
Según van pasando las semanas, quizás tengamos que digerir que la piezas de puzzle que no encajan lo hacen por el lado que menos nos conviene a los inversores: lo que pensamos que hoy está muy barato quizás dentro de un trimestre no lo esté. ¿Cuánto se van a deteriorar los beneficios para que dejemos de pensar que estamos en época de gangas? Las veces que se pagan los beneficios del Ibex del año próximo ya son menos de 10. Un 25% menos que la media histórica.
El problema es que el abaratamiento del Ibex está directamente condicionado al beneficio de la banca. ¿Y qué va a ocurrir con las ganancias del sector financiero tras el expolio (botín que el vencedor toma del vencido) que se ha producido al introducir un impuesto a la banca de 1.500 millones de euros?
La supuesta interpretación del Gobierno de Sánchez es que la subida de tipos va a generar unos beneficios caídos del cielo. Es lo que tiene el populismo, las pérdidas son para los accionistas y las ganancias se mancomunan. Los que somos accionistas de bancos sabemos que es ahora, después de muchos años, cuando los bancos empiezan a ser rentables frente al capital empleado lo que ha supuesto voluminosas pérdidas a sus inversores. Y ahora que sopla el viento a favor, la reconstrucción es para todos.
Una idea mucho más liberal, pero que desde luego no entra en la estrategia electoral de Sánchez, es no generar inseguridad legal en el sector financiero y dejar madurar la actual participación del Estado en CaixaBank. Atendiendo a los precios objetivos que los bancos de inversión mantienen para la entidad comandada por José Ignacio Gorigolzarri y Gonzalo Gortázar, las arcas públicas ingresarían unos 5.000 millones de euros por el 16% que el Estado tiene en Caixabank si alcanza los 4 euros. 2.000 más de los que supuestamente pretende ingresar el Estado en dos años. Y mientras se espera, cobraría unos dividendos que no habrá que poner en duda tras el latrocinio cometido.
Para poner en contexto el expolio cometido hay que contextualizar que el impuesto a la banca supone el 8% de todas sus ganancias. Pero no hay que olvidar que como Santander o BBVA esencialmente son bancos internacionales, si solo se tienen en cuenta las ganancias en España, estamos hablando de un tercio del resultado de la banca. Y nuevamente CaixaBank es el más perjudicado al liderar la banca doméstica.
Otros trampantojos que se ponen a la banca es que paga pocos impuestos y el alto salario de sus directivos. La realidad es que el tipo efectivo que el sector paga en el impuesto de sociedades es del 24,7% frente al 21,3% medio. Respecto a los salarios, en la última junta de accionistas, Santander y BBVA recibieron el voto en contra a las retribuciones de sus directivos del 12% y 11% frente al 43% de Álvarez-Pallete (Telefónica) y el 24% de Sánchez Galán (Iberdrola).