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Las gestoras consideran que la victoria de Trump no afectará a la inversión 'verde' en Europa

  • Subrayan las oportunidades que ofrece el entorno de bajadas de tipos en valores descorrelacionados
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La victoria del Partido Republicano en las pasadas elecciones de Estados Unidos, con Donald Trump como nuevo inquilino de la Casa Blanca durante los próximos cuatro años, no va a afectar sustancialmente al cambio emprendido por Europa desde hace años en su estrategia de apostar por la transición energética y las energías limpias. Sí que puede influir a corto plazo en el impulso que puedan tomar determinados sectores a corto plazo, pero, en un momento de recortes de tipos de interés generalizado en todo el mundo, las compañías relacionadas con la temática de la sostenibilidad también se pueden ver beneficiadas por la búsqueda de diversificación de los valores tecnológicos.

Así lo pusieron de manifiesto los participantes en la tercera mesa de debate del IV Foro ESG de elEconomista.es, donde diversos representantes de firmas de inversión pusieron de manifiesto como el esfuerzo emprendido por Bruselas para traspasar un billón de euros en activos marrones a otros más verdes no se va a ver alterado de manera tan dramática como se desprendería de las hiperbólicas amenazas de Trump respecto a su intención de eliminar la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en ingles), aprobada por los demócratas en la pasada legislatura para controlar la escalada de los precios.

Beatriz Pérez, gestora del fondo Renta 4 Megatendencias Medio Ambiente, recordó durante su intervención que el 60% de la producción de energías renovables en Estados Unidos procede de estados gobernados por los republicanos, por lo que considera poco probable que eliminen completamente la IRA, aunque sí cree que se verán afectadas las empresas solares chinas, por el lado de la imposición de aranceles. Pero, a su juicio, incluso en este entorno, pueden surgir oportunidades, si se aísla el ruido político, para la gestión activa.

De la misma opinión se mostró Elena Guanter, Head of Client Relations Iberia & Latam Head of Development de Candriam, quien subrayó los miles de puestos de trabajo que han proporcionado las compañías de renovables norteamericanas en estados clave como Texas, en un contexto de fuerte competencia por atraer flujos de inversión que ya se están dirigiendo a otras zonas geográficas como Asia-Pacífico, especialmente de Australia, Japón y Corea y teniendo en cuenta que "la inversión socialmente responsable siempre ha sido ínfima en Estados Unidos, comparado con otros países", puntualizó.

Jorge Urriza, responsable de sostenibilidad y ESG de Ibercaja Gestión, comentó que las medidas contempladas en la IRA ya han echado a andar y que sería muy complicado dar marcha atrás a muchas de ellas sin perjudicar los interés de los propios estados republicanos, y subrayó la competencia que supondría la apuesta decidida de China por las energías renovables, al tiempo que Europa está focalizada en trasladar al inversor final mediante productos todo el esfuerzo inversor que están realizando las empresas.

Razón por la que Antonio López, responsable de Sostenibilidad y gestor de renta variable de March AM, advirtió que Europa lo tiene muy claro respecto a la transición energética, como demuestra la regulación al respecto desarrollada en los últimos años, por lo que tendrán que ser las gestoras norteamericanas de fondos de inversión las que deberán adaptarse a esta realidad si quieren distribuir sus productos en el Viejo Continente, aseguró.

Llegar al inversor minoritario

Más allá de estos recelos, los participantes de la tercera mesa de debate abogaron por simplificar la información que reciben los inversores en los fondos clasificados como socialmente responsables para que su distribución sea más fácil y acorde con sus necesidades. "Tenemos que ser capaces de llegar al cliente final con su vocabulario habitual", expuso Urriza, para quien es difícil que un inversor minorista comprenda las diferencias entre lo que significa estar clasificado como artículo 8 o artículo 9, según la normativa europea. "Son conceptos muy difíciles de vender porque no son nada amistosos. Los inversores piden información clara y debemos ser capaces de explicarles que no están renunciando a rentabilidad por apostar por la sostenibilidad, sino que incluso incorporarla ayuda a la medición de riesgos de las carteras", enfatizó.

Elena Guanter recordó que al haber ganado mucho peso la gestión discrecional de carteras en la distribución de fondos, los clientes minoristas no son conscientes de los subyacentes de dichas carteras, al ser seleccionados por los responsables de gestión de las mismas. Y tal y como están construidas dichas carteras, mediante lo que se denomina building blocks, o bloques de inversión por asignación de activos, los gestores demandan productos con exposición a determinados activos pero sin sesgos de inversión muy marcados, algo más complicado de garantizar en los fondos de sostenibilidad, que ya vienen determinados por su propia temática.

Para el responsable de sostenibilidad de March AM, es importante no solo contar con productos con el sello verde sino contar sobre todo con criterios de sostenibilidad que permeen todo el proceso de inversión en las carteras, aparte de ir invirtiendo en aquellos sectores o compañías que permiten capturar rentabilidad en el corto plazo de manera táctica.

Existen oportunidades de inversión más allá de lo verde, como en el sector de la salud

Aunque en los últimos años se ha tendido a asociar la inversión socialmente responsable con las temáticas verdes, las relacionadas con la E de las siglas ESG, entre las que se incluyen las energías renovables, hay un abanico más amplio de temas que entrarían de lleno dentro de esta definición, como el sector de salud. En este sentido, en Candriam son pioneros en un fondo de empresas vinculadas con la investigación oncológica, el Candriam Equities L Oncology Impact, que cuenta de hecho con la calificación de artículo 9 según la normativa europea, lo que significa que tiene un objetivo definido de sostenibilidad en la selección de valores.

Elena Guanter explicó durante su intervención que los inversores han estado muy concentrados durante los últimos años en las empresas tecnológicas, sobre todo en las conocidas como Siete Magníficas, impulsadas por la narrativa de la inteligencia artificial, pero en un momento en que los inversores buscan diversificación en las carteras en el entorno de bajadas de tipos, "hay oportunidades de inversión en el sector de la salud, menos ligado al ciclo económico y que puede jugar un papel más defensivo en las carteras, aparte de que cuenta con valoraciones atractivas", señaló Guanter, quien recordó además la labor social que cumplen fondos como el de su gestora en la investigación oncológica. Y citó un dato que siguen a rajatabla en la firma: el 50% de los valores que tienen en cartera sus fondos artículo 9 deben de contar con las empresas mejor puntuadas dentro de los ranking de sostenibilidad.

Mantenemos un diálogo activo con las empresas para conocer sus planes de transición

Pese a que el concepto de sostenibilidad sigue estando muy asociado a determinados sectores o compañías muy vinculados con esta temática, como las energías renovables o el tratamiento de agua, casi todas las empresas cuentan ya con planes de reducción de su huella de carbono y para que el ciclo de vida de los productos que fabrican o los servicios que venden no se perjudique al medio ambiente. Es el objetivo que persigue la Unión Europea y que permite canalizar los flujos de inversión hacia empresas que se encuentran todavía en transición en su proceso de transformación.

Y para las gestoras significa también una oportunidad a la hora de seleccionar valores. "Mantenemos un diálogo activo con las empresas para saber si tienen planes activos de transición y cuáles son sus objetivos de descarbonización. No se puede perder este factor en el proceso de inversión, porque las compañías que van mejorando pueden entrar en el universo de inversión", subrayó Jorge Urriza, responsable de Sostenibilidad y ESG de Ibercaja Gestión.

Un factor importante porque en dicho universo se aplican muchos filtros de entrada y numerosos criterios para poder realizar comparaciones homogéneas en este tema entre compañías del mismo sector. "Con la nueva normativa europea se pretende que la inversión sostenible sea no solo hacia compañías que sean puramente sostenibles, sino también que podamos motivar el cambio, y atraer flujos de capitales hacia esa transformación", apuntó Urriza durante su intervención.

Hay claros catalizadores para la inversión en compañías de energías renovables

Aunque la victoria de los republicanos en Estados Unidos podría llevar a la conclusión de que las energías renovables tienen los días contados, Beatriz Pérez, responsable del Renta 4 Megatendencias Medio Ambiente, piensa lo contrario. "Hay claros catalizadores para la inversión en compañías de energías renovables, como el entorno de bajada de tipos de interés y la disminución del capex en firmas relacionadas con las baterías de almacenamiento y la estabilidad de los contratos de venta de energía a largo plazo", subrayó la gestora, para quien las salidas de dinero de los últimos años de fondos de impacto, aquellos calificados como artículo 9 según la normativa europea, no se han producido tanto por falta de interés de los inversores sino por la rotación sectorial provocada por el proceso macro inverso, el de la subida de tipos, que son precisamente el tipo de compañías que están más presentes en los fondos más verdes y que se han visto por tanto más perjudicadas.

Por el contrario, en los fondos catalogados como artículo 8, al tener un universo de inversión más amplio, como los valores tecnológicos o el sector bancario, se han beneficiado de las rebajas del precio del dinero. "Pero con la expectativa de recorte de tipos del BCE y la FED es cuestión de tiempo que comience esa rotación sectorial hacia las firmas más penalizadas, que están cotizando a múltiplos muy atractivos con un potencial de crecimiento exponencial", subrayó Pérez, para quien hace falta mucha más formación para los inversores.

No tiene sentido que los fondos calificados como sostenibles al final no puedan ser elegidos

La estricta reglamentación a la que han estado sometidas las gestoras a la hora de diseñar y estructurar sus fondos si querían contar con la etiqueta de sostenible, bien en su versión más laxa, la de artículo 8, en la que se consideran aquellas compañías que promueven los objetivos de sostenibilidad de manera genérica, o la más restrictiva, la de artículo 9, que se otorga a aquellos productos que persiguen un objetivo concreto de sostenibilidad, ha significado un importante esfuerzo para las firmas para cumplir con la normativa.

Pero por el lado del inversor, en los nuevos test de idoneidad a los que se deberá someter para poder determinar su preferencia por este tipo de vehículos de inversión, no sería determinante que los productos cuenten con la máxima calificación de sostenibilidad, si se cumplen determinados criterios y teniendo en cuenta que no existe todavía una taxonomía sobre el aspecto social, la E de las siglas ESG.

Un hecho que lleva a Antonio López, responsable de Sostenibilidad y gestor de renta variable de March Asset Management, a mostrar su perplejidad porque "no tiene sentido que cuando un cliente haga el test luego se encuentre con que tiene menos oferta. "¿Cómo es posible que un producto calificado de artículo 8 puede que no sea elegible, para qué hacen ese esfuerzo inversor por parte de las firmas?", se pregunta López, quien advierte que la falta de fondos sostenibles genera un problema. Pero, a su juicio, los fondos temáticos de este tipo tienen un hueco en el mercado, aunque es "difícil que brillen en un mercado alcista. Pero hay segmentos que lo pueden hacer razonablemente bien", subrayó.

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