
Evli es una gestora nórdica, con sede en Helsinki (Finlandia) y un fuerte foco en la inversión ESG (en base a criterios ambientales, sociales y de buen gobierno). Su directora de Sostenibilidad, Petra Hakamo, atiende a elEconomista.es en un momento clave para la inversión ESG: por un lado, el llamado MiFID verde está en vigor desde agosto y es posible hacer un primer balance de su acogida por los clientes. Por otro, este enero se ha activado el nivel 2 del Reglamento europeo de Divulgación, que obliga a las gestoras a reportar con detalle en qué invierten sus fondos sostenibles, algo que hasta ahora no tenían que hacer. Visite elEconomista Inversión sostenible y ESG.
Las gestoras ya deben divulgar muchos más datos sobre sus fondos ESG. Debido a ello, muchas han decidido bajar de categoría dichos fondos, pasándolos de 'artículo 9' a 'artículo 8' (los '9' son más puros y se les exige más reporte). ¿Aún veremos más rebajas en este arranque de año?
Sí, y más adelante también. Definitivamente, veremos más y más fondos rebajados. Algunas gestoras han sido agresivas al etiquetar sus fondos, mientras que en los países nórdicos hemos adoptado un enfoque conservador, con la posibilidad de subir de categoría los fondos en el futuro si procede. España apunta a la máxima exigencia en fondos de inversión ESG.
Han sido muchos -41 en la UE solo en el tercer trimestre- los fondos 'degradados'. ¿Por qué?
Tiene que ver con la interpretación de la regulación por parte de muchos gestores. El Reglamento de Divulgación dice que, en los fondos artículo 9, el 100% de las inversiones deben ser de impacto, es decir, que los ingresos de sus participadas deben estar ligados a objetivos de impacto, bien ambientales o bien sociales. Muchos gestores han considerado que una integración de criterios ESG era suficiente para clasificarse como artículo 9, cuando no es así. Muchos fondos pueden estar haciendo mucho en ESG, pero eso no es necesariamente lo que la regulación dice que tienen que hacer. Lea también: Dan Grandage (Abrdn): "Todavía veremos a más fondos rebajar su 'etiqueta' de sostenibilidad".
Con el 'MiFID verde', los vendedores de fondos preguntan a sus clientes si quieren ser inversores ESG. ¿Cómo está resultando?
Ha sido un desafío para las gestoras de activos y para los clientes, que deben decidir si quieren invertir de forma sostenible o no, y además elegir entre las tres posibles formas de hacerlo: mediante inversiones alineadas con la taxonomía, mediante inversiones alineadas con el Reglamento de Divulgación, o a través de inversiones que tienen en cuenta los indicadores PIA [Principales Incidencias Adversas de las actividades de las participadas sobre factores ambientales o sociales]. Para muchos inversores, incluidos los institucionales, ha sido difícil diferenciar esas tres categorías. Y es una pena, porque el objetivo de la regulación es aumentar la transparencia y hacer más fácil para el inversor final seleccionar fondos por criterios de sostenibilidad.