
Casi tres de cada cuatro euros de los fondos de inversión vendidos en España se hace ya mediante gestión discrecional de carteras y asesoramiento financiero. Esto equivale a 265.120 millones de euros, el 72,5% del total de patrimonio que acumulan los vehículos de inversión colectiva. Un crecimiento imparable de unos canales de distribución en los que el asesoramiento puro ya acapara el 47,3% del total, según los datos de Inverco, correspondientes al primer trimestre de 2024, algo más de seis puntos porcentuales de diferencia con respecto a diciembre del año pasado.
La lectura, en sentido inverso, es clarificadora también del momento que vive el sector, ya que tan solo el 27,5% de la venta de fondos se realiza de manera directa, sobre todo aquellos que son productos ultraconservadores, como monetarios, de renta fija a vencimiento y garantizados, habituales sustitutos de los depósitos para aquellos ahorradores que dan el primer paso en la inversión colectiva.
Estos datos muestran la tendencia imparable en la que se han embarcado las entidades: fidelizar a sus clientes mediante un contrato de gestión de carteras en donde pagan una comisión a cambio de delegar las decisiones de inversión en función de su perfil de riesgo, aparte de los costes de los fondos en los que invierten.
Aunque el parlamento europeo ha suavizado la propuesta que la Comisión había redactado en la nueva normativa que regulará la distribución de productos financieros (RIS), en la que las retrocesiones (la parte que el distribuidor se lleva por la venta de fondos) estaban excluidas del texto inicial, el sector parece que se está preparando para un nuevo entorno donde la gestión de carteras está ganando peso a pasos agigantados.
Lo mismo ocurre con el asesoramiento. Y si hace unos años parecía impensable que los inversores pagaran por este servicio de forma explícita, ahora se está convirtiendo en una realidad cada vez más palpable, como demuestran los datos de Inverco. Y este proceso se ha producido de manera exponencial en los últimos años, teniendo en cuenta que en 2018, el primer año en el que la asociación de gestoras ofrece datos, tan solo 69.000 millones correspondían a la venta de fondos mediante gestión de carteras.
CaixaBank ha sido la entidad que más ha fortalecido esta estrategia, con 46.808 millones de patrimonio en carteras discrecionales, muy por encima de sus más directos competidores, BBVA y Santander, que manejan en este segmento 19.875 millones y 16.916 millones, respectivamente, unas cifras que los responsables de banca privada de estos bancos quieren impulsar para reducir la brecha.
Aparte de los bancos, es llamativo que entre las diez principales firmas por volumen gestionado en carteras destaquen Indexa Capital, el roboadvisor fundado por François Derbaix y Unai Ansejo, y EDM, integrada en el Grupo Mutua, que controlan 2.249 millones y 1.548 millones.