
En los tres días que han transcurrido desde que se conoció la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, el índice bursátil que agrupa a las 100 principales empresas de renovables -el S&P Global Clean Energy Index- cae cerca de un 6%. El futuro presidente es abiertamente anti ESG, con lo que podría perjudicar en cierta medida a las cotizadas verdes, que tanto apoyo han recibido de Joe Biden a través de su Inflation Reduction Act (IRA).
En realidad, las empresas vinculadas a las energías renovables llevaban todo el año haciéndolo mal en bolsa (en gran medida, debido a un escenario de tipos altos durante más tiempo). En el conjunto del ejercicio, el mencionado índice se deja un 20% (prácticamente lo mismo que sube el índice de bolsa global MSCI World).
Este paso atrás de la inversión verde en el mercado bursátil se deja notar también en los flujos de dinero. De acuerdo con los datos de Morningstar, hasta mediados de octubre salieron de los fondos más verdes (los clasificados como artículo 9 según el Reglamento Europeo de Divulgación) 14.000 millones de euros. En los artículo 8 (que son fondos ESG, menos exigentes que los anteriores) sí entró dinero: en concreto, 94.000 millones de euros. Ambos datos contrastan radicalmente con los 185.000 millones de euros que captaron los fondos no sostenibles. Todas estas cifras son relativas a los fondos a la venta en la UE. Desde que se inicia esta serie histórica de datos en 2021, la fotografía no era tan abiertamente favorable hacia los fondos no sostenibles. ESMA 'expulsa' de los fondos sostenibles a petroleras en las que hay invertidos 15.000 millones.

La corriente anti ESG en Estados Unidos -que ahora como decimos puede reforzarse con Trump al mando- y la fatiga por el exceso regulatorio en Europa hace que incluso algunas gestoras de fondos estén silenciando sus acciones pro sostenibilidad (el llamado green hushing o silencio verde). Aún así, las expertas consultadas por elEconomista.es coinciden en que, aunque a corto plazo la elección de Trump penalice a corto plazo a ciertas compañías, la tendencia de fondo es sólida porque es rentable: "En el corto plazo podemos ver una reacción en el mercado en muchas compañías, pero en el largo hay motores de demanda muy fuertes para seguir invirtiendo en renovables, nuclear y redes", señala Natalia Luna, analista senior de inversión temática de Columbia Threadneedle. ¿Qué pasará con la inversión ESG si Donald Trump gana las elecciones?
Aunque los fondos artículo 9 solo suben, de media, un 6,7% en un 2024 en que estamos viendo índices bursátiles en máximos y alzas de doble dígito en las bolsas, algunos vehículos sí arañan rentabilidades nada desdeñables. Destacan el East Capital Global EM Sustainable A EUR, que se revaloriza más de un 22%, así como el Robeco QI US Climate Beta Eqs D € Cap, con un alza del 21%, así como sendos productos de Sycomore y uno más de Candriam (ver tabla).