
Como es tradición, los bancos norteamericanos darán el pistoletazo de salida a una temporada de resultados en la que se comenzarán a cuantificar, esta vez sí, los efectos que está teniendo la inflación sobre los beneficios de las empresas. Este viernes comenzarán a publicar sus cuentas las entidades financieras de Estados Unidos y el mercado tendrá que valorar si el bocado de los precios a las ganancias es coherente con las fortísimas caídas que estamos viendo en bolsa.
En este contexto, las estimaciones que el consenso de analistas que recoge FactSet arroja sobre la próxima temporada de resultados trimestral es de un incremento del 12,7% en el S&P 500 con respecto al mismo periodo del año pasado. Este aumento, aunque todavía es sólido, es el menor desde que la referencia es posterior al inicio de la pandemia, lo que da una pista sobre el final de la recuperación. En el caso de Europa, sin embargo, este incremento será del 35% si cumplen con las previsiones de los expertos, aunque también será el más modesto desde el primero de 2021, que todavía comparaba con un periodo previo a la pandemia.
Yves Bonzon, CIO de Julius Baer, explica que "los beneficios han demostrado ser resistentes y la economía y los mercados, especialmente en EEUU, han mostrado una fortaleza mucho mayor de la que esperábamos; no obstante, la próxima temporada de resultados probablemente traerá consigo algunas revisiones a la baja".
De hecho, si se atiende a cómo han evolucionado a lo largo del año las estimaciones de beneficio para el curso, se ve cómo se han ido elevando desde que comenzó el ejercicio y que desde hace unas semanas estas previsiones han tocado techo y han comenzado a ajustarse a la baja, especialmente al otro lado del Atlántico. "Creemos que los resultados del tercer trimestre claramente van a decepcionar al mercado y que, además, van a provocar rebajas de estimaciones de cara al último cuarto del año", apunta Peter Ganry, de Saxo Bank. "El principal riesgo es que se aprecie ya que el aumento del coste de la vida esté impactando sobre la demanda de bienes y servicios además de que el incremento de los costes laborales, la energía y las materias primas sigan comiéndose los márgenes de beneficios de las empresas", añade.
Según los analistas, Apple va a ser un buen termómetro de la salud del tejido empresarial. Siendo la compañía que más pesa en el S&P 500, esperan que pueda dar una visión muy detallada sobre la demanda, las cadenas de producción, los cuellos de botella y los mayores tipos de interés. Lo hará el próximo 27 de octubre y se espera que mejore, por poco, los casi 20.300 millones de euros del último trimestre fiscal del año pasado.
Y esto llega con las bolsas en plena caída. El S&P 500, la referencia en territorio estadounidense, se deja ya más de un 22% en lo que va de año mientras que el Stoxx 600 cede casi 20 puntos en el periodo. Si el año acabase así, sería el peor desde la crisis de Lehman Brothers.
"Espero que las compañías lancen mensajes de más cautela teniendo en cuenta la gran incertidumbre que existe, la debilidad económica y la política monetaria", aportan desde Abrdn.
Por el contrario, desde Bloomberg creen que "después de las revisiones a la baja que hemos visto en las últimas semanas, cabe la posibilidad de que esta temporada de resultados deje sorpresas positivas, como ya pasó con las dos anteriores". "No creo que los resultados vayan a ser un desastre porque todavía hay crecimiento, los salarios siguen altos y eso se tiene que trasladar al consumo", agregan en Barclays.
¿Y el año que viene?
Todas estas estimaciones responden al más corto plazo. Sin embargo, las bolsas tienden a descontar lo que pasará más allá. Los expertos, en este sentido, tampoco se muestran especialmente optimistas de cara al año que viene, que seguirá marcado por las grandes tasas de inflación, mayores tipos de interés que ahora y, muy probablemente, una recesión económica más o menos duradera.
En este sentido, para el Stoxx 600 todavía se prevé un incremento adicional de algo más del 3% en el BPA (beneficio por acción) del año que viene con respecto a este. Al otro lado del Atlántico el aumento esperado supera el 8% si se cumplen las previsiones. Desde Citi son algo más pesimistas que la media y esperan un 5% de contracción a nivel global en los beneficios de 2023, "en consonancia con las estimaciones que hay para el crecimiento económico y la inflación". "Las estimaciones para el año que viene han comenzado a deteriorarse, y creemos que lo seguirán haciendo porque es una parte necesario para crear un suelo fiable en las bolsas", apuntan en JP Morgan. "Mientras sigan cayendo, seguirá la ansiedad por ver el final del ciclo de subidas de tipos de la Fed", concluyen.
El efecto dólar en los ingresos del S&P 500
Otro de los puntos importantes a analizar durante esta temporada de resultados son los efectos que está teniendo en las distintas compañías la fuerte apreciación del dólar. Aquellas que basen una parte de sus ingresos en las exportaciones se verán más perjudicadas al encarecerse sus productos para los compradores internaciones. Por el contrario, las que sean más domésticas no se verán condicionadas por la divisa. Según explican desde Goldman Sachs, las compañías americanas obtienen el 30% de sus ingresos fuera del país, "por lo que la fortaleza del billete verde invita a posicionarse en las más domésticas".