España para copiar y conseguir de esta manera favorecer la inversión a largo plazo en activos financieros. Una idea que la propia CNMV ha hecho explícita en numerosas ocasiones enlazándola con las recomendaciones de diversos informes, como el de Enrico Letta o Mario Draghi, que abogan por impulsar la industrialización de Europa con el apoyo de los mercados financieros.

Los ejemplos de Suecia e Italia son quizá los más cercanos a España por el contexto europeo. En el país nórdico, la introducción de las cuentas ISK (del sueco InvesteringsSparKonto) hace doce años ha permitido que 3,5 millones de personas, un tercio de la población, dispongan de un instrumento de inversión a largo plazo que cuentan con un importe medio de 26.400 euros. Su funcionamiento se basa en un esquema de tributación trimestral que recae sobre el conjunto de la cuenta, en la que se pueden incluir depósitos, acciones o fondos de inversión, a la que se aplica un tipo de interés fijo para el cálculo fiscal que tan solo se ha ajustado en dos ocasiones para mantener la neutralidad.

La introducción de esta cuenta es la culminación de muchas décadas de educación financiera y de la evolución de diversos mecanismos de inversión a largo plazo que han permitido que en la última década cerca de 500 empresas hayan salido a cotizar en los mercados bursátiles de Suecia, una cifra que supera la suma de incorporaciones de este tipo en las Bolsas de Francia, Alemania, Países Bajos y España, según señala un informe elaborado por BME titulado ¿Por qué la inversión y los mercados de capitales crecen en Suecia?, donde se destaca, además, que un 90% de las compañías cotizadas del mercado sueco tienen una capitalización por debajo de los 1.000 millones de dólares.

En Italia, en 2017 entraron en funcionamiento los Piani Individuali di Risparmio (PIR ), un instrumento dirigido a las personas físicas que permite una inversión anual de 40.000 euros anuales con un máximo de 200.000 euros, en el que al menos el 70% de la inversión ha de hacerse en títulos emitidos por empresas italianas, de las que un 30% no deben de estar cotizadas en el MIB 30 para favorecer la liquidez de las compañías más pequeñas. Y se puede invertir hasta un máximo del 10% en títulos de una sola empresa.

La ventaja de invertir a través de una PIR es la exención fiscal de impuestos sobre las ganancias de capital, sobre los ingresos obtenidos, como dividendos de los activos incluidos en estas cuentas, y en el Impuesto de Sucesiones para inversiones en bonos y acciones de empresas italianas. El tiempo mínimo de permanencia es de cinco años y, si se retira antes de tiempo, se puede mantener la ventaja fiscal si se reinvierte en otro instrumento en un plazo de 90 días. Han tenido tanto éxito que han alcanzado un volumen cercano a los 20.000 millones de euros, y cuentan con su versión para activos alternativos.

Precisamente las PIR sirvieron de inspiración para proponer algo similar en España de la mano de Inverco. Carlos Tusquets, presidente de la organización en Cataluña y presidente de Banco Mediolanum, la filial de Banca Mediolanum, el sexto banco cotizado en Italia y que basa su negocio en el asesoramiento financiero, explica que para el mercado español se proponían unos vehículos denominados Fiese y Fiese Pyme, con un sesgo de sostenibilidad,que contarían con un máximo de inversión anual y por un plazo también de un lustro (tres años en el caso de las pymes) para poder acogerse al beneficio fiscal. En este caso, se utilizaría la carcasa de un fondo de inversión para facilitar la gestión de estos vehículos.

Josep Soler, consejero ejecutivo de EFPA España, solo ve un problema a la implantación de este tipo de cuentas. "No observo entre las entidades financieras excesivo entusiasmo para que se establezcan estos productos que podrían cambiar un status quo cómodo. La esperanza es que se establezca a nivel europeo dentro de lo que se propone para la Savings and investment Union, derivada de la Capital Markets Union. De hecho, ya se está proponiendo en diversos foros y en las instituciones europeas como la Comisión y el Parlamento. Como siempre será el Consejo Europeo el obstáculo pues la actual división política no hace prever acuerdos.

Sobre la posibilidad de utilizar las carteras de gestión discrecional para favorecer su implantación, Soler tampoco lo ve plausible porque "debe reducirse, precisamente, la discrecionalidad, para redirigir el ahorro mayoritariamente a la inversión empresarial, con costes mucho más reducidos" que las carteras, subraya.

Miguel Sánchez Monjo, socio especialista en regulación financiera y fondos de inversión de Cuatrecasas, explica que aunque en España no existe un régimen simplificado de declaración de las ganancias de capital en el mismo sentido que indica la OCDE, "sí tenemos la figura del régimen especial de diferimiento de la tributación aplicable a determinados fondos de inversión líquidos", lo que permitiría a un inversor concienciado construir su propia cartera de inversión.

Pero esta figura choca con el hecho de que el ahorro financiero de las familias españolas sigue teniendo todavía un peso considerable en los depósitos como principal activo financiero, y no hay ningún incentivo para la inversión a largo plazo.

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