
El mercado de renta fija estuvo en ascuas durante una sesión protagonizada por la reunión del Banco Central Europeo (BCE), que además de anunciar una subida de 50 puntos básicos en los tipos de interés, desarrolló la herramienta de antifragmentación para todos los países de la zona euro que tanto intrigaba a inversores y a los Estados que dependen en buena medida de las condiciones de Christine Lagarde para captar financiación.
Esta expectación se reflejó en la volatilidad de los bonos periféricos, con bandazos en sus rentabilidades a lo largo de la jornada. El bono italiano a 10 años, que fue zarandeado principalmente por la dimisión de Mario Draghi como primer ministro del país de la bota, alcanzó máximos en el 3,65% en la sesión, y cerraba en el entorno del 3,54%. La prima de riesgo del país transalpino también marcó nuevos registros, al sobrepasar los 240 puntos básicos intradía, superando por primera vez a la griega en ocho meses. Cerró en 232 puntos, tras subir 18.
El papel soberano español, por su parte, llegó a repuntar hasta el 2,60% en la jornada, aunque las ventas se relajaron tibiamente y cerró en los 2,48%. La prima de riesgo nacional, por su parte, experimentó una subida de 4 puntos básicos, y cerró en los 127. Las ventas en el bono alemán no fueron las protagonistas, y el bund terminó en 1,22%.
La reacción de la deuda en los mercados ante la medida anunciada por Lagarde fue tibia, pero no ha conseguido calmar, de momento, el temor de los expertos. Así lo explica Konstantin Veit, gestor de carteras de Pimco:"El tope antifragmentación es poco detallado, y sigue siendo improbable que el BCE limite los diferenciales de los países periféricos a niveles excesivamente ajustados a medida que avanza la normalización de la política monetaria". Para Franck Dixmier, director de inversiones global de renta fija de Allianz Global Investors, "la volatilidad debería continuar en los diferenciales".
En la misma línea, Peter Goves, analista de renta fija de MFS Investment Management, cree que "es probable que algunos diferenciales sigan guiados por su propio contexto idiosincrásico", aunque considera que "el TPI [el nuevo instrumento antifragmentación] proporciona cierta comodidad generalizada al mercado de bonos gubernamentales europeos".