Con más de medio 2022 a la espalda, la bolsa mundial ha perdido fuerza respecto al cierre del año anterior. El índice MSCI World retrocede un 14,5% desde el primero de enero. Nada nuevo en este punto. Sin embargo, si se cruza el dinero invertido en renta variable en las principales economías del mundo respecto al Producto Interior Bruto proyectado para 2022 por el Fondo Monetario Internacional (relación conocida como bursatilización) se aprecia que para este año la bolsa solo ganará a la economía real en cuatro países frente a los once que lo lograron en 2021.
Estos países serán Estados Unidos, Canadá, Suiza y Australia. Y es que el dinero sale de las bolsas, pero el crecimiento de las economías se recorta cada vez más amenazando en algunos casos con ser negativo.

Al cierre del último ejercicio la recuperación económica tras la pandemia estaba en su momento álgido. Los estímulos fiscales y financieros, como los proyectados por la Unión Europea, engrasaban la maquinaria de la economía global para recuperar el tiempo perdido durante los confinamientos por el coronavirus. Un optimismo que también se palpó en la renta variable, donde el dinero entraba para hacerse eco de este impulso por la recuperación.
Sin embargo, este frenesí provocó la inflación que vemos hoy en día, junto con los efectos devastadores de la guerra de Ucrania con los que el mercado no contaba. Esto desembocó en un aumento de los tipos de interés por parte de los bancos centrales que han puesto fin al dinero gratis. Es decir, se ha puesto freno al rally de la bolsa, con la salida de dinero del mercado correspondiente, mientras el crecimiento del PIB mundial avanza con lentitud, según las previsiones, y se recortan con el paso del tiempo.
La economía de EEUU crecerá un 2% en 2022
Estados Unidos lleva dos trimestres consecutivos anotando un retroceso en la evolución de su producto interior bruto. Esto entra en la definición de quiebra técnica. No obstante, el mercado recogido por 'Bloomberg' estima que el país crecerá en 2022 un 2% en términos interanuales, similar a las últimas proyecciones del FMI. Esto supondría cerrar el año por encima de los 23,44 billones de dólares mientras la bolsa del país se resiente más de un 16%.
Si la bursatilización de Estados Unidos era casi de tres veces en 2021 ahora apenas se sitúa en la mitad (véase apoyo). Pero no solo en Wall Street se aprecia que la bolsa ha perdido peso frente a la economía real. Suiza, país tradicionalmente vinculado a un PIB per capita elevado y un gran volumen de dinero invertido en su parqué, también cae casi la mitad desde las 3,1 veces que obtuvo de bursatilización que obtuvo el año pasado. Aun así, sigue siendo el país con un valor de las cotizadas mayor respecto a la economía real del país alpino que estima el FMI en 2022.
En Alemania, China o Brasil la bursatilización cae incluso más del doble respecto a 2021. En el caso del país latinoamericano se da la paradoja de que su principal índice, el Bovespa, ha sido uno de los selectivos líderes en cuanto a las alzas de 2022. En el primer cuarto del año se apuntaba una subida superior al 15% mientras el S&P 500 recortaba un 3% de su cotización. Pero según se encadenaban las alzas de tipos de interés en Brasil los inversores han escapado de su bolsa. Aunque sigue siendo de los pocos índices que sigue en positivo en el año apenas avanza un 1,8%.
En el caso de Francia, la economía del país pasará a ser en 2022 superior al dinero en el parqué de París. Una suerte que compartirá (si se cumplen las previsiones del mercado) con el Reino Unido, Holanda o Corea del Sur. España e Italia vuelven a ir de la mano en cuanto a su capitalización de mercado y crecimiento de su economía. Ambos casos recortan su bursatilización en un ratio similar y marcan un diferencial inferior al que registraron en 2019.
La anomalía rusa
Las economías emergentes ya no van de la mano. Mientras Latinoamérica se vio favorecida por el estallido de la guerra en Ucrania a primeros de año (el cereal o las materias primas que antes se compraban en Rusia se buscan en otras geografías) ahora padecen el alza de tipos y recorte de previsiones de crecimiento. Pero las anomalías las presentan Turquía y Rusia. El primer país tiene uno de los datos más altos de inflación hasta la fecha (por encima del 78% en junio) y mientras su economía sufre, su bolsa gana peso. Su principal índice, el Bist 100 sube más de un 48%. Y la bursatilización en Rusia apenas se mueve aunque se deba a que la fuga de capitales por las sanciones y la caída de su PIB sean casi parejas.
De esta forma, los que mejor han defendido la relación entre bolsa respecto al PIB son Japón, Australia y Turquía.