
La idea de un mercado que debe terminar de resquebrajarse por completo para luego poder empezar su recuperación toma cada vez más fuerza entre los inversores. A falta de un trimestre para finalizar 2022, la bolsa europea sufre pérdidas cercanas al 20%, lo que podría coronar al actual ejercicio –si los datos se confirman a 31 de diciembre– como el más bajista desde la crisis financiera de 2008.
Por aquel entonces el EuroStoxx 50 se desplomó un 44%; y un 17% lo hizo en 2011 en plena crisis de deuda de la periferia europea. Fue entonces, y no durante la catarsis que supuso Lehman Brothers, cuando los principales mercados occidentales tocaron sus mínimos de valoración. Pero ¿se encuentran los índices en una situación parecida? ¿O están ya las bolsas lo suficientemente baratas teniendo en cuenta las caídas que sufren este año?
Romperse para luego subir
En una comparación histórica, el EuroStoxx 50 cotiza en estos momentos a una ratio Ev/ebitda de unas 6,9 veces, lo que implica un descuento de casi el 13% respecto a la media de los últimos 17 años (periodo máximo recogido por Bloomberg) que se sitúa en las 8 veces. En el caso de Ibex 35, ese descuento es inferior, del 7%, con una ratio Ev/ebitda de 7,5 veces. El principal índice estadounidense, el S&P 500, cotiza, en cambio, con cierta prima sobre su media histórica –inferior al 6%– en las 11,3 veces en la actualidad. "Sólo cuando la inflación remita y los bancos centrales rebajen su agresividad, mejorará la situación (...) y siempre que las estimaciones macro y de resultados empresariales hayan dejado de revisarse a peor. Mientras eso no suceda, los rebotes que puedan tener lugar serán inconsistentes y desconfiables (...). Identificamos el periodo de diciembre 2022 a febrero 2023 como el más probable, y no antes, para que la situación toque fondo en términos de expectativas. A continuación, el mercado se estabilizará y empezará a mejorar, pero deberá terminar de romperse antes de comenzar a recomponerse", sostiene el departamento de análisis de Bankinter.
Las previsiones apuntan a una recesión tímida en la zona euro para marzo de 2023, tras dos trimestres consecutivos de caída del PIB comunitario; aunque la gran preocupación es que esta desaceleración llegue a tocar el empleo, lo que desembocaría en una crisis mayor y más duradera, con familias al límite ante el alza de los precios y una menor capacidad de ahorro, que se une al aumento del coste de financiación de compañías y de hipotecas más caras ante el alza de los tipos de interés. Si se lleva a las bolsas a una situación de estrés similar a la vivida durante la crisis de deuda periférica esto implicaría una caída adicional del 25% en Europa.
Por aquel entonces, el EuroStoxx 50 llegó a caer a ratios de 5 veces Ev/ebitda. Hoy llegar hasta allí implicaría retroceder otro 28% adicional. El Ibex 35 tocó mínimos de valoración en junio de 2012, en las 5,8 veces. Regresar allí supone caer un 23% más. Mientras que el S&P 500 pinta un panorama de mayor fortaleza, al cotizar bastante más alejado, a ratios que son un 70% superiores que entonces.
Los analistas de Berenberg insisten en que "en un entorno como el actual las valoraciones" de los activos son el principal elemento en el que fijarse a la hora de gestionar carteras. "En los tres grandes mercados, EEUU, Europa y Reino Unido, la recesión todavía no ha sido puesta en precio. Si se compara el multiplicador PER de beneficios frente a recesiones anteriores sugiere que todavía hay margen de caída en la renta variable. Europa aparece mejor protegida, pero comparada con la crisis de los años 90 las valoraciones actuales implican caídas adicionales del 15% al 27%", calculan los analistas.
Según cálculos de Capital Group, de media, desde finales de la década de los 80, se han producido "21 crisis de mercado" lo que implica que "hemos de enfrentarnos a alguna de estas circunstancias cada dieciocho meses, aproximadamente", aunque esta parece ser diferente, ya que se lleva prolongando en el tiempo desde el estallido de la guerra en Ucrania en febrero pasado. "Los inversores han perdido un poco el sentido de la orientación hacia el futuro y se ven obligados a ajustar sus expectativas de inversión al peor escenario, o a la avaricia", consideran desde Munizich & Co., con un índice VIX por encima de 30. De media, durante 2022 el índice que mide el miedo en los mercados (sobre los futuros de la Bolsa de Chicago) se ha situado en casi 26 veces, próximo a las 29 de media de año de la pandemia, y son niveles de incertidumbre que no se veían desde Lehman, cuando el VIX cotizó por encima de las 30 veces durante 2008 y 2009. Cabe recordar que los mercados llevaban siete años, desde la crisis de deuda hasta el estallido del Covid, en un estado de calma generalizada, con la volatilidad controlada por debajo de las 15 veces.