Alphabet, Apple, Microsoft, Meta y Amazon son las firmas de Wall Street con mayor poder adquisitivo, gracias a la generación de beneficio y unos ahorros multimillonarios.
Quizá fue una sorpresa para algunos, pero la compra de Activision Blizzard por parte de Microsoft solo puso de manifiesto el interés de las grandes tecnológicas de EEUU en un sector tan lucrativo como el de los videojuegos. Los más entendidos ya lo veían venir, aunque nadie sabía con certeza qué empresas estarían involucradas. En 2020, los analistas Matthew Kanterman y Nathan Naidu, de Bloomberg Intelligence, dejaban una pista: "Nintendo podría convertirse en un objetivo de adquisición en los próximos años, ya que las empresas de Internet que entran en el sector del juego buscan propiedad intelectual para atraer a los jugadores".
Por el momento, Nintendo sigue soltero, pero el sector está en ebullición. Microsoft pagará 68.700 millones de dólares por Activision; Take-Two Interactive Software abonará 12.700 millones por Zynga y Sony se acaba de comprar Bungie por 3.600 millones. ¿Cuál será la respuesta de Amazon, que cuenta con un servicio de videojuegos en la nube al que puso el nombre de Luna? ¿Qué hará Netflix, rey del streaming? La compañía, que ofrece series y películas de producción propia, está construyendo su unidad de videojuegos desde cero, y en enero anunció que concederá licencias de propiedad intelectual a finales de este año para ofrecer juegos populares a través de su plataforma.
Todo esto pone de relieve la abundancia de dinero en efectivo que se acumula en los balances de Wall Street, gracias a la venta de servicios en la economía digital. Las grandes firmas tecnológicas están al acecho de oportunidades con las que ganar más y ampliar su cuota de mercado en el mundo, cual gato agazapado que espera el momento justo para abalanzarse sobre su presa.
Entre las 25 compañías de mayor capitalización bursátil del Nasdaq 100 suman un total de 180.000 millones de euros de caja listos para gastar, y si a esa cantidad se le añade el beneficio bruto (ebitda) de 2022 de todas ellas, la cifra alcanza los 875.000 millones de euros, según datos del consenso de analistas que recoge FactSet. Pero ¿qué ocurre si se acota la operación a las diez empresas más valiosas del Nasdaq 100? Pues que tienen 358.000 millones de euros en efectivo acumulados, y si se suma el ebitda se obtienen 854.000 millones ready to spend.
En las compañías más valiosas de Wall Street, la deuda simplemente no existe. Sólo Alphabet (matriz de Google) guarda 136.000 millones de euros en la caja, según las previsiones de 2022, y generará unos 107.200 millones a lo largo de este año. Es la firma tecnológica con mayor cantidad de efectivo, aunque Apple la supera en ebitda. En total, Alphabet dispone de 243.335 millones de euros para salir de compras, lo que le da una ventaja considerable a la hora de llevar a cabo fusiones y adquisiciones y reforzar todas las áreas de su interés, ya sea la inteligencia artificial y la robótica, la fibra óptica, la prevención de enfermedades o la conducción autónoma.
En segundo lugar está Apple, con 180.224 millones a su disposición (casi 66.000 millones de efectivo y un ebitda de 114.241 millones). Le siguen Microsoft, con una capacidad financiera de 146.600 millones; Meta Platforms (Facebook), con 106.545 millones, y Amazon.com (101.512 millones de euros).
El caso de Amazon es significativo, pues fue una de las grandes firmas estadounidenses que más adquisiciones anunció el año pasado. En concreto, informó de 29 transacciones, más que ningún otro año de los últimos diez, por valor de 15.700 millones de dólares, según datos proporcionados por la firma de análisis de mercados Dealogic y publicados en enero en el sitio web de CNBC. Junto a Amazon, destacaron por el número de adquisiciones anunciadas Microsoft, con 56, y Alphabet, con 22.
"Este ritmo de acuerdos indica que están tratando de adelantarse a las próximas medidas antimonopolio, o que no creen que Khan y otros reguladores puedan argumentar con suficiente fuerza ante los tribunales que las adquisiciones deben ser bloqueadas", escribían en el medio estadounidense. Se referían a Lina Khan, la jefa desde junio de la Comisión Federal de Comercio (FTC por sus siglas en inglés). Al parecer, la Administración de Biden está vigilando de cerca las operaciones de las grandes tecnológicas y "estaría confiando en una estrategia de disuasión para mantener a raya las adquisiciones de empresas, mientras lucha por seguir el ritmo de un aumento histórico de solicitudes de fusión en todos los sectores", sostienen desde CNBC.
Podría comprar Nintendo o Inditex
Volviendo al caso concreto, Amazon se compró MGM Studios por 8.450 millones de dólares el año pasado, lo que impulsa el crecimiento de su división cinematográfica Amazon Studios y también el de Prime. Pero con sus algo más de 100.000 millones de poder adquisitivo, el coloso de la distribución en que se ha convertido puede comprarse cualquier cosa.
Con ese dinero, y haciendo un ejercicio de economía-ficción, no sería descabellado pensar que podría adquirir incluso Inditex, cuya capitalización bursátil es de unos 80.800 millones; siempre que Amancio Ortega esté por la labor, ya que posee el 50,01% del capital accionarial del grupo gallego. Comprarse Inditex convertiría Amazon en el mayor distribuidor de moda del mundo, igual que adquirir una empresa como Carrefour, que vale en bolsa alrededor de 13.200 millones de euros, situaría a la compañía fundada por Jeff Bezos en cabeza en el sector de la alimentación -en el que ya entró con la compra de Whole Foods en 2017, previo pago de 13.700 millones de dólares, aunque su red de distribución y presencia geográfica es mucho más limitada que la de la cadena de supermercados franceses-.
Tras la absorción de Activision Blizzard por parte de Microsoft, tampoco sería disparatado que Amazon se lanzase a por Nintendo, histórico diseñador de videojuegos que vale en bolsa en torno a los 57.200 millones de euros y permanece como compañía independiente. De ese modo, se garantizaría el acceso a franquicias muy populares y rentables, como Super Mario, Pokémon o Donkey Kong.
Si bien es cierto que siempre ha habido rumores de fusión entre Nintendo y Sony, la realidad es que todavía no se ha materializado, lo que deja una puerta abierta a la imaginación. En el terreno de los videojuegos, Amazon también podría interesarse por la estadounidense Take-Two Interactive Software, cuya capitalización alcanza los 17.000 millones de euros.

Otro de los ámbitos en los que Amazon ha avanzado más es en la venta de medicamentos por Internet. En 2018, compró PillPack por 753 millones de dólares, una farmacia digital con la que quiso entrar de lleno en el fructífero mercado de las prescripciones médicas en los Estados Unidos. De ahí que exista la posibilidad de que siga la estela y adquiera en un futuro la cadena de farmacias Walgreens Boots Alliance, que vale en bolsa cerca de 38.000 millones de euros, o incluso el proveedor de seguros médicos Cigna, que vale unos 67.000 millones e integró hace relativamente poco a Express Scripts, especializada en la industria farmacéutica.
Al negocio de la distribución de moda, videojuegos o medicamentos se une la cosmética. Es uno de los segmentos que más crece en el comercio electrónico y no sería insensato pensar que Amazon pudiese comprar un peso pesado como es Ulta Beauty, con un tamaño de 17.800 millones. Claro que en este campo hay muchas empresas emergentes en las que se podría fijar y que ya tiene en su agregador de marcas, como Pharmapacks o Versed Skincare.
Pero, sin duda, dos de las áreas de mayor crecimiento son la nube y la publicidad, y ahí Amazon, como el resto de grandes tecnológicas, seguirá invirtiendo. Todas ellas tienen algo en común, y es que compiten por el mismo público. Por eso continuarán las adquisiciones en el terreno de los servicios y el entretenimiento al usuario, haciéndose aún más grandes. Hace unos días se hablaba del interés por la plataforma de fitness online Peloton Interactive. Quién sabe si la siguiente en caer será Spotify.