
Lamentablemente, esta semana se ha confirmado lo que desde hace más de un mes teníamos en la cabeza: una inflación de doble dígito -9,8%, han faltado solo dos décimas-. Se trata del impuesto de los pobres, para casi todos, y la dinamita para explotar el almacén que ha costado construir con mucho esfuerzo: el ahorro.
Lo que ya sabemos es que lo mejor para protegernos de esa inflación anualizada de doble dígito y sus devastadoras consecuencias está siendo la bolsa. El mercado europeo, incluidos los dividendos, ha amortiguado la subida del coste de la vida en el último año; mientras que no haber hecho nada con el ahorro se habría comido una décima parte del capital invertido, y haber tenido el dinero en renta fija habría devorado un 15% del capital.
Este es el pasado y lo que hay que preguntarse ahora es cómo afrontar el escenario que nos viene, con una inflación de dígito alto durante bastantes meses, que confiemos que empezará a descender del 10% a finales de primavera y con suerte terminará el próximo año natural más cerca del 5%. La respuesta para el ahorrador de largo plazo solo la encuentro en la bolsa, por mucha corrección de los beneficios que creo que se va a producir, y que provocará fuertes baches.
A día de hoy lo que se paga por comprar bolsa europea genera expectativas de rentabilidad media del 7% para los próximos años. Admito que todavía no se ha producido una corrección de las estimaciones de beneficio que deterioren la proyección al 6%/5%. Con esos números nos quedaríamos lejos del objetivo que creo que tiene que perseguir toda inversión que es duplicar el capital cada década y, simplemente, nos limitaríamos a paliar los efectos de la inflación de medio plazo.
Donde si creo que hay oportunidades de lograr, al menos, un 8% es con la selección de activos de calidad comprados a precios razonables. El puro concepto value, con carteras construidas a 12 veces los beneficios medios, garantiza retornos de ese 8%. Admito en esta estimación el esperado deterioro de ganancias que estamos convencidos que se va a producir.
La cartera del fondo que asesoramos en elEconomista, Tressis Cartera Eco30, está construida hoy a un PER (veces que el beneficio de las compañías que están incluidas en el índice) de 10,9 veces (2022) y 10,1 (2023). Multiplicadores que incluyen a compañías con ratios todavía por encima de las 20 veces como Marvell Technology, Airbus o Quanta Services.
Los peres que se pagan en el Eco30 generan expectativas de retornos del 9%, el múltiplo más alto desde antes de que comenzase el Covid. Con compañías por debajo de PER 6 como Ally Financial, TotalEnergies, Glencore, Volkswagen, Stellantis y ArcelorMittal.
*Joaquín Gómez es director adjunto de 'elEconomista'.