
Una guerra en Occidente sin precedentes desde 1936 y su derivada crisis energética, así como la desbocada subida de precios y el alza en los tipos de interés para intentar domarla han marcado el ritmo bursátil del año que está a punto de finalizar. Unos complicados compases que han dejado poco margen para las buenas noticias, y así se refleja en los resultados de las principales plazas de ambos lados del Atlántico. Sin embargo, el Ibex 35 logra salirse de la foto y es –detrás del FTSE británico, que avanza un 1,2%– el índice que menos distancia tendría que recorrer para cerrar el año en positivo, con un 5,3%.
El dato del PIB del tercer trimestre en EEUU publicado ayer alejaba aún más la distancia de los índices para revertir el tablero.La cifra arroja un crecimiento del 3,2% anualizado frente al 2,9% calculado en la primera revisión y el 2,6% de la lectura preliminar. Un dato que, por positivo, supera el esperado, por lo que los temores por un mayor endurecimiento en la política monetaria volvían a inundar ayer el mercado, que aunque arrancó en positivo, cerró con caídas del 1,3% en el EuroStoxx y del 2,6% en el S&P, con datos a media sesión para el americano. Este viernes se conocerá el dato macro más importante de la semana, el deflactor del consumo privado subyacente en EEUU, que es, según Renta 4, "la medida de inflación preferida de la Fed".
A cinco sesiones de dar por concluido el año, el Ibex 35 cuenta con una ventaja que ha logrado mantener a lo largo del ejercicio frente a sus homólogos europeos, con una ventaja actual de 6 puntos frente al EuroStoxx 50. Sin embargo, pese a que el camino es más corto que el del resto de referencias, el rebote del 5% para lograr cerrar el año en positivo también se torna complicado.
Así lo explica Joan Cabrero, analista técnico de Ecotrader, que considera que, en el mejor escenario, la subida que puede ejecutar el índice no sería suficiente para alcanzar los 8.730 puntos con los que arrancó el año: "En el mejor de los casos, podría volver a los máximos de hace dos semanas en los 8.470 y a lo sumo a los máximos de agosto en los 8.540 puntos, tras lo cual la consolidación o corrección podría seguir imponiéndose hacia los 7.800 puntos, que es donde sugiero esperar antes de nuevas compras en bolsa española", matiza el experto.
Para el índice paneuropeo, por su parte, Cabrero advierte que, tras 10 semanas al alza, "lo normal es que podamos asistir a varias semanas de vaivenes en los que no me sorprendería que al menos asistiéramos a una corrección a la zona de los 3.735 puntos". Así, el analista marca los 3.645/3.520 puntos como una buena oportunidad para comprar bolsa europea.
En cuanto al resto de índices europeos, el Cac francés es, después del Ibex, el que menos pérdidas acumula en el año, con un 9,8% por delante para cerrar en positivo. Europa y el Dax alemán tienen sendos recorridos de 12,4% y 14,2%. El dato de inflación hizo especialmente mella en Wall Street, y las caídas se pronunciaron a lo largo de la jornada, con el S&P dejándose un 2,6% y el Nasdaq más de un 3%, a media sesión.
Las claves de una mayor fortaleza
La composición del Ibex 35 ha jugado este año a su favor. La exposición que tienen muchas de las empresas que lo forman al mercado latino y centroamericano es una de las claves, dado que los recursos naturales de estos países se han vuelto indispensables, tras la guerra, para el mercado global. El gran peso de la banca en un entorno de subida de tipos es otro de ellos, así como el de las 'utilities' y energéticas, debido al gran auge de las energías renovables para capear esta crisis.