
Los metales industriales han experimentado una notable caída en sus precios durante el año 2024, reflejando las preocupaciones sobre el crecimiento económico global y, en particular, la economía china que es uno de los mayores demandantes de metales como el cobre, acero o hierro enfocado a la construcción. El índice que replica la evolución de los precios de los metales cotizados borra las ganancias en el año y retrocede un 18,5% desde los máximos del 2024. Y esto arrastra a las compañías enfocadas en los recursos básicos, tanto en la extracción como en la transformación de los mismos.
La falta de garantías de que el gigante asiático vaya a recuperar la actividad en sectores clave como la construcción o las manufacturas siembra de incertidumbre al mercado de commodities. Tampoco ayudan los últimos datos europeos manufactureros (PMI) que se mantienen en zona de contracción. Así, los operadores e inversores se muestran cautos ante metales como el hierro cotizado en China (iron DCE) que cae un 30% en lo que va de 2024. Y es que la demanda de metales industriales se resiente en buena parte del mundo pero China, como el mayor consumidor mundial de materias primas, ha desempeñado un papel fundamental en esta caída de precios.
En este contexto adverso, solo el cobre y el estaño aún avanzan en 2024 un 4,7% y un 23%, respectivamente (ambas referencias en el mercado de materias primas de Londres). Sin embargo, estas alzas han sido insuficientes para compensar las fuertes caídas experimentadas por otros metales. Más allá del hierro, el aluminio y el níquel también corrigen un 15% y un 24%, respectivamente, desde sus máximos del año (mediados de mayo en ambos casos) y se adentran en terreno negativo.
Ahora, las previsiones del mercado, recopiladas por Bloomberg, no son optimistas en cuanto a una recuperación a corto plazo de los precios de los metales. Los analistas anticipan que la debilidad de la demanda persistirá durante los próximos meses, lo que mantendrá a la baja la demanda de materias primas. Por ejemplo, los expertos consideran que el precio del aluminio subirá un 4% de aquí al precio medio que se espera para 2025. El cobre apenas contaría con un recorrido del 2%. Y en el caso del níquel, metal utilizado principalmente en la fabricación de acero inoxidable, el incremento que se espera apenas alcanza el 3,5% hasta el año que viene.
El impacto de estas caídas de precios también se ve en el sector de las compañías enfocadas a los recursos básicos. El índice Stoxx 600, que agrupa a las principales empresas europeas, ha registrado un retroceso de casi el 12% en el año para este sector. Es el peor grupo dentro del índice europeo en 2024 y el segundo peor de los últimos treinta días, donde ninguna compañía del ramo se mantiene en positivo. Es decir, solo el sector bancario europeo ha experimentado una caída mayor en las últimas cuatro semanas como consecuencia de la bajada de tipos que se presupone por parte del Banco Central Europeo y que recortaría los ingresos por intereses de las entidades de la eurozona.
Mientras tanto, los analistas recortan las valoraciones de las compañías transformadoras de materias primas. Es el caso de ArcelorMittal, que se deja más de un 22% desde el primero de enero. "Los últimos índices de gestores de compras (PMI) en Europa y China están en niveles de contracción, por lo que, en ausencia de factores impulsadores, adoptamos una postura prudente a corto plazo", escribieron desde Bankinter en relación a la acerera, en la cual mantienen su recomendación de compra pero ajustan su precio objetivo a la baja hasta los 24,4 euros.
Señal de alarma con el hierro
Hasta la fecha, el precio del hierro ha sido un termómetro para medir la situación de la economía China, que continúa sufriendo el impacto de la crisis del sector inmobiliario que se prolonga desde hace años en el país asiático. En este sentido, las noticias no son buenas para los productores mundiales del metal: los precios de referencia del hierro están en mínimos de mayo de 2023, arrastrados por un mensaje pesimista del presidente de Baowu Steel Group, el mayor productor del mundo.
Hu Wangming ha declarado que "el sector se enfrenta a una crisis más fuerte que las de 2008 y 2015", y considera que la industria tiene por delante un "invierno severo". En resumen, las empresas chinas están rechazando usar hierro para su actividad, dado el enfriamiento de la misma y las existencias se acumulan, por lo que cada vez apuntan más al extranjero a la hora de vender el metal más importante para la fabricación de acero y eso precipita los precios hasta los 95 dólares por tonelada.