
Con Estados Unidos consolidándose como el epicentro de la pandemia, dado que el país sobrepasa ya la cota de 11 millones de infecciones por Covid-19, el mercado volvió a vibrar el lunes después de que las últimas pruebas clínicas de Moderna indicasen que su potencial vacuna contra el coronavirus cuenta con una efectividad del 94,5%. Una buena nueva que administró otra dosis de optimismo entre el consenso que atisba ya en 2021 la recuperación más rápida de la historia para el beneficio por acción (BPA) del S&P 500.
"Este es un momento crucial en el desarrollo de nuestra vacuna", señaló en un comunicado el consejero delegado de Moderna, Stéphane Bancel. Las acciones de la biotecnológica repuntaron alrededor de un 10% al comienzo de la primera sesión de la semana en Wall Street y acumulan una rentabilidad del 390% desde comienzos de año.
La compañía con sede en Cambridge, Massachusetts, indicó que en su último ensayo no se registraron reacciones "significativas" a su potencial vacuna que en comparación con la de Pfizer y BioNtech permanece estable a una temperatura de entre 2,2 y 7,7 grados centígrados, por lo que podría conservarse en un refrigerador doméstico o médico estándar por un total de 30 días.
De acceder a la aprobación de emergencia de la Administración de Fármacos y Medicamentos de EEUU (FDA, por sus siglas en inglés) la compañía podría distribuir hasta 20 millones de dosis en el país a finales de año y producir entre 500 millones y 1.000 millones de dosis en 2021.
Desde Goldman Sachs, David Kostin, estratega jefe de EEUU, espera que las vacunas candidatas reciban la autorización de emergencia antes de enero y que se cuenten con dosis suficientes para vacunar a la población estadounidenses durante la primera mitad de 2021.
Esto, junto con la recuperación en forma de V que experimenta la economía -el banco proyecta un repunte en el PIB del 5,3% el próximo año- hizo que su equipo elevase sus estimaciones de crecimiento en el BPA del S&P 500 hasta los 136 dólares en 2020 (-17%); los 175 dólares en 2021 (+ 29%); los 195 dólares en 2022 (+ 12%); los 207 dólares en 2023 (+ 6%); y los 218 dólares en el año 2024 (+ 5%).
Efectivamente, según FactSet, las mesas de inversión consideran que las ganancias del indicador bursátil por excelencia a este lado del Atlántico alcanzarán en el conjunto del próximo año los 168,38 dólares por título, lo que supone un incremento del 3,9% desde el récord histórico de 163,02 dólares por acción registrado en 2019.
Una proyección que, de cumplirse, consagrará una reconstitución en tiempo récord de la hecatombe generada al hilo de los confinamientos durante el segundo trimestre del año.

En tiempo récord
En otros episodios, el BPA del S&P 500 ha tardado entre 3 y 4 años en volver a recuperar los récords previos. Tras el azote de la crisis financiera, el indicador no logró superar los niveles de 24,06 dólares por título del tercer trimestre de 2007 has el tercer trimestre de 2011, al situarse en los 24,86 dólares. Solo durante el tercer trimestre de este año, las empresas patrias han registrado un beneficio que ha quedado un 19,4% por encima de las expectativas después de hacer lo propio en un 23,1% en el segundo trimestre.
De hecho, ambos porcentajes marcan las sorpresas al alza en las ganancias del S&P 500 más grandes desde que FactSet comenzase a recopilar esta métrica en 2008.
La formula de paquetes de estímulo fiscales por valor de más de 2,2 billones de dólares junto con las medidas de emergencia de la Reserva Federal, que además de rebajar el precio del dinero hasta el 0 y el 0,25% ha sumado más de 3 billones de dólares en activos adicionales desde febrero a su balance, han servido de colchón para amortiguar el golpe económico infligido por la pandemia.
La inflación forzará la mano de la Reserva Federal norteamericana
Según Ellen Zentner, economista para EEUU de Morgan Stanley, el PIB de EEUU crecerá un 6% entre el cuarto trimestre de este año hasta el mismo período de 2021. La aprobación de una vacuna provocará que la inflación sobre el consumo personal (PCE) subyacente supere el 2% de forma sostenida a finales de 2021 y aumente al 2,2% en 2022.
De esta forma "la Fed comenzará a quitar el pie del acelerador al reducir el ritmo de sus compras de activos a partir de enero de 2022", indica Zentner, quien estima que el banco central comenzará a elevar los tipos de interés antes de lo previsto, posiblemente en el tercer trimestre de 2023.