La complicada situación que atraviesa Credit Suisse es un secreto a voces, unas voces que cada vez suenan con más fuerza. El gigante suizo lleva varios meses inmerso en una especie de crisis que no parece tener solución a corto plazo y podría agravarse (a través de la pérdida de confianza) tras el colapso del banco americano Silicon Valley Bank (SVB). Sin embargo, pocos o ningún analista se atreve a hacer comparaciones (las comparaciones siempre son odiosas) ante el elevado peso que tiene el banco suizo si se compara en el americano. Con todo, la publicación del informe anual de Credit Suisse deja a la vista que la situación es un tanto peliaguda ante el constante goteo de fugas de clientes que está sufriendo el banco suizo. La debacle del banco Credit Suisse continúa un día después tras la negativa de su mayor accionista a inyectar más liquidez.
Credit Suisse cerró su jornada bursátil en la bolsa de Zúrich con grandes pérdidas del 9,58%, arrastrado (como el resto del sector bancario) por el cierre del banco estadounidense, tras haber alcanzado varias veces su mínimo histórico a lo largo del día. Este martes, la situación no parece mejorar demasiado y las acciones de Credit Suisse han llegado a caer un 5% hasta los 2,14 francos suizos. No obstante, los títulos recuperan el terreno perdido esta tarde y cotizan prácticamente planos.
La entidad, inmersa en una grave crisis financiera y reputacional, cotiza esta jornada en mínimos históricos, lo que está generando cierto nerviosismo. En los últimos seis meses, las acciones de Credit Suisse han perdido más de un 55%.
Credit Suisse ha admitido que las salidas de fondos del banco han continuado este mes, incluso después de que la entidad diese comienzo a una gran campaña para recuperar los depósitos de los clientes. Aunque es cierto que la fuga de clientes se ha ralentizado, la entidad ha sido incapaz, por ahora, de revertir esta situación.
La nueva realidad de Credit Suisse
Las salidas de clientes están alcanzando niveles sin precedentes y no parece que esta tendencia vaya a revertirse pronto. Todo hace indicar que, por ahora, el banco se va a tener que habituar a una nueva realidad en la que gestionará unos niveles de fondos mucho más bajos, según admite el informe anual del banco publicado el martes.
En noviembre, el banco anunció salidas de alrededor de 84.000 millones de francos suizos (casi 86.000 millones de euros) en el negocio central de gestión de patrimonio después de que la tormenta en las redes sociales sobre la salud financiera del banco asustase a muchos clientes. Aunque el presidente Axel Lehmann aseguró a principios de diciembre que las salidas se habían detenido "básicamente", la pérdida total de activos aumentó a 110.500 millones de francos en el cuarto trimestre.
"Nuestros resultados financieros para 2022 se vieron significativamente afectados por el desafiante entorno macro y geopolítico con incertidumbre del mercado y la aversión al riesgo de los clientes, sufrimos importantes salidas de depósitos y activos netos en el cuarto trimestre", según se recoge textualmente del informe del banco suizo. Los ingresos netos para 2022 disminuyeron un 34% interanual, impulsados por disminuciones en todas las divisiones.
Una sangría que no se detiene
A principios del cuarto trimestre de 2022, Credit Suisse comenzó a experimentar retiros de depósitos en efectivo significativamente más altos, además no se han renovado muchos de los depósitos a plazo vencidos y las salidas netas de activos excedieron sustancialmente los niveles del tercer trimestre de 2022.
En este sentido, "tras finalizar de las conversaciones con la SEC", Credit Suisse ha confirmado sus resultados del ejercicio 2022, que arrojaron unas pérdidas netas de 7.293 millones de francos suizos (7.381 millones de euros), frente a los 'números rojos' de 1.650 millones de francos (1.670 millones de euros) del año anterior y el peor resultado del banco suizo desde la crisis financiera de 2008. Las pérdidas no realizadas en la cartera de bonos a finales de 2022 sumaban 156 millones de francos suizos, una cantidad que parece relativamente pequeña si se compara con las pérdidas de SVB (superaron los 2.000 millones de dólares), que, entre otras cosas, han llevado a la entidad americana al colapso. Estas pérdidas no realizadas representa la caída de 'valor de mercado' de los bonos si se tuvieran que vender ahora.
"Estas salidas nos han llevado a utilizar parcialmente los colchones de liquidez a nivel del Grupo y de la entidad legal, por lo que hemos caído por debajo de ciertos requisitos regulatorios a nivel legal", advierten desde la firma financiera.

"Estas circunstancias han exacerbado y pueden continuar exacerbando los riesgos descritos anteriormente en esta sección. Además, se espera que esta reducción en los activos bajo administración conduzca a una reducción de los ingresos netos por intereses y de las comisiones y tarifas recurrentes para el Grupo, lo que a su vez podría afectar nuestra capacidad para lograr nuestros objetivos de posición de capital. La incapacidad a la hora de revertir estas salidas y restaurar nuestros activos bajo administración y depósitos podría tener un efecto material adverso en nuestros resultados de operación y condición financiera", admite el informe presentado por el banco.
Con todos estos datos sobre la mesa, los inversores confían cada vez menos en la supervivencia de Credit Suisse. El coste de asegurar la deuda de la entidad ante un eventual 'default' se ha disparado por encima de los 492 puntos básicos desde los 160 puntos básicos que presentaba a principios de febrero.