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Alivio para la renta fija en junio: la deuda pública americana recupera un 1,2%

  • El precio de la mayoría de índices de renta fija se ha recuperado este mes
Imagen: iStock.
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Junio ha sido un buen mes para la renta fija. El precio de la mayoría de bonos ha subido, pero ha sido insuficiente para borrar las fuertes pérdidas que acumula este activo desde principios de año. El gran riesgo que asumía un inversor al comprar deuda en enero era que las altas expectativas que se hizo el mercado con las bajadas de tipos de interés por parte de los bancos centrales no se cumplieran, y es exactamente lo que ha pasado. Ahora, una vez éstas se han ajustado a la realidad, y tras un primer recorte de 25 puntos básicos del Banco Central Europeo (BCE), las compras han vuelto. Aunque en el caso de la Reserva Federal el mercado se inclina mayormente por un sólo recorte este año, en línea con la postura que dejaron entrever los directivos de la Fed durante la última reunión, hasta la deuda pública americana se ha recuperado en junio, con una subida por precio del 1,2%, que sólo supera la renta fija de Canadá, según los principales índices de Bloomberg y Barclays.

"Aunque desde finales del año pasado el sentimiento inversor se volvió muy favorable a la renta fija, el resultado en la primera mitad del año no ha sido precisamente el esperado en muchos subtipos de bonos", recuerda Daniel Pingarrón, sales manager de Natixis Investment Managers en Iberia. "Básicamente lo que mejor se ha comportado ha sido la renta fija con menor duración (mercados monetarios y soluciones de ultra corto plazo), junto con el high yield (activo que correlaciona más con la renta variable), frente a las soluciones de renta fija con vencimientos más largos (mayor efecto duración), que han sufrido una gran volatilidad que no han compensado con mayor rentabilidad. Precisamente este último ángulo de renta fija era uno de los favoritos para los inversores", desarrolla.

La deuda high yield es de las pocas que está en positivo en 2024, junto a la renta fija de China y la emergente en dólares (ver gráfico). Pero, en junio, la fotografía es bien distinta. El precio de la deuda corporativa ha remontado otro 0,9%, aunque el saldo en el año aún son caídas del 0,23%. El índice de renta fija europea, que agrupa una cesta de bonos de todo tipo del Viejo Continente, también sube un 0,56%, aunque el balance anual son pérdidas del 1%. Incluso la deuda global ha avanzado un 0,22% en junio. "En renta fija, tras el ajuste de las expectativas de tipos en el primer trimestre ha llegado al punto de que las rentabilidades totales de la mayoría de los sectores de crédito son positivas en el primer semestre de 2024 (...)", indican en Axa IM. Podría decirse que "las perspectivas de ingresos en la renta fija, junto al hecho de que muchos bonos aún cotizan a precios por debajo del par se convierten en dos catalizadores clave de una visión positiva del crédito", resumen.

Entre las pocas excepciones que no han conseguido recuperar parte del terreno perdido en junio está la deuda pública en general, no ya la estadounidense que sí se ha comportado bien. El índice de deuda pública que incluye títulos de todas las geografías ha retrocedido un 0,06% en junio, y en el año arrastra una caída del 4,77%, la mayor entre los principales índices de renta fija de Bloomberg y Barclays. En clave europea, se ha visto mayor volatilidad en la deuda pública en la antesala de la primera vuelta de las elecciones legislativas que se celebrarán en Francia este fin de semana. "Somos economistas y no oráculos políticos, pero desde nuestro punto de vista, el mercado de bonos no está preparado para ninguna sorpresa negativa", indica Markus Allenspach, responsable de renta fija de Julius Baer. En esta entidad siguen prefiriendo los bonos corporativos a los soberanos en general, "ya que los bancos centrales todavía están deshaciendo sus grandes tenencias de estos últimos en un proceso llamado endurecimiento cuantitativo".

A medida que se acercaba la posibilidad de que los bancos centrales empezaran a recortar los tipos, el debate de la industria se centró en si había llegado el momento de empezar a alargar la duración de los bonos en cartera. "Con un recorte de tipos en el horizonte y unos bonos corporativos a 30 años que rinden en torno al 5,7%, ahora es un buen momento para ampliar la duración de la cartera: mantener estas posiciones a largo plazo beneficiará a los inversores en términos de revalorización de los bonos, en caso de que la Fed decida finalmente recortar los tipos de referencia. La parte delantera de la curva sigue ofreciendo rendimientos elevados, pero los vencimientos más cortos conllevan riesgo de reinversión, por lo que lo ideal es que los inversores mantengan un enfoque equilibrado con algunas posiciones de larga duración", opinan en la gestora especializada en renta fija, Payden & Rygel.

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