La sostenibilidad ha calado en el día a día de las gestoras, obligándolas en muchos casos a modificar sus estructuras organizativas para dar cabida a expertos en gestión y análisis ESG (acrónimo que alude a los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno). Visite elEconomista Inversión sostenible y ESG, el portal verde de elEconomista.es.
De acuerdo con los datos del último informe anual de Spainsif, el 56% de las entidades con presencia en España ya cuenta con profesionales que dedican la totalidad de su tiempo al análisis por criterios extrafinancieros. Un tercio de las firmas dispone de equipos de más de 5 personas exclusivamente para este fin; en otro 23% de los casos son más pequeños.
Estos datos, que corresponden a 2021, los recabó esta asociación sin ánimo de lucro a través de encuestas realizadas a 47 entidades, 26 de ellas nacionales y 21 internacionales. Las participantes aglutinan cerca de 486.000 millones de euros bajo gestión.
A ese 56% se ha llegado con relativa rapidez, desde el 20% de 2018, en solo cuatro años, los mismos en los que se ha producido el boom de la sostenibilidad. Aún así, ese 56% es inferior al 62% de 2020. No es un dato negativo, matizan fuentes de Spainsif. Ese retroceso responde a que, en muchas firmas, la sostenibilidad es cada vez más transversal e impregna a todos los equipos, en lugar de estar separada del resto de áreas. De ahí que en 2021 se incrementase del 45% al 54% el porcentaje de entidades que afirma tener en plantilla a analistas que dedican "una parte de su tiempo" al análisis ESG. También se aprecia un crecimiento, año tras año, de los equipos de análisis de sostenibilidad integrados por más de 5 personas.
Cada vez más datos propios
Este informe anual de Spainsif, que realiza una radiografía del mercado de la inversión sostenible en España, también muestra cómo va creciendo el volumen de información extrafinanciera que se recaba 'en casa', dentro de las propias entidades. Un 43% de las encuestadas citó como su "principal fuente de información ESG" los datos recabados 'in house', en la propia firma.
Este porcentaje supera -ya lo hizo el año pasado- al de entidades que dicen tener como principal proveedor a las agencias de rating ESG, que acapararon un 41% de las respuestas.
Recopilar datos fiables sigue siendo un auténtico reto por los problemas de calendario de la regulación de finanzas sostenibles europea. Las gestoras tendrán que divulgar la información de sus fondos conforme al Reglamento europeo de Divulgación (Sustainable Finance Disclosure Regulation, o SFDR) ya en enero de 2023, pese a que hasta 2025 las empresas no estarán obligadas a reportar los datos que las entidades necesitan para divulgar correctamente.
Teresa Casla, CEO de Fonditel, lamentó los 'errores de calendario' en las entradas en vigor de las diferentes regulaciones sostenibles
A estos problemas de calendario hizo referencia Teresa Casla, presidenta ejecutiva y CEO de Fonditel, esta semana durante el evento en el que se presentó el estudio de Spainsif. "Los datos son fundamentales para reportar bien estos temas, y las empresas, que son las que nos tienen que nutrir de ellos" para poder reportar en base a la taxonomía, según la SFDR, y para reportar las PIAS [principales incidencias adversas], "van a estar obligadas a reportar a partir del año 2025, con datos de 2024, en la normativa CSRD; es decir, por mucho que las RTS [normas técnicas de regulación] ya estén en vigor, la verdad es que para rellenar los datos de alineación a la taxonomía las empresas siguen sin proporcionar datos objetivos, estandarizados y claros". Todo esto "nos lleva a tener que utilizar proveedores de datos, que representan la mejor versión de todo lo que tenemos ahora mismo", lo que genera gastos "elevados", pese a lo cual "al final del día" lo que proporcionan son "datos que dicen poco, porque están basados en medidas no homogéneas", lamentó la CEO de Fonditel. Quizá le interese: A partir de ahora, su banco le preguntará si quiere usted ser un inversor ESG.
"El tsunami regulatorio está afectando la industria en todas sus vertientes y el sentir [de la industria] es que estamos un poco desconcertados. Creemos que los legisladores actúan en una visión, digamos, top down, y los reguladores, por su parte, no hacen más que interpelar y pedir aclaraciones sobre las legislaciones, en un toma y daca", señaló.
A todo esto, Casla añadió una "incongruencia" adicional: que "nosotros tenemos nuestra propia regulación, Estados Unidos la suya propia, Reino Unido otra distinta, y entre todos no nos ponemos de acuerdo con los criterios que es preciso reportar a nivel global, con todo lo que eso entraña para las carteras globales".