
"Es cierto que hay demasiada oferta de petróleo. La producción crudo en EEUU en septiembre alcanzó otro récord mensual, impulsada por la resurrección de la cuenca de Bakken". Estas pocas palabras revelan algo notable: tras años de estancamiento, la cuenca de Bakken, en Dakota de Norte, ha despertado y con ella la industria del fracking (perforación hidráulica) y el shale oil (petróleo de esquisto) en EEUU.
La producción de petróleo crudo de EEUU en septiembre aumentó hasta alcanzar un nuevo récord mensual de 13,24 millones de barriles por día. Buena parte del mérito de este nuevo récord lo tiene la formación de Bakken, en Dakota del Norte, hogar del shale oil o petróleo de esquisto, el tipo de crudo que ha revolucionado la industria petrolera de EEUU y que ha puesto patas arriba este mercado otrora completamente controlado por Arabia Saudí y sus aliados de la OPEP.
Según revelan los datos del Departamento de Energía de EEUU, la producción de crudo aumentó un 1,7%, el mayor incremento desde marzo, según muestran los últimos datos. En Dakota del Norte, el tercer estado estadounidense con mayor producción de petróleo, la producción de crudo se disparó un 6,5%, hasta los 1,3 millones de barriles diarios (bpd) en septiembre, la más alta desde marzo de 2020.?
Esta es una formación rocosa que alberga petróleo de esquisto que necesita ser extraído a través de la técnica del fracking (fracturación hidráulica). Aunque no es la más importante, puesto que la Cuenca Pérmica (entre Texas y Nuevo México) tiene muchas más reservas probadas de crudo y produce a un nivel mucho más elevado, representa la resurrección del fracking en EEUU.
¿Por qué Bakken representa la vuelta del fracking? Esta formación, ubicada a lo largo de la frontera canadiense, está muy lejos de las terminales de exportación y las refinerías, lo que significa que los productores tienen unos costes de transporte más altos y unos beneficios netos menores que sus competidores, por ejemplo, en la prolífica Cuenca Pérmica, que están mucho más cerca de las principales refinerías y centros de exportación en la costa del Golfo. Si Bakken, que ya se había dado por muerta, está resurgiendo, es porque algo está pasando en el fracking de EEUU, explican desde Reuters en un análisis.
Extraer nuevo petróleo de Bakken es rentable
La fuerte subida del precio del crudo dio comienzo con la recuperación económica posterior al covid. Sin embargo, la invasión de Ucrania por parte de Rusia y la tensión geopolítica elevaron una velocidad más el auge de los precios del crudo. Los productores de EEUU tardaron en responder, pero terminaron respondiendo a los incentivos (la subida de precios). Tal ha sido la respuesta, que incluso la formación de Bakken, mucho menos productiva que la Cuenca Pérmica y a la que se había dado por 'muerta' ya casi en 2016, ha vuelto a renacer.
El boom del fracking y la perforación direccional permitieron el desarrollo de esta formación entre 2010 y 2015. Ahora, la mejora constante de estas técnicas y la fuerte subida del petróleo desde 2020 ha permitido que las reservas probadas de crudo en esta formación (las reservas probadas varían cada año en función de los precios del crudo y la tecnología disponible para extraerlos) han aumentado hasta superar los 4.000 millones de barriles.
Bakken despierta con su petróleo
Pese a todo, Bakken aún no ha alcanzado su pico de producción (cerca de los 1,5 millones de barriles diarios en 2019), pocos esperaban el fuerte repunte que está viviendo esta formación rocosa. Las últimas investigaciones del Instituto para la Energía Económica y el Análisis Financiero revelaban que los pozos y yacimientos más productivos se estaban agotando. Sin embargo, Bakken ha vuelto a la vida, aunque no se sabe por cuanto tiempo.
Se espera que los precios de equilibrio en este nuevo ciclo de Bakken, que incluyen costes de transporte, impuestos y diferenciales de precios, sean de media 58,86 dólares por barril en 2023, unos costes mucho más altos que los que presenta, por ejemplo, la región de Midland de la Cuenca Pérmica, según datos Rystad. No obstante, mientras que el crudo se mantenga cerca de los 80 dólares seguirá siendo rentable la extracción de crudo en Bakken, por lo que podría haber nuevas sorpresas.
La producción de shale oil de la cuenca de Bakken ha aumentado mucho más de lo esperado este año, asegura Francisco Blanch, jefe de investigación global de materias primas y derivados de BofA. "Me ha sorprendido que áreas como el Bakken se hayan recuperado con tanta fuerza", señalaba Blanch en una entrevista realizada por Reuters. "El crecimiento no ha sido solo una historia de la Cuenca Pérmica (algo que ya estaba descontado porque es la más productiva con diferencia). Estamos viendo que muchas cuencas de petróleo esquisto que estaban estancadas están experimentando un resurgimiento".
Este movimiento es el que revela el cambio en la industria del fracking. Sobre todo, los yacimientos más productivos están volviendo a la vida por todo lo alto, generando un récord de producción de crudo de EEUU. También parte de las formaciones donde extraer petróleo es más costoso, difícil y caro están 'reviviendo' en este nuevo ciclo de inversión. Además, se espera que las cosas en Bakken sigan mejorando después de la adquisición de Hess por parte de Chevron.
"Esta venta es un gran negocio en Dakota del Norte", aseguraba Ron Ness, jefe del Consejo del Petróleo de Dakota del Norte, un grupo comercial de la industria, el día que se cerró la operación. Chevron podría llevar la producción de Bakken a un nivel superior al objetivo que tenía Hess, aseguró en su día Matthew Bernstein, analista senior de Rystad Energy.
Dada la amplitud de sus operaciones, las empresas integradas más grandes, como Chevron, están bajo menos presión que los productores de esquisto para cumplir con modestos aumentos objetivo en cada región en la que operan, siempre y cuando sigan brindando retornos a los accionistas, aseguraba Bernstein. La formación de Bakken está más consolidada y madura que regiones como la Cuenca Pérmica, además de ser mucho más pequeña, por lo que hay menos margen para aumentar la actividad, sentenció Jessie Jones de Energy Aspects.