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Francia se convierte en el inesperado refugio cripto: gigantes como Binance apuestan por París

  • Pese a la mayor regulación, Macron quiere una 'nación de las startups'
  • Los expertos auguran presiones de EEUU y la UE para un mayor control
  • Firmas de lujo como Louis Vuitton o Cartier están volcadas con la 'blockchain'
Imagen: Dreamstime

En una conferencia sobre criptomonedas celebrada en París a finales de marzo, el bullicio contrastaba con los montones de basura cercanos que daban la impresión de un colapso de los servicios municipales.

Mientras las protestas y huelgas contra el plan del presidente Emmanuel Macron de aumentar la edad de jubilación sacudían la capital francesa, los ejecutivos de los activos digitales se codeaban en un espacio de convenciones dentro del Palacio del Louvre. Los asistentes bebieron champán en una reunión nocturna en la sección del museo y luego fueron invitados a una vista privada de la Mona Lisa y otras obras maestras.

El ambiente era igualmente contradictorio con los males -muchos autoinfligidos- que ha sufrido el sector en el último año.

A sus defensores les gusta describir las criptomonedas como un fenómeno verdaderamente global, vinculado por cadenas de bloques sin el lastre de anticuados sistemas heredados que varían según el país. Sin embargo, su mundo se ha reducido notablemente en los últimos dos años, con China prohibiendo la mayoría de los activos digitales, Singapur y Dubai endureciendo las normas y las autoridades estadounidenses tomando medidas enérgicas tras la implosión de FTX en noviembre.

En este contexto, el apoyo de Macron al sector ha llevado a empresas como Circle Internet Financial, Crypto.com y Binance a establecer su base europea en París. Aunque Francia sigue siendo un actor pequeño en el universo cripto y también está trabajando para endurecer la regulación, su participación en la negociación de capital de riesgo saltó en el primer trimestre en una señal temprana de que los esfuerzos de Macron para atraer negocios de activos digitales están empezando a dar sus frutos.

"Quieren ser una nación de startups y creo que es legítimo", valora Joe Lubin, director ejecutivo de la empresa de tecnología blockchain ConsenSys, con sede en Nueva York, en una entrevista en el evento de criptomonedas de París, que los organizadores estimaron que atrajo a unos 8.500 asistentes, más que el año anterior. "Sí les gusta la gente de nuestro ecosistema".

No es que Francia se quede de brazos cruzados mientras otros países toman medidas drásticas. Tras el colapso del FTX, altos cargos como el senador centrista Hervé Maurey y el Gobernador del Banco de Francia, François Villeroy, pidieron una normativa más estricta. A principios de este año, el Parlamento aprobó una serie de normas que exigen una mayor divulgación en ámbitos como la política de precios y los conflictos de intereses, así como la segregación de los depósitos de los clientes, un paso intermedio antes de que entre en vigor la normativa de la Unión Europea.

En un sector que se presenta a sí mismo como un bastión contra las extralimitaciones gubernamentales, abundan otros obstáculos, como el sistema laboral francés, notoriamente rígido. Y siempre existe el riesgo de una reacción política si las criptomonedas se ven envueltas en más escándalos de gran repercusión. Pocos días después de la clausura del evento de París, la Comisión de Comercio de Futuros de Materias Primas de EEUU demandó a Binance, la bolsa de fichas digitales dominante. La CTFC también demandó al multimillonario CEO de Binance, Changpeng "CZ" Zhao, que tuiteó un selfie con Macron el pasado mes de julio.

"El Gobierno está en una situación complicada", apunta Francois-Joseph Schichan, director de la consultora Flint Global y exdiplomático francés. "Francia va a recibir presiones, de la UE y quizá de EEUU, para endurecer su regulación".

Aun así, la respuesta de Francia ha sido mucho más colaboradora que la estadounidense. Al abrir un periodo de comentarios sobre propuestas para regular los criptoactivos en febrero, el regulador bancario ha dicho que la medida debería verse como una "señal positiva" para las finanzas descentralizadas (DeFi).

Los ejecutivos reunidos en París parecían deseosos de que siguiera siendo así. "Muy espabilados" es como Lubin describió a funcionarios y reguladores. "Muy presente en todos los eventos de criptomonedas", señala Marguerite de Tavernost, inversora de capital riesgo en Ledger Cathay Fund, sobre el Ministro de Asuntos Digitales Jean-Noel Barrot. Tom Duff Gordon, Vicepresidente de Política Internacional de la plataforma Coinbase, elogió a los responsables políticos y a los reguladores por adoptar un "papel proactivo" en el desarrollo de un criptoecosistema.

Coinbase, con sede en San Francisco, está sometida a la presión de las autoridades nacionales, tras anunciar el 22 de marzo que la Comisión de Bolsa y Valores de EEUU (SEC) le ha notificado que tiene previsto emprender acciones legales contra ella.

La empresa está evaluando dónde establecer su principal entidad en la UE, ya que el bloque prepara su primer conjunto de normas sobre criptomonedas en la Directiva sobre Mercados de Criptoactivos (MiCA), detalla Gordon. Describe a Francia como una opción "atractiva", aunque admite que el proceso está en curso. Binance ha añadido más de 150 puestos permanentes en Francia en menos de un año y sigue expandiéndose allí, revela David Princay, presidente de la unidad local, en un correo electrónico.

Una oportunidad única

La decisión de Macron de mantener el rumbo incluso cuando una serie de escándalos sacudieron las criptomonedas puede deberse en parte a consideraciones estratégicas más amplias. Al igual que gran parte de Europa, Francia observó cómo empresas estadounidenses como Meta (otrora Facebook) y Twitter dominaban lo que a menudo se conoce como la segunda versión de Internet, definida por la llegada de las redes sociales.

Ahora, según los defensores de las criptomonedas, el mundo está entrando en la era de la Web3, a menudo descrita como una iteración más descentralizada de Internet construida en torno a la tecnología blockchain.

Poco antes de ser reelegido en 2022, Macron describió Web3 como "una oportunidad que no debe perderse", añadiendo que "Francia y Europa deben ser líderes de las futuras generaciones de la web." Incluso antes de eso, había impulsado políticas que benefician al sector, como la reducción de impuestos sobre las ganancias cripto y un nuevo régimen de registro "más ligero".

"Los esfuerzos y las políticas que se han implementado en los últimos años desde que el presidente Macron fue elegido están dando sus frutos", dijo Barrot en una entrevista a finales de marzo. "Esfuerzos para hacer de Francia un lugar más atractivo para el desarrollo de tecnologías basadas en Web3 y blockchain, incluidos los criptoactivos".

Francia tiene otros atributos que atraen a los ejecutivos de las criptomonedas. Uno de los principales es que sus escuelas de ingeniería de primera categoría, como la École Polytechnique, producen un suministro constante de talento tecnológico. Más allá de eso, París ha atraído a gran parte del sector de servicios financieros que abandonó Londres después del Brexit, profundizando el ecosistema que rodea a los activos digitales. Algunas de sus famosas marcas de artículos de lujo, desde Louis Vuitton a Cartier, están desarrollando tecnología basada en blockchain para certificar la autenticidad de sus productos o realizar un seguimiento de los servicios posventa.

"Puede que sea solo una sensación, pero en los últimos seis meses parece que el ecosistema de criptomonedas de París se ha acelerado un poco", afirma Paul Frambot, CEO de la startup francesa Morpho Labs, creadora de un protocolo de cadena de bloques con su mismo nombre. Luego apostilla: "Quizá porque cada vez es un poco más complicado hacer blockchain y cripto en otros países".

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