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Azcona (Beka): "La recesión económica llegará en el segundo semestre del 2024"

  • La probabilidad de un 'aterrizaje suave' apenas alcanza el 25%, según la entidad
  • Las empresas de EEUU ya muestran debilidad y aumenta el riesgo de impagos
  • Beka se decanta por realizar carteras robustas con peso en renta fija de calidad
Las perspectivas de Beka apuntan a una recesión en 2024. Dreamstime

Los principales datos macroeconómicos del mundo están dando los primeros síntomas de debilidad y muestran niveles inferiores a las expectativas del mercado. Esto invita a pensar en que la economía entrará en una fase de recesión en el segundo semestre del año, según el economista jefe de Beka, David Azcona.

Las políticas monetarias aplicadas desde los principales bancos centrales se han traducido en un endurecimiento de las condiciones de financiación mientras la renta variable alcanza máximos históricos y el mercado de deuda ofrece atractivo de nuevo. No obstante, desde Beka consideran que las valoraciones del mercado han estado centradas en un aterrizaje suave de la economía que es probable que no se produzca, en base a cómo los últimos datos de inflación, confianza del consumidor y crecimiento esperado han tendido a la baja en los últimos meses a ambos lados del Atlántico.

Las previsiones que manejan desde la entidad estarían reflejando una posibilidad del 65% de que la economía estadounidense entrase en recesión en la segunda mitad del 2024. "Los ciclos existen. No estamos en un evento distinto a los anteriores y eso nos hace pensar en que vamos a caer en una recesión", explica Azcona. Para ello, el experto insiste en las duras condiciones de crédito actuales que empiezan a dar señales de ralentización económica y que eso debilitará a las empresas, lo que tenderá a incrementar las situaciones de impagos.

No obstante, la recesión que se extenderá a 2025 se caracterizará por crecimientos de la economía global en torno al 1% frente al 3% que se está viendo en los últimos trimestres. Es decir, no será una recesión técnica (de dos trimestres consecutivos sin crecimiento) como se ha podido observar en economías como la alemana recientemente. Pero tampoco se daría el un escenario optimista como el que espera el mercado para próximas fechas. "Siempre lleva tiempo ver los efectos de los tipos de interés en la economía. A nivel estadístico, desde que la Reserva Federal arranca con su primera subida de tipos hasta que se notan los primeros efectos nocivos pasan dos años y tres meses. Estamos entrando en esos plazos ahora", explican desde Beka.

Desde el punto de vista del economista jefe de la firma, los niveles de inflación actuales podrían mantenerse más tiempo del esperado y con la posibilidad de que se mantenga persistente por encima del 2%. Y esto ejercerá presión en el mercado laboral y en el aumento de la morosidad que se espera ahora que empieza a desaparecer el ahorro de los consumidores generado durante la pandemia.

Carteras robustas y diversificadas

Por ello, desde Beka consideran que la estrategia del inversor tendría que estar enfocada a activos de calidad ante la volatilidad que puede encontrar el mercado en futuras fechas. "Nosotros apostamos por una cartera robusta y diversificada", comentó Azcona, que destaca que la renta variable presenta precios elevados con valoraciones muy optimistas. De hecho, no descarta que pueda darse una corrección en bolsa del 15% en próximas fechas. Aunque desde la firma de inversión sí que consideran que la tecnología puede liderar el crecimiento de los próximos ejercicios, en especial aquella ligada a la inteligencia artificial, se muestran más partidarios de aumentar la exposición en sectores más defensivos como el ligado a la salud o a las materias primas.

Por el lado de la deuda, desde Beka consideran que en un entorno de tipos altos, riesgo de impagos y volatilidad aún es el momento de enfocarse deuda de alta calidad, principalmente en el lado europeo. "Reservaría los activos alternativos como el crédito privado como refugio táctico", según el economista jefe de la firma. En este sentido, la geopolítica actual y las elecciones que se avecinan (las francesas, las del Reino Unido y en noviembre las de Estados Unidos a la presidencia del país) no invitan a aumentar la duración de las carteras. "Yo esperaría a octubre antes de alargar las duraciones e incluso de cara al 2025 cuando se vean más movimientos a la baja por parte de los bancos centrales", concluye Azcona.

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