Bolsa, mercados y cotizaciones

Amadeus logra sacar adelante las remuneraciones de sus consejeros con un voto a favor del 91%

  • Los accionistas aprueban el Informe de retribuciones de 2021
  • Un año atrás, el informe de 2020 cosechó un rechazo del 61%
  • El grupo ha modificado sus políticas retributivas para ganarse el favor de los inversores
Luis Maroto, presidente de Amadeus. Foto: Nacho Martín

La presión de los accionistas ha dado sus frutos y, en la junta celebrada este jueves, Amadeus consiguió aprobar las retribuciones de sus consejeros, que tanto quebradero de cabeza le supusieron hace un año: en la junta de 2021, el 61,5% de los accionistas votó en contra del Informe Anual de Remuneraciones de 2020. Visite el portal especializado elEconomista Inversión sostenible y ESG.

En la asamblea celebrada ayer, el Informe correspondiente al ejercicio de 2021 -cuya votación ocupaba el tercer punto del orden del día- sí salió adelante. Lo hizo, además, con una apabullante mayoría de votos favorables, superior al 91%. Las gestoras aprietan a las cotizadas en cambio climático. 

Para lograr esta aceptación, Amadeus se ha visto empujada a realizar mejoras en su política de retribuciones, entre ellas la eliminación del derecho a utilizar la discrecionalidad en lo que respecta a la retribución del consejo (es decir, a la facultad de decidir libremente subidas en las remuneraciones). 

Aunque las votaciones de los informes de remuneraciones son, en la inmensa mayoría de los casos (incluido el de Amadeus) solo consultivas, la ley establece que si el rechazo es superior al 50% la compañía tiene que presentar un nuevo plan. En cualquier caso, explica Juan Prieto, fundador del proxy español Corporance Asesores de Voto, un porcentaje de noes del 10% "ya es una advertencia". A partir de dos dígitos, el rechazo se considera significativo. "Y a partir de un 15%, y sobre todo de un 20%, ya se considera que la compañía tiene que tomar medidas", añade Prieto.

El rechazo recabado por Amadeus en su anterior junta, ese 62%, no es en absoluto habitual entre las cotizadas españolas, cuyos accionistas, durante muchos años, se han caracterizado por ser más bien pasivos en estos procesos. Pero, en los últimos tiempos, la figura de los proxy advisors (entidades que prestan servicios a inversores, principalmente institucionales, de asesoramiento sobre el voto en juntas) ha fomentado que se movilicen, en un momento en que las buenas prácticas en aspectos ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno) tienen más relevancia que nunca.

Dentro de la G de ESG, en el pilar de la gobernanza, la mayor parte del diálogo activo que realizan los inversores y de los votos en contra que emiten tienen que ver, en aproximadamente un 40% de los casos, con las remuneraciones, tal y como puso de relieve Álex Bardají, director para el sur de Europa del proxy Glass Lewis; "No solo en lo que se refiere a los importes, sino también en lo que respecta a si está o no alineada esa retribución con la performance de la compañía, o si es excesiva", señaló.

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