
Ha pasado más de una década del comienzo de la crisis de deuda en la que los países de la periferia europea (Grecia, Italia, España y Portugal) sufrieron una pérdida de confianza y credibilidad en los mercados financieros que obligó al Banco Central Europeo a actuar como nunca antes. Deudas incontroladas con unos costes disparados llevaron a las agencias de calificación crediticia a degradar las notas con las que los países acudían a los mercados en busca de financiación. Grecia fue el país peor parado en esa crisis –en la que recibió tres programas de rescate de la UE y el FMI y estuvo cuatro años sin emitir deuda– y han tenido que pasar 13 años para que empiece a recobrar las confianza de estas agencias.
Su economía no solo está despegando sino que los mercados ya ven con mejores perspectivas al país tras los esfuerzos de los últimos años. Es cierto que las tres grandes firmas estadounidenses (S&P, Fitch y Moody's) mantienen su rating en el conocido como bono basura, con el que aún califican al país con grado especulativo. Sin embargo, otras dos agencias, la japonesa R&I y la europea Scope Ratings, acaban de devolver a Grecia al grado de inversión. Ambas han subido en solo una semana la nota crediticia del país desde BB+ hasta BBB-, con una perspectiva "estable".
Scope la mejoró este lunes, argumentando "el refuerzo del apoyo por parte de las instituciones europeas, una trayectoria favorable de la deuda pública y las reformas del sector bancario" como factores clave. Recalcó que se espera que la ratio deuda pública/PIB de Grecia descienda hasta el 160,7% en 2023, "lo que supondría una reducción de 46 puntos porcentuales desde el máximo alcanzado en 2020".
Pese a ello, la agencia señala a la elevada deuda pública, los riesgos políticos a largo plazo y la fragilidad del sistema bancario como algunos de los retos para el país.
Por su parte, R&I también destacaba la caída de la deuda/PIB, así como la mejora del equilibrio fiscal y la victoria electoral del partido gobernante en junio que salvaguardaba la continuación de las políticas económicas y la reestructuración fiscal así como las reformas pendientes.
Las mejoras de calificación podrían continuar. Fitch dejó al país a solo un escalón del grado de inversión en enero, y S&P ya lo hizo en abril de 2022. Con esta carta de presentación, Grecia paga ahora en torno a un 3,82% por financiarse a 10 años, 120 puntos básicos más que Alemania y apenas 20 más que España.