No hay duda. El ahorro más conservador lleva inmerso en un bache del que parece no poder escapar. Si antes de la pandemia los tipos de interés ya marcaban mínimos, con la crisis económica desatada por el Covid-19 aun están más bajos. No hay más que mirar el Euribor -índice de referencia que indica el tipo de interés promedio de la mayor parte de los bancos europeos-. Si en febrero de 2020 se situaba en el -0,28%, hoy marca el -0,478%. Además, por el momento, y gracias a los ambiciosos programas de estímulo puestos en marcha para empujar a las economías, parece que se quedara cerca de estos niveles mucho más tiempo. Las previsiones mandan, siempre y cuando la temida inflación no aparezca en escena.
Esta situación tiene su parte positiva. Los préstamos e hipotecas, que toman como referencia este indicador, han recortado su coste tanto en su formato a tipo fijo como a tipo variable. La parte negativa se encuentra en la remuneración de los productos de ahorro. Hace 10 años, en 2011, los depósitos a tres meses rondaban el 5% TAE. Pero, es más, unos años antes, al inicio de la crisis financiera de 2008 era posible encontrar productos que remuneraban hasta un 11%. Ahora no solo resulta complicado encontrar opciones que aporten algo de interés, sino que, incluso, muchas entidades han empezado a cobrar por tener el dinero parado en la cuenta.
Las diez mayores entidades del país cobran de media 140 euros al año en comisiones a sus clientes menos vinculados, es decir, aquellos que no tienen otros productos contratados y que deben pagar por mantener su cuenta corriente. La cantidad varía desde los 240 euros de Caixabank o Santander, hasta los 45 de Bankinter, pasando por los 160 euros de BBVA, o los 120 de otras seis entidades como Abanca, Sabadell o Kutxabank.
No obstante, para el ahorrador conservador siguen existiendo alternativas, aunque, en la mayoría de los casos, fuera de las fronteras españolas. Lejos quedan las cifras del 5% o el 11% pero la cifra del 2% recomendada de inflación también, por lo que intentar superarla y evitar reducir así el valor del ahorro es también más sencillo.
Opciones fuera de España
Algunas entidades europeas ofrecen más de un 1% en sus depósitos a dos años. Es el caso de la checa J&T Banka, que aporta una remuneración del 1,19%, con un mínimo de inversión de 10.000 euros, o de la italiana Banca Progetto, que permite sumar un 1,01% en el mismo periodo de tiempo. Para periodos más amplios la rentabilidad sube algo más. Las mismas entidades ofrecen a tres años un 1,28% TAE y un 1,10%, respectivamente.
Con J&T Banka es posible contratar también depósitos en periodos de cuatro, cinco y ocho años, llegando a subir la TAE hasta el 1,36%. Por su parte, la también italiana Banca Sistema ofrece un 1,41% con una inversión mínima de 5.000 euros, aunque para ello es necesario dejar parado el dinero 10 años.
¿Y en España?
Aunque la remuneración de los depósitos en España no pasa por su mejor momento también es posible encontrar algunas excepciones. Es el caso de Wizink, que a tres años y con una inversión mínima de 5.000 euros bonifica con un 1,30% TAE. Por otro lado, la cuenta MyInvestor ofrece el primer año una remuneración del 1% hasta los 15.000 euros.
A estas cifras, tanto para las opciones europeas como españolas, se une la promoción de Raisin, fintech con la que se puede iniciar la contratación desde Finect, y con la que se premia a los nuevos clientes que contraten un depósito con hasta 200 euros hasta el 5 de julio.