
Tras un año fatídico como fue 2022 para la inversión ESG (que aplican criterios ambientales, sociales y de buen gobierno) a ambos lados del Atlántico, el MSCI Europe ESG Leaders ha arrancado el año con alzas del 8,5% frente a las pérdidas del 15% del año pasado. En el caso del MSCI World ESG leaders, las alzas son del 4,7% frente al 16% que cedió en el conjunto del año pasado.
El indicador que agrupa a más de 200 compañías de gran y mediana capitalización de 15 países de mercados desarrollados suma desde los mínimos de octubre algo más de un 30%. Sin embargo, a doce meses las pérdidas aún son del 4% para el selectivo verde europeo y del 9% para el MSCI World ESG, con una brecha que se mantiene en esos cinco puntos.
Este diferencial se explica, en gran medida, por la composición de ambos indicadores y el mejor comportamiento que están experimentando, en líneas generales, las empresas del Viejo Continente frente a las estadounidenses en bolsa, donde el Stoxx 600 suma un 8,7% frente al 2,4% que se deja el S&P 500.
La composición sectorial también es importante a la hora de explicar estas diferencias. En el MSCI Europe ESG leaders las dos industrias que más pesan son la de salud y la financiera, con un 17,6% y un 16,8%, respectivamente, mientras que en el MSCI World ESG Leaders es la tecnología de la información con un 21,3% y el financiero con un 14,7% los que más ponderan.
Pero si se analiza valor por valor, las diferencias se reducen. ASML, LVMH, Novo Nordisk y Roche las firmas cotizadas que más pesan en el selectivo europeo verde) suman entre un 6% y un 15%, mientras que si se toma como referencia a las cuatro empresas que más ponderan en el MSCI World ESG Leaders (Microsoft, Alphabet, Nvidia y Tesla), el avance es mayor, de entre un 4% y un 69%.
"El término ESG fue objeto de debate durante 2022. Mientras que en EEUU asistimos a una creciente reacción conservadora contra la inversión ESG, el aumento de los precios de la energía y los alimentos seguirá planteando la cuestión de la sostenibilidad frente a la seguridad en todo el mundo", apunta Deepshikha Singh, directora adjunta de análisis sobre inversión sostenible y responsable de Stewardship de La Française.
En opinión de Singh, "estos acontecimientos no tienen por qué considerarse vientos en contra para la inversión ESG. Es, por el contrario, el catalizador que necesitamos para el cambio. El ESG debe evolucionar de una estrategia de nicho a una filosofía de inversión global. En 2023, esperamos que los gestores de activos, las empresas y los reguladores amplíen el alcance del ESG y sigan aplicando la normativa", añade esta experta.