
Estando ya a escasas horas para que acabe el ejercicio bursátil de 2021, es hora de recapitular. Y el bagaje anual que deja el año para el oro no es positivo.
El metal dorado ha visto cómo el precio de una onza suya caía más de un 5% desde el primero de enero, lo que sitúa al presente año como uno de los peores del último lustro. Concretamente, desde 2015, cuando su cotización se dejó más de un 10%, el oro no registraba un ejercicio tan bajista en el mercado de materias primas. Y eso que en los últimos compases del año -como tradicionalmente suele ser habitual- ha tratado de dar la vuelta a la tortilla.
Y es que, si históricamente diciembre suele ser uno de los meses más alcistas del ejercicio, este año no ha sido diferente. El metal ha logrado un avance superior al punto porcentual consiguiendo así sumar su quinto mes de diciembre consecutivo al alza.
Sin embargo, este movimiento no ha sido suficiente como para revertir la tendencia bajista desarrollada a lo largo del conjunto del ejercicio, que ha ido de la mano de un dólar que no ha dejado de revalorizarse frente a sus cruces más negociados y, sobre todo, en unos tipos de interés que han dejado de moverse en negativo en muchas regiones económicas del planeta gracias a las consensuadas políticas monetarias menos acomodaticias de los bancos centrales (no solo de la Fed), lo que favorece a su vez un incremento en el rendimiento real de los bonos.
"Los intentos de recuperación del oro siguen siendo poco convincentes, ya que los operadores recortan sus posiciones largas a la primera señal de problemas durante el día", señalaba a principios de la semana, Jeffrey Halley, analista de mercado en OANDA, quien destacaba que las ganancias de las últimas horas del oro estaban abocadas a ser temporales y ligadas al golpe que ha supuesto para el dólar el aumento de casos de Covid-19 en las últimas horas.