
Japón está vigilando el mercado de divisas ante la reciente aceleración de la depreciación del yen, dijo este martes el ministro japonés de Finanzas, Shunichi Suzuki, después de que la moneda nipona tocara un mínimo en siete meses con el dólar.
El billete verde llegó a sobrepasar hoy los 142 yenes o 0,0076 dólares por unidad de divisa japonesa, acelerando su reciente ritmo de depreciación frente a la divisa estadounidense, ante el mantenimiento de las políticas monetarias divergentes entre ambos países y el alza de tipos de interés en Europa, que ha situado al euro en niveles máximos con el yen en 15 años, las 155 unidades.
"Los tipos de cambio están determinadas por los mercados y otros factores, pero deben mantenerse de manera estable", afirmó Suzuki durante una conferencia de prensa recogida por la agencia local de noticias Kyodo. El Ministro de Finanzas japonés añadió que esta es "la postura básica" del Gobierno japonés.
Suzuki también destacó que están monitoreando constantemente la evolución de los mercados de divisas. Después de que Japón fuera retirado de la lista de vigilancia de divisas de Estados Unidos, el ministro aseguró que Tokio mantendrá una estrecha comunicación con otros países y tomará las medidas "necesarias" en materia monetaria. El yen tocó mínimos de 1998 hace varios meses, aunque se ha recuperado levemente sigue en niveles muy bajos.
La reciente depreciación del yen frente a otras divisas se ha acelerado desde que el Banco de Japón (BoJ) decidió la semana pasada mantener su política monetaria ultraflexible, con tipos de interés de referencia negativos del -0,1%.
Esta decisión contrasta con la postura de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), que, aunque mantuvo las tasas en junio, ha señalado su intención de seguir aumentándolas en el futuro. Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) continuó con sus aumentos y elevó los tipos de interés en un cuarto de punto hasta el 4%.
La divergencia entre las políticas monetarias de los bancos centrales más influyentes ya provocó una depreciación del yen el año pasado, lo que llevó al Gobierno japonés a intervenir en el mercado en varias ocasiones para frenar la caída acelerada de su divisa.
La debilidad del yen ha tenido un impacto en los costos de importación en Japón, un país altamente dependiente de estas compras, lo que ha llevado a un aumento de los precios en el día a día de la población.
A pesar de las intervenciones pasadas (la primera vez que Japón compró yenes desde 1998 y la primera intervención en sí desde la venta de moneda llevada a cabo por el Gobierno japonés después del aumento del yen tras el accidente de Fukushima), Washington ha eliminado a Japón de su lista de vigilancia de divisas después de ocho años.
Suzuki explicó que esta decisión es el resultado de una estrecha comunicación entre las autoridades de ambos países y afirmó que la salida de Japón de la lista "no cambiará ni afectará" la postura de Japón con respecto a estas políticas.