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Los salarios arrollan al BCE horas después de bajar los tipos de interés con una subida del 5,1%

  • La remuneración por asalariado aumentó un 5,1% en la zona euro 
  • El dato coincide con la primera bajada de tipos del BCE desde 2016
  • Los fantasmas de una espiral precios-salarios siguen presentes en Europa

Menos de 24 horas después de aprobar la primera bajada de los tipos de interés en la eurozona desde 2016, el Banco Central Europeo (BCE) ha recibido un nuevo dato que cuestiona esta decisión. Muy preocupado por un persistente repunte de los salarios que amenaza con mayores presiones inflacionarias en la región, los funcionarios del banco central han recibido este viernes sobre su mesa el siguiente dato: la remuneración por asalariado aumentó un 5,1% en la zona euro respecto al año anterior en el primer trimestre, frente al 4,9% revisado de los tres meses anteriores. El fantasma de la espiral precios-salarios vuelve a hacer su aparición en una eurozona con un mercado laboral 'caliente' y con una tasa de paro en mínimos históricos.

El mensaje es contundente, ya que la, en teoría, medida preferida del BCE sobre salarios en la eurozona, extraída de las cuentas nacionales definitivas de cada país en el trimestre, ha mostrado una aceleración a principios de 2024 en la última señal de que las presiones sobre los precios en la región están demostrando ser obstinadas.

¿Seguirán subiendo los salarios?

La advertencia de que los salarios podrían seguir aumentando más de lo que se pensaba en un principio ya se produjo a finales de mayo, cuando los salarios negociados -un indicador más estrecho- repuntaron inesperadamente durante el mismo periodo. El alarmante avance del 4,7% se debió en parte a los pagos únicos extraordinarios del sector público alemán, que enmascararon la ralentización de otras grandes economías de la zona del euro. Estos pagos están destinados a compensar de una sola vez (no se consolida en la nómina) la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores durante la gran oleada inflacionaria de estos últimos años.

A diferencia del indicador de salarios negociados, la remuneración por asalariado incluye factores adicionales como el pago de horas extraordinarias y primas. Hasta hace poco, el BCE esperaba que esa medida se ralentizara hasta el 4,4% en el primer trimestre, aunque la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde, advirtió este jueves tras la reunión de tipos que los datos nacionales publicados recientemente apuntaban más bien al 4,7%. Analistas como los de Société Générale llevan días avisando del riesgo de que el crecimiento de los costes laborales unitarios se haya mantenido por encima del 5% en el primer trimestre, "un nivel que dista mucho de respaldar la estabilidad de precios.

El miedo a una espiral precios-salarios

Aunque la zona euro se encuentra muy lejos de sufrir una espiral precios-salarios, la fortaleza del mercado laboral, con la tasa de paro en el mínimo histórico del 6,5%, y el dato publicado sobre salarios, no terminan de dejar tranquilos a los expertos. Una espiral precios-salarios es un fenómeno económico donde los aumentos en los precios y en los salarios se refuerzan mutuamente, creando un ciclo continuo de incrementos.

Los trabajadores perciben que su poder adquisitivo disminuye debido a la inflación, por lo que en un mercado laboral 'caliente' como el actual comienzan a exigir salarios más altos para compensar la pérdida en su capacidad de compra. Los empresarios, en un entorno de escasez de trabajadores, suelen acceder a estas demandas, los salarios nominales aumentan, lo que incrementa el consumo y los costes de producción para las empresas. Para mantener sus márgenes de beneficio, las empresas trasladan estos costos adicionales a los precios de sus productos y servicios, generando una nueva ronda de inflación. Esta, a su vez, lleva a los trabajadores a exigir nuevamente aumentos salariales, ya que los precios más altos erosionan otra vez su poder adquisitivo.

Para romper esta espiral, los bancos centrales deben implementar una monetaria contractiva, es decir, mantener unos tipos de interés reales (descontando la inflación) en territorio bien positivo para encarecer y limitar el acceso al crédito, reduciendo así la demanda agregada. También pueden reducir la liquidez en el sistema financiero mediante la venta de activos financieros, como bonos, que el banco central posee. Este es el conocido como quantitative tightening o QT.

No obstante, en algunos casos, la política monetaria necesita ser complementada por medidas fiscales, como ajustes en el gasto público o cambios impositivos (subidas de impuestos), para controlar la demanda agregada de manera más efectiva. Ahora mismo, el BCE ha anunciado su primera bajada de tipos mientras que los gobiernos siguen aplicando políticas fiscales relativamente expansivas. Ambas políticas no estarían contribuyendo a ahuyentar al fantasma de la espiral parcial precios-salarios.

El BCE presta atención a los salarios

Los funcionarios del banco central están examinando con lupa los salarios de los trabajadores y sopesando cómo afectarán a la inflación el mercado laboral, los beneficios empresariales y la productividad. El aumento de los precios de los servicios, especialmente sensibles a los salarios, duplica con creces el objetivo del 2% de inflación del BCE.

Las autoridades siguen confiando en que el riesgo de presiones salariales excesivas esté disminuyendo. Lagarde afirmó este jueves que el cúmulo de datos sobre el mercado laboral que los funcionarios están vigilando apuntan a un alivio en el futuro, aunque el análisis "no sea un asunto fácil". "Aunque siguen siendo elevados -de eso no hay duda-, estamos viendo que esos salarios siguen una senda descendente", dijo. "Y eso ocurrirá especialmente en 2025".

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