
Las emisiones de bonos verdes no han parado de crecer desde 2014. En 2020, según los datos de la Climate Bonds Initiative (CBI), alcanzaron los 269.000 millones de dólares a nivel mundial. Un 14,3% del volumen correspondió a emergentes, como se recoge en el Informe Bonos Verdes de Mercados Emergentes 2020 publicado por Amundi.
De acuerdo con los datos facilitados por esta gestora y por IFC (miembro del Grupo del Banco Mundial), los emergentes colocaron 40.000 millones de un total de 280.000 millones de dólares a nivel global (la cifra que maneja Amundi difiere de la calculada por la CBI, los 269.000 millones antes mencionados). Fueron, según Amundi, 174 bonos de 101 emisores emergentes. Y se espera que el dato alcance los 100.000 millones de dólares en 2023.
China es el gran protagonista. No solo es el emergente que más financiación pide al mercado bajo ese paraguas verde, sino que en 2020 fue el cuarto emisor de este tipo de deuda a nivel mundial. Colocó 18.200 millones de dólares, por detrás solamente de EEUU, Alemania y Francia. España fue el noveno emisor.