Bolsa, mercados y cotizaciones

Crece el temor por la subida de impuestos de Joe Biden

  • Muchos inversores temen ahora los efectos secundarios de los estímulos
Foto: Dreamstime
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En el mundo siempre sucede algo que le quita el sueño a los inversores. La historia nos demuestra que los mercados son sensibles a multitud de eventos negativos diferentes, que tienen potencial para castigar las rentabilidades de las carteras de los inversores.

En la última década Estados Unidos y China han sido los grandes protagonistas en este sentido, con permiso de la eurozona y la crisis de deuda soberana que la azotó en 2011.

La encuesta a gestores que elabora Bank of America es un termómetro que, entre otras cosas, ha servido en los últimos años para conocer cuáles son las mayores preocupaciones de los inversores en cada momento.

Desde el temor a la ruptura del euro, hasta el miedo a la inflación y a un oleada de fuertes ventas en el mercado de renta fija que aparece en este momento como el gran temor de los inversores, en la última década ha habido 10 grandes peligros para los inversores: subidas de impuestos, crisis geopolíticas, el aterrizaje duro de la economía china, el auge del populismo, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, retirada de los estímulos de los bancos centrales, elecciones presidenciales en Estados Unidos y, como no, la pandemia de coronavirus, han sido los eventos que más han preocupado a los inversores en algún momento desde el año 2011.

El evento más peligroso de la década, por ser en el que más gestores coincidieron en señalarlo como tal fue la crisis de deuda de la eurozona en 2011, con casi un 70% de los encuestados indicándolo como el de más riesgo en aquel momento.

De inflación a subida de impuestos

La principal preocupación de los inversores en este momento, según la encuesta del banco americano, es la posibilidad de que llegue una oleada de inflación y un desplome de la renta fija próximamente. La receta que se ha prescrito para ayudar a la economía global a sortear la crisis del Covid con el menor daño posible ha sido inyecciones de liquidez, ya sea en forma de compras de deuda por parte de los bancos centrales, o en enormes incrementos de deuda pública para poder gastar y apoyar a la economía.

Muchos inversores temen ahora los efectos secundarios de estas políticas: inflación y, como consecuencia, una caída de los precios de los bonos, que en los últimos años han profundizado en sus rentabilidades negativas por las enormes compras de los bancos centrales. Hay que recordar que, un aumento de las rentabilidades de los bonos se traduce en condiciones de financiación menos ventajosas, para los países y para las empresas, y existe el temor de que las ventas de deuda terminen contagiándose a la bolsa.

Este miedo a la inflación, sin embargo, está empezando a perder intensidad, y parece que va a terminar dando paso a un nuevo peligro como el principal temor de los inversores: la subida de impuestos en Estados Unidos. En marzo, un 37% de los encuestados valoraba el riesgo inflacionista como el más peligroso, seguido del miedo a una caída de los bonos por la retirada de estímulos de los bancos centrales.

En abril este último ha pasado a ser el mayor temor, pero la subida de impuestos que planea Biden ha dado un salto y se ha colocado en tercer lugar, con un 15% de los encuestados considerando que es lo más preocupante en este momento. El jueves de la semana pasada se conoció que Joe Biden tiene en mente incrementar el impuesto de las ganancias de capital para los más ricos del país, que podrían llegar hasta el 43,4%, según Bloomberg.

Ahora muchos analistas coinciden con los bancos centrales en descartar que el repunte de la inflación se vaya a mantener en el medio y largo plazo. "Yo también creo que la inflación va a aumentar este año, pero lo más probable es que gran parte de este aumento sea temporal", destaca Darrell Spence, economista de Capital Group.

Al mismo tiempo, otras voces empiezan a avisar del miedo que puede haber a la subida de impuestos de Biden, que, a medio y largo plazo, podría no ser tan negativa como puedan descontar los mercados a corto plazo. "Creo que será una causa de preocupación, sí. A largo plazo no tienen porqué ser malas noticias, pero a corto creo que sí va a ser una causa de mucha preocupación", explica Thomas Friedberger, CEO de Tikehau IM.

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