
ArcelorMittal ha llevado a cabo este martes la primera paralización de cierta envergadura de los últimos meses en su planta guipuzcoana de Olaberría-Bergara. Se trata, por el momento, de un cese temporal desde las 7 de la mañana hasta la medianoche de este mismo martes y que se seguirá evaluando diariamente ante los elevados costes de la energía -electricidad y gas- en Europa.
"Se está mirando la situación cada día", aseguran fuentes de ArcelorMittal en España. La planta de Olaberría-Bergara produce anualmente un millón de toneladas con 400 trabajadores, lo que representa un 16% del total de acero producido por la compañía en España. A su vez, ArcelorMittal cuenta con una cuota de mercado a nivel nacional en la producción de este metal del 43%. La planta de Olaberría-Bergara produce producto largo de acero, especializado en el sector de la construcción mediante la fabricación de vigas.
La acerera no descarta que ante la espiral inflacionista de los precios de la electricidad (que supone el 60% de su base de costes) y del gas las paralizaciones de plantas puedan extenderse a otras factorías europeas.
La guerra de Ucrania provocada por Rusia ha acelerado esta escalada en los precios de la energía, pero no es una situación novedosa y ya venía impactando con dureza a los márgenes del sector acerero desde hace meses, según distintas fuentes del sector.
Un sector 'estrangulado'
Por otro lado, el conflicto bélico ha disparado, además, los precios de todas las materias primas industriales. El níquel ha tocado hoy los 100.000 dólares por tonelada -algo nunca antes visto en la historia- hasta que su cotización ha sido suspendida en la Bolsa de Metales de Londres (LME). El aluminio, por su parte, ha superado la cota de los 3.700 dólares, máximos históricos también. El sector denuncia que se trata de una situación insostenible, a pesar de que, históricamente, todas las acereras han trasladado los precios de las materias primas a su cliente final (pass through, como se conoce en la jerga financiera, que consiste en trasladar los costes). "Hemos podido repercutir en los últimos meses ese precio a los clientes, pero estamos en el punto de ver hasta dónde el mercado es capaz de absorber ese precio", sostienen fuentes de ArcelorMittal.
Desde Acerinox aseguran que todavía "están operando con normalidad" y continúan "analizando la situación". La acerera española sigue mostrando su preocupación por los altísimos precios de la energía, especialmente en España, donde solo el precio de la electricidad fue el responsable del 80% de los sobrecostes energéticos en 2021 cuando la fábrica de Algeciras solo aporta el 20% de la producción mundial. En lo que respecta al precio desorbitado del níquel, la compañía atribuye a "la especulación" parte del alza de su precio a niveles históricos. El níquel es la principal materia prima de su base de costes y confían en que se estabilice "próximamente".
Fuentes del sector sostienen que será difícil trasladar precios tan elevados en los productos de las acereras al cliente final, con lo que obligará a parar la producción -ante la falta de compradores- o minar los márgenes, que venían de marcar un ejercicio histórico en 2021, con beneficios jamás antes vistos para muchas acereras a nivel global, también para la rusa Evraz. Uno de los costes indirectos de la guerra es el que está pagando el sector de la acería con el repunte sin control de los precios, no solo del níquel y del aluminio, sino también se está notando en el mineral de hierro, el carbón y en la chatarra que utilizan en sus fábricas.