
Las entidades financieras han vuelto a la carga con los fondos con objetivo de rentabilidad no garantizada. Ya los desempolvaron el año pasado, pero en estos primeros meses de 2021 han vuelto a colocarlos en el escaparate para captar al ahorrador más conservador, aquel acostumbrado únicamente a mantener su dinero en una cuenta corriente y no buscar alternativas en otros productos financieros con más rendimiento.
El gancho que ofrecen los bancos es una TAE que últimamente se sitúa en el 0,25% como máximo para los fondos de esta categoría con una estrategia de renta fija, la más conservadora de todas, a cambio de mantener el dinero invertido por un período que suele prolongarse cinco años y que cuentan con una fuerte penalización por retirarlo antes de tiempo. Algunos fondos de este tipo suelen aplicar ventanas de liquidez para retirar el dinero.
Para los bancos es una forma de mantener cautivos a los clientes en un momento en que las cuentas corrientes y los depósitos no pueden ofrecer rentabilidades atractivas. De hecho, en las imposiciones con vencimiento se ha recortado hasta el 0,02% y en el dinero de libre disposición, al 0,01%. A su lado, tener la posibilidad de ganar un 0,25% con los fondos con objetivo de rentabilidad parece aceptable.
Y es una forma de que los clientes no paguen comisiones bancarias a cambio de tener mayor vinculación con el banco, al haber contratado un fondo. Pero ni la rentabilidad de este tipo de vehículos está garantizada ni se deja de pagar por la gestión de estos fondos, que suelen aplicar una comisión del 0,20%.
Las últimas entidades en lanzar fondos de este tipo han sido Santander y Unigest, precisamente las dos firmas que mayores captaciones están teniendo este año con este clase de productos, siguiendo la estela de 2020. La primera lleva captados 430 millones de euros hasta marzo, según los últimos datos de Inverco, mientras que la entidad andaluza ha logrado acumular 67 millones. Santander Horizonte 2027 2 ofrece una TAE del 0,26%, mientras que Unifond Rentabilidad Objetivo IV estima una TAE del 0,25%, en ambos casos no garantizada.
Para José María Luna, socio de Luna Sevilla Asesores Patrimoniales, los fondos de rentabilidad no garantizada permiten a las entidades transformar un pasivo del cliente en un activo para el banco, algo que califica de "superrentable". "Probablemente se lo ofrecerán a los clientes que tienen dinero en efectivo y que desconocen la existencia de otras alternativas de ahorro e inversión", asegura.
Giorgio Semenzato, consejero delegado de Finizens, insiste en que se trata de fondos que no aseguran una rentabilidad, sino que plantean una intención de obtener cierto rendimiento, lo cual no es ninguna garantía. "Son productos que han sido diseñados para captar la atención de los ahorradores mediante un eslogan que, en el mejor de los casos, desorienta y dificulta la comprensión del producto de parte del consumidor final", subraya.
Diego Fernández Elices, director general de inversiones de A&G Banca Privada, destaca que un fondo con rentabilidad objetivo no garantizada del 0,25% "no tiene sentido". "Son productos de red que quizás puedan satisfacer la demanda del inversor conservador que no encuentra los productos que quiere en este mundo de tipos negativos, pero existen alternativas mejores y más eficientes, que pasan, en general, por alargar el horizonte de inversión ligeramente o buscar una gestión activa en un pequeño porcentaje de la cartera", apunta.
Los ahorradores que optan por este tipo de fondos suelen primar la seguridad por encima de su rendimiento
Arantxa López Chicote, directora de Producto de Santander AM España, explica que la TAE de su fondo está en línea con otros similares lanzados recientemente. "Comparada con las ofrecidas al inicio del año es algo más baja por el movimiento de los tipos, pero muy parecida y similar de los que se sacaron en la última parte del año pasado, en el que este tipo de fondo se convirtió en un activo refugio para aquellos clientes más conservadores cuyo horizonte temporal es amplio y no querían tener el dinero en cuenta corriente", aunque reconoce que los productos que pueden aportar más valor son aquellos que incorporan otros activos con más posibilidad de obtener mayor rendimiento.
En Unigest apuntan que la escasa TAE de su fondo se debe a los bajos tipos de interés. "El motivo para comercializar este tipo de productos es ofrecer a los clientes más conservadores una inversión alternativa en un fondo de renta fija con un objetivo concreto de rentabilidad y un plazo de inversión establecido. Estas dos variables son las que diferencian principalmente a este tipo de fondos de otros de perfil más conservador: en un plazo determinado se puede indicar cuál es la rentabilidad esperada", indican.
Aunque los ahorradores que optan por este tipo de fondos suelen primar la seguridad por encima de su rendimiento, Mar Barrero, directora de análisis de Arquia Profim Banca Privada, recuerda que deben tener claro que no van a necesitar el dinero invertido en esos fondos antes de su vencimiento. "En caso de necesitar el dinero antes de la fecha marcada, puede darse la situación de tener que vender la posición mantenida en el fondo en pérdidas. Algo más que probable teniendo en cuenta el nivel de tipos en el que partimos y del riesgo de que registren cierto repunte en los próximos meses y años", advierte.