
Solo dos grandes fondos españoles de renta fija, entre los 35 que acumulan más de 500 millones de euros de patrimonio, están proporcionando algo más de un 1% de rentabilidad en el año, según los datos de Morningstar hasta el 4 de agosto. Se trata de Trea Cajamar Renta Fija A, gestionado por Ascensión Gómez, que gana un 1,35%; y Caixabank Master Renta Fija Advised By, producto asesorado por Amundi para las carteras de gestión discrecional del banco catalán, que logra un 1,12%.
Del resto de este grupo de fondos, solamente trece más se mantienen en terreno positivo, con Laboral Kutxa Avant ofreciendo un 0,85% y Santander Renta Fija Privada A arañando un 0,5% El resto de los grandes vehículos se encuentra en pérdidas, como es el caso de Caixabank Master Renta Fija Corto Plazo –el mayor fondo español de deuda con un volumen de activos bajo gestión de más de 5.000 millones de euros y uno de los fondos españoles de renta fija que cuenta con más inversores, con casi 269.300 partícipes–, que cae un 0,34% en el año.
Le acompañan Caixabank Master RF Deuda Pública 3-7, con 2.864 millones de patrimonio, que pierde un 0,20%, mientras que Caixabank Master RF Deuda Pública 1-3 Advised By (2.415 millones) sufre una pérdida del 0,40%. De hecho, de los 22.460 millones de euros que tiene Caixabank AM en sus fondos de renta fija –una de las gestoras con más volumen patrimonial en productos de deuda–, el 69% sufre pérdidas.
Dentro del grupo de fondos más grandes, Santander Renta Fija A y Santander RF Soberana F son los que más caen, con rebajas del 1,13% y del 1% respectivamente. Estos pobres resultados contrastan con la revalorización obtenida por fondos mucho más pequeños, como Renta 4 Multigestión Quality Capital Sel, que gana un 4,83%, o Buy&Hold Deuda, que logra un 4,36% en el año. Productos que cuentan con una estrategia más flexible, lo que les ha permitido sortear la incertidumbre que el aumento de la inflación ha introducido en los mercados, expectantes ante un posible cambio en la hoja de ruta de los bancos centrales, sobre todo de la Reserva Federal norteamericana, de quien se espera que pueda ofrecer alguna señal en la próxima reunión de Jackson Hole, a finales de agosto y antes de su reunión de septiembre.
De momento, algunos miembros relevantes de la Fed comienzan a plantear una retirada de estímulos antes de lo previsto si se mantiene el ritmo de la recuperación económica. Y estas dudas están lastrando el precio de los bonos –elevando las rentabilidades–, como muestra la caída del 2,47% que experimenta el índice Bloomberg Barclays Global Aggregate o la pérdida del 1,78% del Bloomberg Barclays US Treasury.
Esta incertidumbre afecta a la estrategia de los grandes fondos de deuda, muchos de los cuales están apostando por un aplanamiento de las curvas de tipos de interés, "con argumentos macroeconómicos muy sólidos que no se cumplen", explica Rafael Valera, gestor y socio de Buy&Hold. "Nosotros no esperamos una retirada de estímulos este año en absoluto y tampoco a comienzos del próximo. Los bancos centrales están siendo muy permisivos y van a seguir siéndolo, para que no se colapse el mercado de bonos. Y van a seguir sosteniendo artificialmente los tipos bajos de la deuda, por lo que no veo el tapering como algo inminente", apunta.