
Después del Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos llega el turno del Banco de Inglaterra (BoE). Habrá que esperar a la reunión del jueves para conocer si anunciarán un ajuste desde el 5,25% donde está fijada la referencia de la libra esterlina en estos momentos.
No obstante, el consenso de mercado que recoge Bloomberg no considera que el responsable de la política monetaria del Reino Unido vaya a seguir los pasos del Banco Central Europeo, sino que irá de la mano de la Fed y aplazará, por lo menos una reunión más, el inicio de su flexibilización monetaria. Un día antes de la cita del BoE se publicará en el país el dato de inflación de mayo, del que se espera que caiga tres décimas hasta el 2% interanual.
Es decir, se estaría alcanzando el objetivo que persiguen los bancos centrales como indicador de que la escalada de los precios está controlada. Mientras tanto, en la eurozona se dará el dato definitivo del mismo indicador, del que no se esperan revisiones al alza. En una semana en la que Wall Street solo cotizará cuatro sesiones, por ser festivo el 19 de junio al celebrarse el día del fin de la esclavitud (Juneteenth), la gran referencia al otro lado del Atlántico será el índice manufacturero que elabora la Fed de Filadelfia y que dará nuevas puestas del alcance de las políticas monetarias en Estados Unidos en la evolución de la economía nacional.
Esta semana el Banco de Japón (BoJ) salió de su reunión sin mover sus tipos de interés, a pesar de tener al yen de nuevo en mínimos de abril (un dólar se cambia por 157 yenes). El miércoles se publicarán las actas de esta reunión mientras que al cierre de la semana se conocerá el IPC subyacente del país en el mes de mayo. A priori, se espera que la inflación subyacente escale hasta el 2,9%, según Bloomberg.
