El Departamento de Justicia de Estados Unidos presentó el martes una demanda contra Google, propiedad de Alphabet, acusando a la de Mountain View, California, de abusar de su monopolio en el negocio de búsquedas online. Una decisión que se postula como el primer revés antimonopolio contra una compañía patria en más de dos décadas.
Según justifica la querella, avalada por 11 estados del país, todos ellos gobernados por republicanos, Google, que controla alrededor del 90% del mercado de búsqueda online a este lado del Atlántico, es la "puerta de entrada indiscutible" a Internet y utiliza prácticas anticompetitivas para mantener y extender su monopolio en este negocio.
El gobierno de EEUU considera que Google utiliza los miles de millones de dólares que ingresa gracias a la publicidad en sus múltiples plataformas para pagar a los fabricantes, operadores y navegadores de teléfonos móviles, como ocurre con Safari, el navegador de Apple, para que utilicen Google como su motor de búsqueda predeterminado, explica la demanda registrada en un tribunal federal del Distrito de Columbia.
En la misma también se hace alusión a los acuerdos de la compañía en los que la aplicación de búsqueda de Google está pre-instalada y no se puede eliminar en los teléfonos móviles que utilizan su popular sistema operativo Android. Además, la fiscalía estadounidense alega que la empresa prohíbe ilegalmente que los motores de búsqueda de la competencia puedan pre-instalarse en los dispositivos que se rigen bajo contratos de reparto de ingresos.
"La conducta de Google es ilegal según los principios antimonopolio tradicionales y debe ser detenida", señaló en una conferencia telefónica, Jeffrey Rosen, el fiscal general adjunto del Departamento de Justicia.
De esta forma, el gobierno estadounidense busca que un juez dictamine oficialmente que la conducta de la compañía es ilegal y evite que el buscador siga incurriendo en este tipo de comportamiento. También quiere que el tribunal brinde un "alivio estructural según sea necesario para remediar cualquier daño anticompetitivo". Es decir, se abre la puerta a que Google pueda verse obligada a dividir sus negocios de búsqueda y publicidad.
La compañía indicó en Twitter que la demanda del gobierno es "profundamente deficiente". "La gente usa Google porque así lo desea, no porque se vea obligada a hacerlo o porque no pueda encontrar alternativas", defendió. En el pasado, la entidad ha argumentado que enfrenta una fuerte competencia en todas sus aéreas de negocio mientras que sus operaciones, productos y plataformas ayudan tanto a las empresas más pequeñas como a las grandes multinacionales conseguir nuevos clientes.
Sin embargo, la demanda del Departamento de Justicia es solo el primer ataque dentro de una batalla en múltiples frentes. El fiscal general de Texas, Ken Paxton, está preparando una querella contra la empresa por su conducta en el mercado de la publicidad digital, donde controla gran parte de la tecnología utilizada por anunciantes y editores para comprar y vender anuncios en la web.
La última vez que el Departamento de Justicia demandó a un gigante tecnológico por presuntas prácticas monopolísticas fue en 1997 en un caso contra Microsoft que tardó 5 años en resolverse. Previamente una demanda antimonopolio contra IBM en la década de los 70 llevó alrededor de 13 años en solventarse.