Bolsa, mercados y cotizaciones

No hay superciclo de materias de primas, excepto para este metal: el 'doctor' que ya no ausculta la economía

  • Julius Baer: "No hay superciclo de materias primas, salvo para el cobre"
  • Hay más ruido de mercado que cambios en los fundamentales, dice la firma suiza
  • El cobre sí enfrenta limitaciones estructurales y es menos reactivo al PIB
Foto: Dreamstime

El mercado claramente al alza que han experimentado las materias primas desde que se disipó el shock inicial del estallido del covid ha hecho que recurrentemente se hable de un nuevo superciclo en las mismas. Se usa esta expresión para hablar de un período en el que los precios escalan por encima de lo que se podría considerar normal en un ciclo estándar positivo al ensancharse la magnitud en la que la demanda supera a la oferta.

Las dificultades operativas al desatarse la pandemia afectaron a la oferta al tiempo que los estímulos desplegados por países y bancos centrales permitieron que la demanda no sucumbiera y que la inversión no perdiese comba. Lo ocurrido a partir de febrero de 2022, con la invasión rusa de Ucrania, ha contribuido a la dinámica al empeorar los problemas por el lado de la oferta. Episodios como la sequía tampoco han ayudado. Las perspectivas de enfriamiento global en el último año han corregido los precios, pero aún siguen lejos del suelo en los inicios del coronavirus.

El índice de materias primas de Bloomberg, uno de los más observados para radiografiar al sector compuesto por una nutrida cesta de los principales recursos, se sitúa en los 104 puntos cayendo del pico superior a los 130 puntos registrado en mayo de 2022. En abril del 2020, el indicador bajaba de los 60 puntos.

Aunque se antoja pronto para constatar si existe ahora mismo un superciclo de materias primas como el que se experimentó en la primera década de los 2000, a lomos de los países emergentes, encabezados por la potente inversión china, no pocos analistas han hecho referencia al símil. En agosto de 2008, el índice de materias primas de Bloomberg marcaba un máximo histórico por encima de los 230 puntos. Otros, sin embargo, niegan la mayor.

Es el caso de los expertos del banco privado suizo Julius Baer. "La narrativa del superciclo persiste en el trasfondo de los mercados de materias primas. Nuestra opinión no ha cambiado: no vemos a las materias primas en otro periodo plurianual de precios elevados. Por el contrario, creemos que el rebote del año pasado se debió a la excepcional dinámica de crecimiento pospandémico, al desplazamiento del consumo de servicios a bienes y a la sobreestimulación gubernamental, combinados con una serie de perturbaciones meteorológicas y geopolíticas", explica en un comentario de esta semana Norbert Rücker, economista jefe en la firma.

Ciertamente, concede Rücker, hubo escasez y el negocio de los recursos se calentó, pero los factores determinantes son principalmente cíclicos y temporales, no estructurales, subraya. Para el analista, las cosas deberían seguir enfriándose, pero con el recuerdo aún fresco de las subidas de precios del año pasado, los mercados han sido testigos de varios episodios de nerviosismo y reacción de los precios, señala, haciendo mención a tres en concreto.

En primer lugar, el petróleo. "El precio se acercó a los 85 dólares por barril, ya que las naciones petroleras, y especialmente Arabia Saudí, han seguido limitando agresivamente la oferta. Pero el mercado del petróleo está prácticamente abastecido y el tan esperado endurecimiento sigue pendiente. Los problemas económicos de China deberían frenar el crecimiento de la demanda", expone Rücker.

En segundo término, el fenómeno meteorológico de El Niño ha reavivado la preocupación por la oferta agrícola y, por tanto, los temores inflacionistas. Sin embargo, plantea el economista, los contratiempos meteorológicos se han producido regularmente por motivos ajenos a las anomalías de temperatura en el Pacífico y las perspectivas de las cosechas mundiales parecen sólidas.

En tercer y último caso, el conflicto laboral en Australia que amenaza con interrumpir las exportaciones de gas natural y el nerviosismo consiguiente han sacudido los precios energéticos europeos en los últimos días (este lunes las subidas de los futuros del gas llegaron al 18%). No obstante, el experto de Julius Baer considera que Europa enfrenta riesgos debido a un suministro excesivo y no insuficiente de gas natural en las próximas semanas. "Los riesgos de suministro parecen manejables", apostilla, en todo caso.

La lectura de la firma suizo es que los temas mencionados son más ruido de mercado que cambios en los fundamentales, salvo la situación económica de China. "Nuestras opiniones se mantienen prácticamente sin cambios. El petróleo cotiza en el extremo superior de un rango justificado. Los precios del oro deberían suavizarse a medida que disminuyan los riesgos de recesión. Solo el cobre se enfrenta a limitaciones estructurales y los precios deberían registrar vientos favorables a largo plazo", acaba Rücker.

Lo cierto es que en las tres semanas transcurridas de agosto el cobre ha caído por los preocupantes datos y síntomas que arroja la economía China, baluarte clave del uso de este metal industrial. Los futuros a tres meses del metal en la Bolsa de Londres han pasado de los más de 8.700 dólares la tonelada de principios de agosto al nivel de los 8.200. Sin embargo, ampliando la mira, no parece que esta tendencia se vaya a acusar, principalmente porque el cobre parece haberse vuelto menos reactivo al crecimiento mundial.

"Como activo cíclico, la demanda de cobre siempre ha estado estrechamente correlacionada con el crecimiento del PIB mundial, pero esa sensibilidad ha ido disminuyendo. Esta menor beta respecto al PIB ya ha proporcionado apoyo a los precios del cobre en torno a los 8.500 dólares por tonelada en los últimos trimestres y ha limitado las presiones a la baja sobre los precios del metal rojo en medio de una recesión industrial, algo poco frecuente", explicaba hace un par de semanas en una nota para clientes Michael Widmer, estratega de materias primas de Bank of America (BofA).

El descenso de la beta se debe a una confluencia de factores. Para empezar, sostenía Widmer, el crecimiento económico mundial ha sido más moderado estructuralmente en la última década en comparación con el periodo previo a la Gran Crisis Financiera. "Esto ha sido quizás más visible en China, donde el gobierno ha reorientado sus objetivos de crecimiento puramente cuantitativos, que a menudo iban acompañados de una mala asignación del capital y un exceso de capacidad, hacia una expansión más sana y de mayor calidad".

"En relación con lo anterior, la composición del crecimiento de la demanda de cobre en China ha ido cambiando, siendo los dos sectores 'verdes' -la red eléctrica y los vehículos eléctricos- los que han acaparado el crecimiento de la demanda en los últimos meses. Dado que la economía mundial está acelerando su avance hacia el objetivo de emisiones cero y que los mercados desarrollados también están intensificando sus esfuerzos estructurales para hacer frente al cambio climático, es muy probable que la demanda de cobre siga siendo menos cíclica", detallaba el analista.

Esta dinámica también se ha reflejado en los comentarios de las mineras durante la temporada de presentación de resultados. Rio Tinto defendió que la transición energética está teniendo un impacto en la demanda. Anglo American calcula que el stock mundial de cobre instalado es de unos 61 kilogramos por persona, y que es necesario cuadruplicarlo. Freeport ve consenso en unas perspectivas más sólidas a medio y largo plazo, ya que se prevé que la demanda crezca más deprisa que la oferta. De cara al futuro, puede que 'Doctor Green' sea mejor nombre para el metal rojo que 'Doctor Copper', como se le ha conocido tradicionalmente por permitir medir la salud de la economía mundial al ser un recurso clave en la actividad industrial.

Apuntalando su tesis, Widmer hacía mención a la última Evaluación de Materiales Críticos del Departamento de Energía de EEUU ha publicado su última, en la que el cobre y el aluminio se clasifican ahora como casi críticos a medio plazo, debido al aumento de la demanda en las tecnologías de energía solar, la electrificación global y el aligeramiento de los vehículos.

Hay que mirar a Chile

Poniendo el foco en la producción, el panorama de la producción minera de cobre en Chile, primer país productor, pintado por operadores y accionistas minoritarios de minas de cobre de ese país a finales de julio dista mucho de ser halagüeño. Según un informe de Commerzbank con las cifras, la producción de la mayor mina del mundo, Escondida, disminuyó un 6% en el segundo trimestre.

"Es cierto que una de las empresas registró un crecimiento positivo en el segundo trimestre, pero resultó ser más débil de lo previsto por la mayoría de los analistas. Además, las perspectivas para el segundo semestre no son nada positivas: la empresa ha revisado a la baja su previsión de producción global para este año, de 670.000-710.000 toneladas a 640.000-670.000 toneladas. La escasa producción minera se debe a varias razones, como problemas operativos, escasez de agua y descenso de la ley del mineral", enumera Thu Lan Nguyen, analista del banco alemán.

Según el Grupo Internacional de Estudios del Cobre (ICSG), la producción minera mundial en los cinco primeros meses del año siguió siendo ligeramente positiva, con un crecimiento del 2%. Dicho esto, la producción disminuyó un 5% tanto en Chile como en Indonesia, mientras que el descenso en Panamá fue incluso de un considerable 9%. En cambio, Perú, segundo productor mundial, recibió buenas noticias: su producción aumentó un 19%.

"No obstante, Perú sigue luchando contra la inestabilidad política, lo que aumenta el riesgo de nuevos cortes de producción. Si la tendencia se mantiene, especialmente en Chile, que representa casi una cuarta parte de la producción mundial (según datos del Servicio Geológico de EEUU para 2022), es probable que la producción minera se vea considerablemente mermada. En este sentido, cabe preguntarse si el excedente de oferta, que el ICSG cifra en 287.000 toneladas en los cinco primeros meses del año, seguirá creciendo significativamente, sobre todo porque la producción de cobre refinado en China (actualmente el principal motor del crecimiento) podría empezar a flaquear después de que el país importara menos mineral de cobre en junio", sentencian desde Commerzbank.

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