Este viernes tendrá lugar lo que en el argot bursátil se conoce como cuádruple hora bruja, una jornada en la que coincide el vencimiento trimestral de futuros y opciones sobre índices y acciones.
Se produce siempre al cierre de la tercera semana de los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre. Se trata de una sesión especial, que siempre va ligada a días de mayor volatilidad en los mercados, en los que se registran movimientos más pronunciados de lo habitual en una y otra dirección.
De hecho, no es extraño que se encadenen varias sesiones de caídas en los días cercanos a una cuádruple hora bruja, como ha ocurrido esta semana. Con el catalizador que ha supuesto la publicación del último dato de IPC en EEUU, las bolsas han optado por corregir de manera brusca, llevando a selectivos como el S&P 500 a perder los soportes a los que se enfrentaban en los 3.810 puntos y abriendo la puerta a registrar más descensos en los días venideros.
El índice de referencia en Norteamérica, ha llegado a acumular un deterioro cercano al 10% desde que comenzaron las ventas el viernes de la semana pasada, es decir en apenas 4 sesiones. Y no es algo que haya sido inusual en los últimos años. En 12 de las últimas 18 horas brujas que se han producido desde 2018, el S&P 500 ha registrado movimientos similares que han dejado caídas superiores al 5% en las jornadas más próximas a esta fecha.
No obstante, este tipo de comportamientos han sido históricamente contrarrestados en los últimos años con alzas en el selectivo estadounidense que han superado el 6% de media en un periodo de tiempo similar, cercano a los 6 días.
Por eso -entre otros motivos- Joan Cabrero, estratega de Ecotrader, explica que no se fía por ahora de la pérdida de soportes del S&P en las últimas horas. "Un cierre diario por debajo de soportes podría no ser suficiente en el caso de Wall Street; en este contexto suelo exigir un filtro de al menos dos sesiones por debajo de soportes críticos antes de darlos definitivamente por perdidos", explica el analista técnico que resalta que en caso de confirmarse esta pérdida, el S&P 500 iría de nuevo a testar los 3.500 puntos.