
En los últimos tiempos los inversores habían optado por plegar velas en Grifols tras el destrozo que el Covid-19 provocó en su negocio hematológico, el cual depende de la extracción de sangre de sus centros, y de las dudas que sembró la adquisición de su rival Biotest y que elevó drásticamente su deuda. Como consecuencia, los fuertes descensos que firmó la compañía en enero tras un mal 2021 dejó a sus títulos brindando el mayor potencial del Ibex, superior a un 50%.
Más de dos meses después y tras hundirse a mínimos de ocho años en febrero, sus títulos se han revalorizado un 14% y reducido las pérdidas anuales a algo más de un 2%, lo que ha recortado también el recorrido que le otorgan ahora los analistas hasta su precio objetivo a un 41,6%.
¿Presa del capital privado?
¿Qué ha llevado a los inversores a cambiar de parecer sobre Grifols? Tras los rumores recogidos esta semana en el portal Betaville de que habría grupos de capital privado interesados en realizar una oferta de compra, el analista de Renta 4, Álvaro Arístegui, señala que "dada la valoración actual de la compañía, y los precios a los que se suelen pagar los activos en este tipo de negocios no es de extrañar que haya grupos interesados en la compañía".
El experto puntualiza que "dado el actual nivel de deuda que mantiene Grifols y que las acciones con derecho a voto (clase A) están bajo el control del núcleo duro de accionistas (35% del total de la compañía), pero estimamos que por encima del 50% de las acciones clase A), no sería fácil hacerse con la compañía sin contar con el beneplácito de la familia Grifols". "No obstante", continúa, "ambas situaciones pueden ser compatibles, lo que podría llevar a algún tipo de acuerdo", concluye.
La recuperación en bolsa de la farmacéutica ha dejado a las acereras con los mayores potenciales: un 75% para Acerinox, que se desploma un 17,6%,y un 49% para Arcelor, que cede un 2%. Les siguen, por este orden, CIE (con un recorrido del 50%), Fluidra (43,7%) e IAG (43,3%).
Estos meses han sido particularmente convulsos para la industria a la que pertenece Acerinox, a tenor del repunte de los precios de la electricidad, que le llevó a pagar un sobrecoste del 80% para su sede de Algeciras, cuando representa solo el 20% de la producción mundial. Este descenso ha provocado el mayor diferencial entre su cotización y el precio medio objetivo que le dan los analistas desde 2015. En ArcelorMittal, esta brecha es la más amplia desde enero de 2019.
En los últimos 30 días Acerinox es una de las más bajista del indicador español, con un retroceso del 6%, y la quinta del Ibex por la cola en el año. Si se compara con su sectorial en Europa el hueco abierto entre ambos supera los 37 puntos porcentuales. De hecho, a doce meses, mientras que Acerinox cae un 16,5% el sector de recursos básicos sube cerca del 24% en el parqué.
Cellnex acorta camino pero mejora recomendación
Con uno de los mayores potenciales en enero, Cellnex ha remontado el vuelo y ha visto acotado su potencial hasta un 37%. Pero este avance no ha impedido que los analistas hayan reafirmado el consejo que emiten sobre la firma. "En un entorno de volatilidad e inflación elevadas y donde los bancos centrales se están preparando para subir los tipos de interés, pensamos que los activos reales, como las infraestructuras, son un activo que debe formar parte de las carteras", indica Tressis.