Este martes era la última sesión en la que se podían adquirir acciones de Ence con derecho a cobrar el próximo dividendo, pagadero este mismo viernes. Este pago será de 0,13 euros por acción, lo que alcanza una rentabilidad del 3,6% a precios actuales. Recordemos que este es el segundo reparto del año y que ya remuneró con 0,054 euros en mayo a sus accionistas.
Y no será el último, ya que con toda probabilidad distribuirá uno más a final de año, con el que podría complementar un rendimiento anual cercano al doble dígito en función también de cómo evolucione la acción a partir de ahora (en este caso se esperan alrededor de otros 13 céntimos).
Y es que la papelera llega a esta fecha en altos de junio, cerca de los 3,6 euros por acción tras revalorizarse en lo que va de año casi un 60%. Asimismo, el consenso de analistas que recoge Bloomberg le concede un potencial alcista del 15%, hasta los 4,12 euros donde fija su precio objetivo de cara a los próximos 12 meses.

El contexto sopla a favor ahora después de un periodo en el que los precios estuvieron a la baja y se inició el conflicto judicial por el cierre de la planta de Pontevedra. Sin embargo, en los últimos meses la celulosa ha cotizado al alza y se encuentra en máximos históricos por encima de los 1.350 dólares por tonelada métrica, mientras que, además, se ha abierto la posibilidad de ganar el recurso para prorrogar la concesión de la biofábrica gallega (de hecho la empresa comunicó que espera para octubre la sentencia).
Buenos resultados
Esto ha favorecido su buena evolución en el parqué y también la mejora de las recomendaciones de los analistas, que, en su mayoría, aconsejan tomar posiciones en el valor. "A pesar de que los resultados mostrados fueron mejores de lo esperado, el incremento de los costes de la división de renovables no fue una buena noticia y no concreta la duración estimada de la parada de la planta de Pontevedra por la caída del caudal del río [por cada 30 días cerrada, 10 millones menos de ebitda]", explican desde Sabadell.