Barcelona
La tendencia alcista en las bolsas mundiales, especialmente en Wall Street, es incuestionable. Sin embargo, esta calma terminará tarde o temprano, y volveremos a ver una de esas maravillosas correcciones que alejarán a los índices un 10% de su último pico. Esas correcciones son las que siempre recomiendo esperar antes de hacer nuevas compras a medio plazo.
La última de estas caídas ocurrió en junio y julio pasados, tocando fondo en la jornada de pánico del 5 de agosto. Ese día, que parecía que el mundo se desmoronaba, fue cuando aproveché para iniciar las primeras compras en la cartera de mis mellizos. Ellos llevaban tiempo pidiéndome invertir sus pequeños ahorros, sin saber que su capital principal ya se encontraba en el fondo Tressis Cartera ECO 30. De hecho, dudo que lo sepan: están más centrados en sus carreras y el tenis, que en leer a su padre, como debe ser (cuando seas padre comerás huevos...).
Muchos se preguntarán por qué no recomiendo reducir la exposición a bolsa si considero que más pronto que tarde podríamos asistir a una nueva caída de entre un 7 y 10%, que podría llevar a los índices a buscar apoyo en los mínimos de septiembre que, les recuerdo, representan la línea amarilla de soporte, la cual considero el primer nivel que debería verse cedido para confirmarse un agotamiento comprador preocupante.
La respuesta es simple: sigo el quinto principio de la Teoría de Dow, que afirma que una tendencia, sea alcista o bajista, permanece activa hasta que haya señales claras de reversión de la misma. En lugar de anticipar el final de una tendencia, es mejor asumir que continuará hasta que pruebas contundentes, como la pérdida de soportes clave o la aparición de patrones bajistas, indiquen lo contrario. En esencia, esta teoría nos anima a "seguir la tendencia" mientras no haya evidencias de que ha terminado.
Por eso, no soy partidario de reducir ligeramente la exposición a bolsa mientras los índices mundiales se mantengan sobre los primeros soportes de corto plazo, marcados a principios de octubre, como los 11.560 puntos del Ibex 35 o los 2.180 puntos del Russell 2000. Precisamente, el índice de pequeñas capitalizaciones estadounidenses tiene pendiente alcanzar sus máximos de 2021, situados a un 10% de distancia de los niveles actuales. Si no se rompen estos soportes, no veo motivos para pensar que esta subida no va a producirse o que podría retrasarse.