
Con el foco del mercado puesto en las subidas de tipos y la inflación, la COP 27 de Egipto no está acaparando demasiados titulares. Sin embargo, está realmente cerca: se celebra del 6 al 18 de noviembre en Sharm El Sheikh. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático -cuyo acrónimo, COP, procede de Conference of the Parties o Conferencia de las Partes-, congregará a cerca de 200 países y la UE. Las expectativas para esta cumbre, así como las oportunidades de inversión que puede abrir, se abordaron en el último encuentro mensual de elEconomista Inversión sostenible y ESG, el portal verde de elEconomista.es.
La Cop africana arrancará ya "envuelta en un cierto pesimismo", en palabras de la experta en sostenibilidad y colaboradora de Efpa España Eva Hernández, y estará marcada por la naturaleza de su anfitrión, un país en vías de desarrollo: "Creo que va a estar muy presente la idea de que son los grandes emisores de gases los que más deben pagar por ello, una cuestión en la que ya existe una disputa", afirma. Según los datos recabados por Bloomberg, los grandes emisores de gases de efecto invernadero en el periodo 1850-2018 son Estados Unidos (culpable del 25% de las emisiones), la UE (a la que se achaca un 16%) y China (con un 13%). El plan de China para dominar el litio.
El gran reto que afronta la Cop 27 es el de lograr que países y entidades financieras pasen de las palabras a los hechos en sus compromisos climáticos, tras una COP 26 que, hace un año, impulsó en Glasgow grandes acuerdos con buenas intenciones pero poca concreción.
"La Cop 26 fue un poco decepcionante"; admite Raquel García Monzón, técnico de energía en WWF España, que añade que "se produjeron avances, pero insuficientes tanto en magnitud como en urgencia, pese a que se publicó un gran número de acuerdos". El más relevante fue el Pacto de Glasgow para el Clima, por el cual los países reafirmaron el objetivo del Acuerdo de París: limitar el incremento de la temperatura media mundial a 2 °C sobre los niveles preindustriales, esforzándose por no superar los 1,5 °C. También nació la Glasgow Financial Alliance for net zero (Gfanz), en la que 450 entidades financieras se comprometieron a las cero emisiones netas de carbono en 2050. El problema, apunta, es la falta de acciones en el corto plazo: "Aunque es necesario tener una visión de largo plazo, debe ir acompañada de objetivos en la década actual", reclama.
Maël Lagadec, director asociado de relaciones con clientes de Sustainalytics, añade que, "como proveedores de servicios al mercado, en el último año hemos observado que muchas empresas financieras que han declarado sus objetivos net zero, pero que muy pocas saben ya cómo lo van a hacer. Han hecho mucha comunicación sobre ello, pero muy pocos bancos y gestoras han empezado de manera seria, con las estrategias adecuadas, a poner ese compromiso en marcha. La COP 27 es el momento para que lo hagan", destaca.
El pasado mes de septiembre, JP Morgan, Morgan Stanley y Bank of America amenazaron con abandonar la Glasgow Financial Alliance for net zero por temor a incumplir sus propios compromisos de descarbonización y enfrentarse a acusaciones de greenwashing (fraude verde), que podrían tener para ellas un coste económico y reputacional. Lea también: La vicepresidenta de la CNMV advierte del riesgo de greenwashing.
Renovables, aislamiento y agua
Ahora bien, desde el punto de vista del inversor, ¿qué oportunidades abren los posibles acuerdos que se alcancen en esta gran cita del clima, y cómo aterrizarlas en las carteras?
"Pasar del macrocompromiso de los Gobiernos -que es, a fin de cuentas, lo que se conseguirá en la COP- a objetivos concretos que impacten en las compañías no es fácil, es algo que se va diluyendo", advierte Lluís Peralta, gestor de fondos en GVC Gaesco, donde está al frente del Robust Renta Variable Mixta Internacional FI. "Precisamente por eso, para mí sería muy importante que Europa y EEUU concretasen sus objetivos net zero, y que esto tenga un impacto en la regulación, que se traduzca en más energía solar y eólica más rápido". Este año, el sector eólico europeo ha enviado varias cartas a la Comisión Europea explicando que se encuentra en números rojos, en parte por la inflación y en parte por la lentitud en la autorización de los megavatios a nivel local. "En mi opinión sería clave si de esta COP saliese un macroanuncio que se tradujese en una aceleración de esas aprobaciones país por país, ya que es un aspecto primordial para avanzar en temas de emisiones y de renovables", enfatiza Peralta. Le puede interesar: Iberdrola pondrá en marcha 1.400 MW nuevos solares en España en los próximos meses.
Dicho esto, el gestor añade que el sector de las energías verdes es "clarísimo" para estar posicionado como inversor. "España cuenta con unos players solares muy fuertes, como Solaria, Grenergy u Opdenergy, que llevan muchísimos años en el sector, y a las que el boom de renovables, sobre todo de la solar, les ha llegado habiendo realizado ya su travesía del desierto". Justo ahora han caído en cotización por el miedo a los altos tipos de interés, "y, por tanto, es un sector principal para aprovechar si, como el año pasado, se vuelve a activar la urgencia por las renovables, una cuestión que ahora, con la crisis energética, se ha frenado". Opdenergy se estrena en bolsa plana.
Otro sería el tema de las empresas ligadas a las renovaciones de las viviendas para mejorar su eficiencia energética. "Aquí, por ejemplo, está una compañía inglesa llamada Volution, que hace pequeños ventiladores para la circulación de aire; lo está haciendo muy bien. O la danesa Rockwool, dedicada al aislamiento con lana de roca; "La producción de fibra de roca tiene un consumo energético muy elevado, pero el ahorro que supone después el aislamiento en las casas lo compensa con creces", explica. También alude Peralta a la eficiencia en el uso del agua, con valores como la belga Ecopack, que produce contenedores modulares para que empresas puedan filtrar el agua y recuperarla. "Renovables, aislamiento y agua son tres temáticas muy claras y, aunque ahora el mercado esté obsesionado con la inflación, los tipos de interés y la guerra, cuando pueda se volverá a ocupar de estos temas".
También da sus recetas Virginia Pérez Palomino, directora de inversiones de Tressis: "Todo lo que tiene que ver con energías limpias, con el vehículo eléctrico y, por supuesto, las soluciones de almacenamiento de baterías son absolutamente imprescindibles, al igual que el software y los semiconductores", explica. "Una de las compañías que tenemos en cartera es Deer Company, referente mundial en agrotecnología y soluciones para la industria forestal; o compañías como Schneider Electric, que facilitan la transformación digital en el mundo de la gestión de la energía; la automatización de edificios, de nuestros hogares, de la industria", agrega.
En Tressis les interesan, añade, "todas las compañías que abren centros de reparación y que producen piezas de repuesto para sus productos, ya que esto es básico para la economía circular". También apuestan por el aislamiento, con valores como Saint Gobain. "También nos gusta mucho la belga Unicore, especializada en reciclaje de metales", así como el litio, "aunque, como inversión, no es fácil de aterrizar al involucrar a compañías muy pequeñas, lo que para los inversores supone un riesgo importante"; de ahí que busquen exponerse a él a través de grupos más grandes que generen una parte de sus ingresos mediante la fabricación de compuestos básicos del litio, "imprescindibles para esas baterías tan necesarias para facilitar todo el almacenamiento que necesitamos". Virginia Pérez menciona compañías como Albemarle (litio), Infineon (semiconductores) y Nvidia (inteligencia artificial).
Cada vez más indexados y ETF
Las energías verdes y los productos bajos en carbono son accesibles a través de la inversión pasiva. Lo explica Jordi Mercader, CEO del roboadvisor inbestMe: "Es precisamente en los temas climáticos donde existe una mayor oferta de fondos indexados y de ETF, como pueden ser, por ejemplo, el iShares Global Clean Energy UCITS ETF USD (Dist), el Amundi Index MSCI Global Climate Change Ucits ETF DR EUR (C) o el Lyxor Net Zero 2050 S&P Eurozone Climate PAB (DR) Ucits ETF - Acc". Cada vez son más los índices de mercado que este tipo de productos pueden replicar, ya que en los últimos años el lanzamiento de este tipo de selectivos bajos en carbono se ha multiplicado. La UE cuenta, asimismo, con sus propios estándares de índices de referencia alineados con el acuerdo de París.
Según comenta Manuel Fernández Losa, cogestor del fondo Pictet Clean Energy, "estamos en un momento clave en la transición energética, intentando cambiar todo el mix de generación de energías para 2030. De hecho, los objetivos en renovables en Europa han aumentado al 45% de la energía y a cuadriplicar la potencia de fotovoltaicas para 2030. Estamos hablando de vehículos eléctricos, automatización y cambiar casi todas las fuentes de energía a renovables y casi toda la generación de electricidad a renovables", comenta.
Hay que tener en cuenta, añade Fernández Losa, "que ya en 2019 las renovables eran la forma más barata de generar electricidad. Actualmente un nuevo parque eólico o fotovoltaico para generar electricidad es más barato que generar electricidad con una planta de ciclo combinado creada hace 10 o 20 años". El hidrógeno verde, por su parte, "necesita subsidios y depende la regulación, lo que añade volatilidad". La mejor manera de estar expuestos a hidrógeno verde "es mediante renovables, necesarias para generarlo: eólica marina, terrestre y fotovoltaica. De hecho, para cambiar a verde todo el hidrógeno que se produce para industrias, fertilizantes y otros usos, se necesita un parque renovable exclusivo el doble del que existe en el mundo", explica.
Todo lo anterior, sin descartar a los combustibles fósiles completamente en las carteras; según señala Eva Hernández, colaboradora de Efpa, el último informe de Spainsif revela que las exclusiones del carbón han caído de forma llamativa como estrategia ESG entre las gestoras que operan en España (ver gráfico bajo estas líneas).