El inversor tiene ante sí una empresa de mucho crecimiento, que llegará rápido y se concentra en el 5G, la nube y la automoción. Sus beneficios de 2021 cotizan más caros que los de otros competidores, pero los analistas la compran. | Todo sobre el fondo asesorado por elEconomista, Tressis Cartera Eco30.
Es difícil escribir acerca de una empresa tan arrolladora como Marvell Technology, especializada en circuitos integrados para el almacenamiento de datos y comunicaciones de banda ancha.
Sube en bolsa un 55% este año, que se suma al 64% del año pasado. En 2020, casi dobla el 28% que repunta el índice de semiconductores de la Bolsa de Filadelfia (Sox), y es el valor más rentable del fondo Tressis Cartera Eco30, asesorado por este periódico.
Asimismo, se espera que obtenga un beneficio operativo récord el año que viene de 944 millones de euros y cruce la barrera de los 1.000 millones un año más tarde, según el consenso de analistas de FactSet.
Y, precisamente, por parte de estos últimos recibe elogios: desde Keybanc aconsejan comprar la acción, como dos tercios de los expertos que siguen a la compañía, dado que ven a Marvell como "la mejor posicionada" para "beneficiarse del punto de inflexión en el despliegue de infraestructuras de quinta generación", pero "no es solo una historia de 5G", matiza el analista John Vinh.
No obstante, el dato clave que presenta Keybanc es el "claro camino hacia un margen operativo del 35%" y la expectativa de que Marvell ingrese en torno a 1.000 millones de dólares por el 5G en el año fiscal 2023-2024.
"A corto plazo, la oportunidad de la nube es tan grande como la del 5G, pero será el mayor mercado en el largo plazo", apuntan Blaine Curtis y Thomas O'Malley, de Barclays.
Aportan detalles: la nube supone ahora un 10% de los ingresos; un 50% de sus ingresos ya procede de los centros de datos y la automoción podría ser el gran motor de crecimiento, ya que los vehículos pasarán a contener alrededor de 100 dólares en semiconductores con el tiempo desde el rango de 5-50 dólares por coche actual.
Tanto es así, que a comienzos de octubre lanzó al mercado el primer gigabit Ethernet PHY con seguridad integrada de control de acceso a las redes, con el fin de proteger el intercambio de datos de los ataques cibernéticos.
Es un buen momento para Marvell, y hasta recibe premios, como el de la Excelencia a la Calidad que le acaba de otorgar Cisco. Pero la firma tecnológica no puede olvidar que bebe de las investigaciones científicas financiadas también con fondos públicos, como el programa VLSI y el consorcio Sematech, que tanto contribuyeron a que los microchips de EEUU pudieran competir con los asiáticos. Es un ejemplo del Estado emprendedor que co-crea valor, como diría la economista Mariana Mazzucato.

Llama la atención que Marvell obtenga un 72% de sus ingresos de Asia-Pacífico (un 38,5%, de China). El misterio se resuelve rápido: su cofundadora es Weili Dai, una mujer que se crió en Shanghái y estudió en Berkeley y en 1995 fundó junto a su marido una de las empresas más poderosas del mundo en su ámbito, y que quizá sería la mejor mediadiora en la guerra tecnológica entre EEUU y China.
La calidad y el crecimiento se pagan caras en bolsa, por eso los beneficios de 2021 de Marvell cotizan en las 29 veces, por encima de los de Applied Materials, Intel o Broadcom.