
Después de años desaparecida, la inflación empezó a dar señales de que volvía en enero de 2021. Al principio, los bancos centrales defendían que se trataba de un fenómeno temporal. Pero, en vez de aflojar, la inflación subía cada vez más. Su fortaleza obligó a los bancos centrales a actuar con contundencia, a golpe de alzas en los tipos de interés, que continúan hasta ahora. Pero aún así, su impacto en los bolsillos ha sido significativo. Los inversores españoles han visto cómo los precios se han disparado un 14,5% desde principios de 2021, a pesar de que en mayo han bajado unas décimas, y solo un activo ha sido capaz de batirla desde entonces.
Ese activo ha sido la renta variable. Es el único con el que se han podido obtener rentabilidades reales positivas desde enero de 2021 -la rentabilidad real es la que se obtiene con una inversión una vez descontado el impacto de la inflación-. De los principales mercados, Wall Street ha sido el mejor escudo. El S&P500 ha generado al inversor europeo una rentabilidad del 32,8% en este tiempo, si se tienen en cuenta también los dividendos que reparten sus cotizadas. Pero el retorno real se achica al 18,3% una vez descontada la inflación. Ese rendimiento ha sido del 8,35% en el caso de la bolsa europea, y del 7,14% en el del Ibex 35.
Sin embargo, la inversión directa en bolsa no es una opción que elijan la mayoría de hogares españoles. Según los últimos datos disponibles en Inverco, ésta solo pesa un 9,5% en la estructura del ahorro financiero de las familias. El grueso de sus ahorros permanece en cuenta corriente, depósitos y efectivo, aunque parte de ese ahorro también se ha canalizado hacia los fondos de inversión, sobre todo de renta fija.
En los últimos años este activo apenas ofrecía rentabilidad, pero hoy vuelve a cumplir con su papel tradicional en las carteras, el de diversificar y generar rentas. Y el cambio se debe a los tipos más altos que han ido aplicando los bancos centrales, que provocaron un ajuste sin precedentes en el precio de la mayoría de bonos a la baja. Esto explica que la renta fija global acumule pérdidas del 19,05% desde enero de 2021, aun incluyendo los cupones, que es lo que retrocede el índice de Bloomberg y Barclays. A ello habría que añadir el impacto de la inflación en este periodo, que elevaría los números rojos hasta el 35,5%.
Con otros tipos de renta fija el saldo no es mucho mejor, ni siquiera con de mayor riesgo. Los bonos con alta probabilidad de impago, conocidos como high yield, han perdido un 9,55% desde que empezó a subir la inflación. Pero, de nuevo, el agujero es mayor si se incluye el efecto de ésta (ver gráfico).
¿Protege el 'ladrillo'?
Sin embargo, aunque los activos financieros han ido ganando peso en la ecuación estos años, la mayoría de la riqueza de los españoles se cimienta aún en ladrillo. Durante años, las familias se han planteado la inversión en inmuebles no solo como una opción para adquirir su vivienda habitual, que también, sino como una alternativa de inversión a los activos financieros. Algo que no sucede en otros países europeos con la misma intensidad. Según datos de Fotocasa, la rentabilidad de la vivienda en España cerró el año pasado en el 6,5%, por encima de la inflación, del 5,7%.
Sin embargo, uno de los inconvenientes que presenta la inversión en vivienda es la liquidez, aunque el precio de ésta caiga no siempre se puede vender tan rápidamente. Su alter ego en el mundo de los activos financieros serían los reits, que sí gozan de esa liquidez. Sin embargo, al igual que ha ocurrido con el resto de activos que no son la bolsa, tampoco han contrarrestado la subida de la inflación en los últimos años. Según el índice de S&P, que agrupa una muestra representativa de ellos, el precio de estos vehículos ha caído alrededor de un 6% desde enero de 2021, por lo que la rentabilidad real es una pérdida del 8,5%.
¿Y la gestión alternativa?
Otra tendencia que ha ganado terreno en los últimos años es la gestión alternativa. La dificultad para obtener rentabilidades positivas con los activos tradicionales durante años de tipos al 0% ha llevado a los gestores a buscar otras fuentes de rentabilidad alternativas. Según los datos ofrecidos por Morningstar, los fondos de esta categoría han subido de media un 9,71% desde que los precios empezaron a subir, insuficiente, también, para compensar el impacto de la inflación.
Más allá de la lucha que libran los bancos centrales contra ella a corto plazo, algunos expertos creen que los inversores deberán acostumbrarse a elevar su defensa contra ella, ya que esperan que "la inflación sea más alta en la próxima década que en la anterior", como explican en Wellington Management.