El colapso en Estados Unidos de Silicon Valey Bank (SVB), Signature Bank y Silvergate Bank ha desatado el miedo a que se produzca una nueva crisis financiera y ha puesto en el punto de mira a todo el sector en bolsa, con Credit Suisse como protagonista en Europa. La noticia de la quiebra de SVB se conoció a última hora del 10 de marzo, con los parqués europeos ya cerrados, aunque el ruido previo ya cotizó en bolsa. El lunes, con los mercados abiertos, las acciones de los bancos sufrieron fuertes caídas a ambos lados del Atlántico, que se han mantenido con el paso de los días.
Esta situación ha borrado gran parte de las ganancias conseguidas por los fondos que invierten en el sector, que se han beneficiado hasta ahora del viento a favor que suponen las subidas de tipos de interés.
Según datos de Morningstar, los fondos españoles de renta variable en los que al menos un 30% de su cartera está expuesta al sector financiero han pasado de ganar un 10,5% de media en el año, que era lo que obtenían antes de que se conociera el colapso de SVB, a ganar un 2,6%, con datos hasta el miércoles. Hay que tener en cuenta que, solo un día más tarde, el mensaje del propio Banco Central Europeo a través de su presidenta, Christine Largarde, de que la banca de la zona euro tiene capacidad de resistencia y posiciones de capital y de liquidez sólidas, y la ayuda del Banco de Suiza a Credit Suisse calmó el ánimo de los inversores. Aún así, la banca europea se deja más de un 10% desde el pasado jueves, aunque conserva ganancias del 5% en el año.
Los gestores no se salvan
En esa lista de fondos españoles con más peso en el sector aparecen algunos nombres muy conocidos, como el de Okavango Delta, gestionado por José Ramón Iturriaga en Abante, que desde hace años mantiene una fuerte convicción en las entidades financieras. Este producto ha recortado en 10 puntos su rentabilidad en el año desde el jueves 9, pero aún así se encuentra entre los cinco fondos de bolsa española de gestión activa que mejor se comportan en este ejercicio.
Hay más productos conocidos. Bestinver Bolsa, dirigido por Ricardo Seixas, cuenta con más del 30% de su cartera invertida en el sector financiero, según la información disponible en Morningstar, igual que Caixabank Bolsa Gestión España Estándar o Caixabank Master RV España, que es uno de los fondos con más partícipes en España, concentra más de 250.000.
El impacto de la crisis bancaria en los fondos que invierten únicamente en el sector financiero lógicamente ha sido aún mayor. Según datos de Morningstar, hay quince a la venta en España en esta categoría, que hasta el jueves obtenían un 6,47% y ahora pierden un 2,87%.
A pesar de la situación que se ha generado, los expertos insisten en que no se pueden establecer paralelismos con la crisis financiera de 2008, cuando las condiciones crediticias subyacentes, de préstamos inmobiliarios dudosos, caída de los precios de la vivienda y demasiado apalancamiento dentro de estructuras ilíquidas, dieron lugar a la crisis financiera mundial. "Esta vez, los mercados se enfrentan a un desajuste entre activos y pasivos, problemático sin duda, pero, al menos por ahora, no sistémico más allá de casos idiosincrásicos, como el Silicon Valley Bank" indican desde Federated Hermes.

Sin bases para el contagio
Hay unanimidad al respecto: "No estamos asistiendo al inicio de otra crisis bancaria que se extienda de Estados Unidos a Europa y más allá", manifiesta Sam Theodore, consultor senior de Scope Group. "He cubierto el sistema bancario europeo desde su desregulación, hace unos 35 años, y considero que este sector está en mejor forma prudencial y crediticia que en cualquier otro momento desde entonces", añade. Como explica, la mayoría de los grandes bancos europeos, salvo un número mínimo de casos atípicos, mantienen unos parámetros prudenciales tranquilizadores, tanto para el capital como para la liquidez. "La rentabilidad está mejorando, la propensión al riesgo es conservadora y los grandes bancos están supervisados de forma eficaz y proactiva", insiste.
En opinión de Marco Troiano, responsable de calificación de instituciones financieras de Scope Ratings, un posible factor de contagio a Europa sería un cambio fundamental en la forma en que los inversores perciben los bancos, es decir, que ya no sean las empresas de bajo riesgo que se creía que eran, a pesar de todas las restricciones regulatorias a las que han estado sometidos desde la crisis financiera mundial. "Lo vemos poco probable", sentencia. "Nuestro sesgo positivo se basa en el sólido marco regulador y de supervisión de la UE", explica. Se trata de un marco más estricto que el estadounidense y abarca un número mucho mayor de bancos por tamaño, en comparación con la situación más fragmentada de Estados Unidos, donde la regulación bancaria está repartida entre organismos federales y estatales y la supervisión de los bancos más pequeños es mucho menos rigurosa.