Ence se ha encontrado con numerosos problemas en los últimos meses, empezando por la debilidad del precio de la celulosa y pasando por el conflicto legal que tiene abierto en torno a la biofábrica de Pontevedra. Sin embargo, Ignacio Colmenares, consejero delegado y presidente de la compañía insistía, en una entrevista concedida recientemente a este periódico, en que su principal quebradero de cabeza era que el mercado reconociera el verdadero valor de su negocio de energía.
Por ello tampoco es de extrañar que haya recurrido a un tercero para hacer aflorar este valor que los inversores no estaban viendo. Al anunciar la venta del 49% de su negocio de energía al fondo privado británico Ancala Partners, ponía en números lo que debía valer el total de esta rama, lo que fue bien recibido por los inversores, que elevaron el precio de su acción en un 15% solo en esa sesión. Desde los mínimos del pasado mes de octubre, los títulos de Ence ya se anotan un 46%, lo que deja el balance anual en una caída del 25%.
No obstante, había que esperar unos días para calibrar la reacción de los analistas, la cual ha sido clara. De los que han revisado sus estimaciones tras la operación, varios han aumentado su precio objetivo, elevando la valoración media en un 12,4% desde los 3,66 euros previos hasta los 4,12 euros actuales. De esta forma, se ha incrementado considerablemente el recorrido potencial que el consenso de analistas le da a Ence de cara a los próximos 12 meses, del 34% al 51% desde los niveles actuales.
La casa de análisis que ha apuntado más alto ha sido Santander, al aumentar su precio objetivo de 4,2 a 4,9 euros. "La operación cristaliza el valor del negocio de la energía, el cual nosotros consideramos que estaba muy infravalorado. Además, con esto reduce el riesgo por el endeudamiento de la empresa y aleja las posibilidades de asistir a una ampliación de capital".
Entre 700 y 950 millones
Todos los analistas han puesto el foco ahora en el segmento de la energía renovable de Ence. El propio presidente planteaba en sus cálculos que con un ebitda de 70-80 millones que se esperan para este año, aplicando un múltiplo medio de Ev/ebitda de 10-12 veces (extraído de transacciones recientes en el sector), se obtenía un valor empresarial entre 700 y 950 millones (un equity de 500-750 millones al restar la deuda). Así, con la operación con Ancala, se ha puesto en precio este negocio con 886 millones, incluida la deuda, lo cual parece razonable atendiendo a los cálculos anteriores. A esto habría que incluir los 50 megavatios de la planta de Puertollano que ha sido excluida de la operación.

Desde Banco Sabadell también valoran positivamente este movimiento, en el que destacan que "la entrada de este socio podría ayudar a acelerar el desarrollo del pipeline".
La recomendación que los expertos vierten sobre la papelera no ha mejorado, pero porque tiene poco margen para ello, ya que de los siete analistas que han actualizado sus estimaciones, seis de ellos mantienen el consejo de compra mientras que solo uno, JB Capital Markets, recomienda mantener sus acciones en cartera.
El mercado sigue obviando al papel
La operación realizada con Ancala pone de manifiesto el valor que debe tener el negocio energético de Ence, que superaría los 900 millones. Sin embargo, en bolsa solo capitaliza 670 millones. Y esto, sin tener en cuenta la actividad principal de Ence, que no es otra que la fabricación de papel, que aunque ahora no está pasando un buen momento, en circunstancias normales tiene un ebitda recurrente de 150 millones, por lo que aplicando un múltiplo medio de 7 veces y restando la deuda, sumaría otros 700 millones al valor de la empresa.