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La advertencia de la AIE sobre el diésel que debe poner en alerta a Europa

Imagen conceptual: reflejo de la subida de precios del diésel, el gas y otros hidrocarburos. Foto de Alamy

Desde que diese comienzo la guerra de Ucrania, las advertencias de todo tipo a nivel económico no han parado de repetirse. Aunque es cierto que el precio de las materias primas se disparó (y sigue muy elevado), los problemas en las cadenas de suministro se agudizaron y la incertidumbre en los mercados se ha convertido en un factor crónico, la sangre no ha llegado al río, al menos de la forma que se anticipó.

Los peores augurios sobre el mercado de gas o de combustible no se llegaron a cumplir en 2022 (pese a la tensa situación que se vivió). Sin embargo, todavía no se puede cantar victoria. Un año después, algunos de esos riesgos siguen presentes e incluso podrían ser más serios. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) y algunos expertos han comenzado a advertir de los nuevos nubarrones que se están formando en el mercado del diésel y que amenazan con desencadenar una tormenta perfecta.

El último informe publicado por la AIE advertía sobre la tensión que se está viviendo ya en el mercado de diésel europeo, con unos inventarios por debajo de la media y el próximo invierno a la vuelta de la esquina. En un recuadro dentro del informe mensual, la AIE subrayaba que, aunque han pasado ya más de 18 meses de la invasión de Rusia a Ucrania, los mercados europeos de diésel aún se están adaptando a la pérdida de suministro de su principal fuente de importación.

"Las limitaciones de refino y el riesgo de que se produzca una reducción de las importaciones de las refinerías de Oriente Medio podrían, de forma combinada, restringir aún más los suministros de cara al último trimestre de 2023 y principios de 2024". Justo antes de que comience el invierno en el hemisferio norte, las existencias de diésel europeas están estancadas y muy por debajo de los niveles anteriores a la invasión y solo marginalmente por encima de 2022. El reflejo de estas tensiones se puede comprobar ya en el surtidor. En España, por ejemplo, el precio del litro de diésel ha superado ya al de gasolina.

Las existencias a día de hoy cubren solo 33 días de demanda, un nivel que se encuentra muy por debajo de la media de cinco años para esta estación, según señalaba el informe. ¿Qué está pasando para que los inventarios y los niveles de producción de destilados se encuentren en un nivel tan bajo? "A pesar de la rentabilidad casi récord de las refinerías y el elevado crack spread (margen de cada barril destilado respecto al barril de crudo) de los productos destilados medios en los últimos meses, el rendimiento de las refinerías europeas sigue estando muy por debajo de los promedios históricos".

La AIE achaca esta baja producción a los problemas que están teniendo algunas refinerías para obtener petróleo crudo en un mercado muy ajustado por los recortes. Según datos de la propia OPEP, Arabia Saudí estaría produciendo por debajo de los 9 millones de barriles diarios de crudo, frente a los 11 millones de barriles diarios (mb/d) que produjo durante algunos meses de 2022.

"En agosto, el consumo de crudo de las refinerías promedió 11,5 mb/d, lo que supone 1,3 mb/d menos que los niveles anteriores al covid. La pérdida de 600.000 barriles de capacidad regional desde 2019 explica solo en parte la reducción de los niveles de actividad... Está cada vez más claro que las limitaciones para obtener crudo y materias primas están contribuyendo a la caída sostenida de los niveles de actividad", sostienen desde la AIE. Pero no solo la tensión del mercado de petróleo, también hay otros factores que están complicando la producción de gasóleo.

Matthew Carusi, analista especializado en Energía de la consultora americana ESAI Energy, comenta en declaraciones a elEconomista, que "desde diciembre de 2022, la UE no acepta los tipos de crudos medios rusos que utilizaba anteriormente para refinar el diésel. Europa ha intentado comprar más crudos de acidez media de Noruega y Kazajistán, pero esos esfuerzos llevarán tiempo para compensar por completo las pérdidas de Rusia".

El problema con las importaciones

El informe de la AIE también señalaba a este punto intentando buscar explicación a por qué se está produciendo un incremento de las compras de crudo a otras regiones para compensar el embargo al petróleo ruso. "El aumento de las importaciones podría aliviar parte de la escasez. Sin embargo, las importaciones de Europa no se han acelerado en los últimos meses y están por detrás del promedio de cinco años. Además, tras la pérdida de suministro de diésel ruso, Oriente Medio (una zona altamente inestable) es ahora la mayor fuente de suministro a la región, con menores contribuciones de Asia y América. Si los informes de que algunas refinerías de Oriente Medio se enfrentan desafíos para cumplir con la demanda de invierno, incluso mantener este nivel de importaciones (ya es bajo de por sí) durante la temporada de invierno puede resultar difícil", según advierten desde la AIE.

Un mercado de petróleo muy ajustado, el embargo al crudo y los refinados rusos, los problemas para importar refinados de Oriente Medio... por si esto fuera poco, las refinerías europeas y de otras regiones clave están realizando operaciones de mantenimiento al mismo tiempo: "Las operaciones de mantenimiento en las refinerías de Europa han sido más largas y exhaustivas este otoño. El mismo patrón está ocurriendo en refinerías clave en India y Arabia Saudí, por lo que el mercado está muy ajustado en este momento", sentencia Carusi.

"Todavía tenemos la esperanza de que lleguen más envíos de diésel desde Oriente Medio o América del Norte una vez que las operaciones de mantenimiento terminen o disminuyan hacia finales de este otoño. Sin embargo, la situación en Europa es más compleja porque la producción nacional de diésel está por debajo de los niveles normales, lo que significa que el continente podría tener que depender aún más de nuevos proveedores", advierte el experto de ESAI.

¿Tormenta perfecta en el diésel?

¿Una tormenta perfecta? Con todo lo anterior, no resulta extraño que Sarah Emerson, presidenta de la misma consultora, asegurara hace unas semanas en un artículo publicado en The New York Times, que "el mercado de diésel se encuentra en una tormenta perfecta". Muchos factores que por sí solos tendrían un impacto limitado en el mercado han coincidido en el tiempo, generando una situación que podría llegar a ser límite.

Los inventarios de diésel pueden caer a mínimos no vistos desde 2004
Los inventarios de diésel pueden caer a mínimos no vistos desde 2004

Según las proyecciones de la propia AIE existen dos escenarios posibles. Uno en el que la producción de las refinerías europeas se recupera y "los inventarios terminan en la parte inferior del rango de cinco años, alrededor de 200 millones de barriles (mb)". De modo que habría cierta escasez de diésel, pero no daría lugar a una situación crítica. Otro escenario menos benigno que se produciría "si los rendimientos de las refinerías se mantienen en los niveles deprimidos de julio, o siguen el desarrollo mensual promedio para el segundo semestre de 2023, entonces las existencias podrían terminar este año en 180 mb, un nivel que solo se ha alcanzado una vez en los últimos 20 años (marzo de 2004) y no coincidió con el comienzo del invierno y la temporada de calefacción, según explican desde la AIE.

"En conjunto, parece que las opciones para que el suministro europeo de diésel y gasóleo mejoren sus niveles de cobertura de existencias en los próximos meses son limitadas... Es posible que (la estabilidad) de los mercados dependa de que se produzca otro invierno suave para evitar condiciones aún más estrictas", culmina el informe de la AIE. Salvo sorpresa, el suministro normal de diésel y, por tanto, su precio volverá a depender del clima. Está por ver si esta vez la suerte (un invierno cálido) vuelve a estar del lado de Europa.

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