Bolsa, mercados y cotizaciones

El dividendo no ha tenido tan buena prensa como el inmobiliario

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El mayor mantra que tiene el mundo del ahorro en nuestro país es que la mejor de las inversiones es el inmobiliario. Es un error que la primera idea de inversión que tiene en la cabeza un español en cuanto genera suficiente patrimonio sea la de comprar otra vivienda para alquilar y convertirse en rentista. Esto ha provocado que tengamos una de las estructuras más ineficientes del ahorro financiero: cuatro de cada cinco euros están metidos en ladrillo frente a uno en mercados financieros.

Claro que pienso que la inversión inmobiliaria es importante en la estructura del ahorro, pero la relación que tenemos en España es equivocadísima. Hay mejores alternativas y, más importante, son esencialmente más líquidas. Y no aprovecho ni un párrafo para desmitificar la inversión inmobiliaria por el intervencionismo político de gobiernos que hacen leyes que hieren de gravedad el mercado de la vivienda y el alquiler.

A lo largo de las tres décadas que llevo escribiendo de mercados tengo el convencimiento que un pilar estructural en la construcción de una cartera para un inversor particular son los dividendos. La creación de valor que hay detrás del cobro de retribuciones de compañías, esencialmente cotizadas, es superior al cobro de rentas de alquiler.

Pero quitemos literatura y pongamos cifras negro sobre blanco de la importancia que tienen los dividendos en las carteras de los inversores. A comienzos de siglo, en el peor momento de la caída de la burbuja.com, la capitalización del Indice General de la Bolsa de Madrid cedió los 300.000 millones de euros -hoy alcanza los 800.000-. En todo este tiempo ha inoculado un aditivo que a los accionistas pasa demasiado desapercibido. El efecto de este aditivo "es que desde el año 2000 hasta 2022 las empresas cotizadas españolas han repartido 542.000 millones de euros a través de los cerca de 8.000 dividendos y otros pagos realizados", explica Domingo García Coto, director del Servicio de Estudios de BME. "Los precios de las acciones de la Bolsa española se han revalorizado desde entonces el 2,25% anual, pero si a esta rentabilidad le sumamos la aportación del dividendo reinvertido, el retorno sería de un 6,75%", recalca el vademécum de la bolsa española, García Coto. La rentabilidad generada es muy superior a la de la tasa libre de riego, medida por el bono a 10 años español, que ha ofrecido en el mismo periodo un 3,75%.

Creo en el dividendo como uno de los pilares estructurales de esa idea que debe conducir al fondo que asesoramos, Tressis Cartera Eco30, en su objetivo de duplicar su valor cada década fruto del análisis, la selección, la paciencia y el interés compuesto. Hoy siete compañías de las 30 de cartera -Axa, Engie, Enel, Taylor Wimpey, Stellantis, BAT y Glencore- retribuyen por encima del 7%.

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