
El éxito en la inversión, como casi todo en la vida, es una ecuación muy sencilla: expectativas menos resultados. Llevo años defendiendo que la primera parte es la consecución de una rentabilidad anualizada del 7%, porque el largo plazo y el interés compuesto es lo que permiten que el patrimonio se duplique cada década. Este es el objetivo con el que nació el fondo que asesoramos en elEconomista.es, Tressis Cartera Eco30, que afronta este septiembre el mes que le conduce a su quinto año de vida con una rentabilidad acumulada del 43% y anualizada del 7,4%.
El mejor aprendizaje del viaje que llevamos es que, además de la convicción en la elección de los 30 valores internacionales que componen la cartera, el mayor aliado para quienes nos embarcamos en este proyecto es el largo plazo. Y es que solo el tiempo es el que ordena la realidad de un mercado que ahora se puede rememorar que está estigmatizado por la maldición de los años pares y la bendición de los impares.
Creo que una de las mayores satisfacciones profesionales que he vivido es que, después de décadas dedicado a la selección de ideas de inversión para que los lectores tomen sus decisiones de inversión, en septiembre de 2018, la CNMV nos convirtió en asesores del primer producto de inversión nacido de la estrategia de un medio de comunicación en España. El punto de partida era el embrionario índice internacional, Eco30 Stoxx, que desde 2012 construimos con la bolsa alemana. Pues bien, los últimos meses de 2018 fueron terroríficos con un desplome que nos hizo retroceder un 6,28%. Mientras se desplomaba Wall Street, en la Nochebuena de aquel año, barruntaba que después de tanto esfuerzo era cruel morir en la orilla. Pero llegó 2019 y, después de un año de ir sumando todas las 'f' que dicen los americanos que emprenden (familia, amigos y adeptos) para alcanzar los mínimos de la inversión colectiva, firmamos un 20,3%.
Y en 2020 llegó la Covid -supongo que será el mejor momento que tendrá un partícipe para entrar en el fondo-, y tras la mayor volatilidad que se pueda imaginar, la Cartera Eco30 cerró con un -6,77%. La maldición del año par se atenuó mucho por la calidad de la cartera y el milagro de la Almudena el 9 de noviembre con la vacuna de Pfizer. La reconstrucción del valor en cartera y la bonanza del año impar dejó en 2021 el mejor ejercicio hasta ahora de Tressis Cartera Eco30 con un 22,96% de rentabilidad para dar paso al que considero mejor año del fondo aún con pérdidas. 2022 fue un año nefasto para la bolsa y dantesco para la renta fija, pero el resultado de la cartera fue un 4,25% pese a la invasión de Ucrania y la descontrolada hiperinflación.
A 2023 le queda casi un tercio del año y el saldo anual se va a un 16,6%. Nadie sabemos si la maldición de los años pares y la bonanza de los impares acabará en aforismo bursátil, pero lo que sí sabemos es que el largo plazo resuelve la ecuación del éxito.